El video que acompaña a esta nota, pone en valor a diez productos que son consideradas joyas indiscutibles (y casi infaltables) en cualquier comida que se prepare en Italia.
La culinaria italiana está más que arraigada entre nosotros, a pesar de que no ha podido escapar de ciertos cambios impuestos por razones de falta de productos y de modificaciones provocadas por los propios inmigrantes. Más allá de la pasta que no sale al dente, de la pizza gorda y llena de “musa”, del café servido como el demonio, y también de que algunos cortan los fideos, Italia y su cocina están presentes en cada hogar argentino, aún en aquellos donde no hay sangre tana entre sus moradores.
Pasen y vean, entonces cuáles son las diez joyas de la cocina italiana:
La Pasta: ¿Cómo imaginar una comida italiana sin pasta? Ya se trate de la asciutta, fresca o rellena, hay cientos de recetas, y a diferencia de lo que ocurre en nuestro país, se hace siempre en casa. Los spaghetti predominan entre las “largas” y los penne rigate entre las “cortas”. En materia de pasta rellena, cada lugar tiene su propia receta, las hay miles pero los ravioli sin los más difundidos.
Pizza: Obvio que la pizza ocupa también el podio, sin discusiones. Es “el” alimento global que Italia exportó al resto del planeta. Su lugar en el mundo es Napoli, pero en cualquier sitio de la península se la ofrece a razón de una por persona. Ni se te ocurra decirle al mozo que la querés compartir. La Margherita es símbolo por llevar los colores de la bandera (albahaca, queso y tomate).
Espresso: Italia no es productora de café, pero no hay dudas de que allí se bebe el mejor café del mundo. El espresso es una institución, en tanto que el ristretto es una institución de la institución. No hay bar, por pequeño que fuere, donde se prepara mal el café. Aquí aún estamos en pañales. Beber un buen espresso suele ser una verdadera lotería en nuestro país.
Aceite de oliva: el producto estrella de la dieta Mediterránea es una de las grandes cosas que ofrece la cocina italiana. Algunos de los mejores olivares del mundo están en la península (y de los aceites, lógicamente).
Trufas: ¿Qué decir del tesoro enterrado? Tartufo, en italiano. Los hay negros, pero los mejores son los blancos de Alba, en el Piemonte (sólo se recogen en un sector de Croacia, además de Italia). Su escasez los ha llevado a tener un precio elevado, pero apenas una fina lámina o unas gotitas de aceite de trufa, le dan a la comida un sabor y aroma incomparables.
Vino: Los vinos italianos son muy particulares, diferentes, muy bebibles y alejados de la globalización “rollandiano parkeriana”. ¿Qué decir del Amarone della Valpolicella, que no se haya dicho? ¿ Y de los Chianti, Barollo, Barbera d’Asti, Brunello di Montalcino, Nero d’ Avola y muchos más?
Parmigiano Reggiano: Sin dudas, la Ferrari de los quesos. Su extraordinaria calidad lo convierte en el mejor queso duro del mundo. Lo poco que llega a estas Pampas está en valores sobredimensionados, pero de vez en cuando vale la pena el esfuerzo.
Aceto balsámico: Otra maravilla de la Emilia Romagna. De Módena al mundo. Los hay de todos los añejamientos habidos y por haber; cuanto más viejo mejor será la calidad y mayor el precio, claro. Probar un par de gotitas sobre un pedazo de Parmigiano Reggiano.
Helado: Tampoco los italianos son los inventores del helado, pero sí lo han llevado a su máxima expresión. Son nada rebuscados, con gustos expresivos y se pueden ver en las heladerías, ya que no los “esconden” en tachos de lata.
Prosciutto: Al margen de la sangre que “tira”, debemos decir que los mejores jamones son los españoles. Pero el prosciutto di Parma posee una calidad superlativa.
Por supuesto que no habrá quien diga que falta éste o tal producto. Pero lo mejor es disfrutar del video y de estos alimentos notables, si es que los pueden conseguir.
Asu Mare, la barra cevichera comandada por Dangelo de la Cruz y Luisana Quinta, sumó siete platos a su carta que replica los sabores populares del Perú. Asimismo, el local original sobre la Avenida Pueyrredón se mudó a una cuadra,
Rëd Resto & Lounge y su chef, Alejandro Bontempo, recibieron a Juani Kittlein, quien trajo desde el Restaurante Socarrat de Miramar algunos de sus platos icónicos, entre ellos la increíble paella con socarrado.
Tallarica es el resultado de un proyecto ideado por la chef pâtissier Daniela Tallarico. Luego de trabajar durante más de diez años en la pastelería del hotel Palacio Duhau, Park Hyatt Buenos Aires junto a Damián Betular, decidió explorar nuevos horizontes. Así lanzó su propio emprendimiento a fines del año 2023 en Belgrano.
