Parrilla de barrio con todo lo bueno que esto conlleva. Vecinos que aprovechan la excelente relación precio calidad. Turistas extranjeros que llegan bien recomendados. Porteños de otros barrios avispados que escucharon hablar del lugar. Hazte fama y échate a dormir, dice el refrán. Y es verdad. Don Julio ocupa un espacio poco frecuente, el de la parrilla que mantiene una calidad inalterable y los precios justos. Pagar por el pito lo que el pito vale, ya que estamos en tren de refranes. Don Julio alude a un amigo de la familia Rivero (Pablo es la cara visible de la casa). Conocedores del negocio ganadero, ello coadyuva a que la carne sea de primerísima calidad. Y que no te maten por ello. Como para justificar que vayas a comer en julio y los once meses restantes del año también. No está nada mal comenzar con un vermú porteño (Amargo Obrero, soda, hielo y rodaja de naranja, o Campari, Martini Rosso, hielo y rodaja de naranja). Para entrar en calor, provoleta de Cabras de Cafayate, el emprendimiento de la familia Domingo. También una empanada o el chorizo Don Julio con muzzarella y tomate deshidratado. Las ensaladas se pueden condimentar con aceite de oliva D’Isola (de la casa), o bien Eliá o Achával Ferrer (se pagan aparte).
Don Julio ocupa un espacio poco frecuente, el de la parrilla que mantiene una calidad inalterable y los precios justos.
Un detalle a tener en cuenta es que se invita a los clientes a acercarse a la parrilla comandada por Pepe Sotelo, para elegir el corte (asado de tira entera o media porción, bife de chorizo angosto o ancho, ojo de bife; de lomo; entraña; bondiola; matambre de cerdo). La elección, en este caso, recayó en el bife de costilla con lomo, impecable. También vacío, bondiola y pollo deshuesado. Y las achuras, por supuesto, en tabla o media tabla. Hay también guarniciones y minutas, y tres platos bien porteños: pastel de papas, milanesas napolitanas mini con papas bastón, y zapallitos rellenos con salsa Rossini. Hay seis versiones de pastas, por si algún despistado no se ha dado cuenta que está en una parrilla y que no comer carne en este lugar es un pecado.
Los postres son clásicos, pero sobresale el alfajor marmolado con helado de mango y abanico de frutas. La carta de vinos convive entre las bodegas grandes y algunas boutiques. Y los precios ayudan en la elección. En FDO siempre elogiamos la simpleza. Y una carne hecha a la parrilla sin ningún agregado, es lo mejor que uno puede comer. Mejor si sale bien jugosa. Don Julio te deja con una sonrisa a flor de piel y el bolsillo acariciado. Un acto de amor: la gran carne argentina a su precio justo.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.