La Vicente López es un emblema de la Zona Norte y, con 24 años de vida como restaurante, invita al encuentro en familia, con amigos o en pareja. Una historia de inmigrantes españoles que empezó hace 120 años, y hoy sigue vigente a través del trabajo incansable de sus descendientes por mantener viva la tradición familiar a través de la gastronomía.
La marca comenzó hace 120 años en una esquina de la Avenida Maipú, donde nació la tradicional Panadería La Vicente López, que hoy ya es un clásico de la Zona Norte.
La historia comienza en 1905, de la mano de un inmigrante español que instaló su panadería en la zona. Años más tarde, su hijo continuó con el legado hasta que, en 1955, la tradición fue heredada por otro emprendedor proveniente de España.
Se trata de Baldomero Pombo, especializado en panificación, repostería y confitería, quien junto a su esposa Concepción y sus hijos Celia y José continuaron la tradición del negocio.
Hoy, sus nietos conservan el prestigio y la calidad, fruto de medio siglo de madrugones frente al horno. En el año 2001, decidieron ampliar horizontes y abrieron un restaurante, que lleva el mismo nombre de la panadería.
Mesas cómodamente dispuestas, vestidas de blanco, amplios ventanales y plantas se combinan con fotografías familiares que acompañan el recorrido por una historia que sigue latiendo en cada rincón.
La carta cuenta con opciones pensadas para disfrutar a lo largo de todo el día.
Como abundantes desayunos y meriendas, que se pueden pedir en forma de combo o armar a gusto con variedad de piezas. Por ejemplo, el "Porteño" (café con leche, medialunas y dulce de leche) y "Natural" (pan integral, palta, huevo, tomate cherry, queso crema y limonada de menta y jengibre), son algunas de las alternativas para tener en cuenta.
Además, cuentan con un brunch que incluye salmón ahumado, tostadas, miel y jugo de naranja exprimido. Cafés especiales, licuados y jugos naturales también son de la partida. Mini gateaux y pastelería -que incluye los tradicionales laminados- se suman a los sándwiches, como la focaccia de mortadela y burratina o la baguette serrana, para degustar en cualquier momento del día.
El apartado de tapas invita a probar los sabores típicos de España: pimientos de piquillo de Navarra asados con ajo, garbanzos y pimentón español; croquetas de jamón serrano, echalote, parmesano y bechamel: gambas al ajillo salteadas en oliva y guindilla, son algunas de las preparaciones más destacadas.
Por su parte, la tortilla que se ofrece en versión de papas, cebolla y chorizo colorado, o bien ibérica con jamón crudo y rúcula. Entre las carnes, sobresalen el ossobuco milanés sobre risotto de azafrán; el bife de chorizo de carne Angus con manteca de hierbas y papines al horno de barro; o pechugas de pollo a la cazadora con verduras y papas españolas.
Los platos de cuchara incluyen goulash a la húngara con spatzles, y boeuf bourguignon. El cochinillo a la Segoviana se prepara al horno de piedra, se sirve entero con patatas panaderas y hojas verdes, y está sugerido para cuatro comensales y puede encargarse con anticipación. Cabe destacar que una vez que llega a la mesa, la pieza de cerdo se corta con el plato al estilo segoviano.
En cuanto a la cocina de mar proponen variedades como chernia, abadejo, lenguado y truchón patagónico, que puede pedirse con salsa a elección, como tapenade de alcaparras y olivas verdes o en croute de parmesano.
También cuentan con cazuela de mariscos, paella a la valenciana y socarrat de gambas y chipirones con arroz Calasparra. Las pastas son de elaboración propia, con opciones como sorrentinos de provolone, mozzarella, ricota y tomates secos; lasaña a la boloñesa y tagliatelle de huevo al pesto genovés.
Para el cierre dulce, postres típicos como las natillas gallegas flambeadas; torta vasca de queso; flan de doce huevos y helados caseros.
Para maridar la propuesta gastronómica, cuentan con una variada carta de vinos, cócteles clásicos y bebidas sin alcohol. La hora del aperitivo también es un momento para destacar.
En el horario de 10:30 a 12:00 se ofrece a precio promocional vermut Carpano, Aperol Spritz o caña de cerveza tirada, y triolet de cortesía. Por la tarde, hay un happy hour de 2 x 1 por persona), de 16:00 a 20:00 que además incluye triolet de cortesía.
Cabe resaltar que el salón del primer piso puede reservarse para reuniones especiales, con menús personalizados y un sitio pensado para celebrar con privacidad.
La Vicente López también cuenta con una sucursal sobre la calle Azcuénaga al 1110, frente a la Estación del Ferrocarril Mitre, ramal a Tigre.
La Vicente López - Direcciones: Avenida Maipú 701, Vicente López; Azcuénaga 1110, Vicente López. Horarios: domingos a jueves de 07.30 a 00:00; viernes y sábados de 07.30 a 01:00 AM. IG: @lavicentelopezrestaurant
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