Malandra, en Caballito

Ya lo sabemos todos. Con el boom inmobiliario de este barrio de la capital, emergieron también proyectos gastronómicos. Algunos de ellos en manos de vecinos de la zona que quieren apostar por Caballito y se transforman en emprendedores del sector, así como también inversores externos.

Esta vez, una pareja que ya tiene su cafetería de especialidad funcionando (y muy bien) en Doblas N° 690, decidió abrir un restaurante de comida tradicional contiguo a su primer local. Un neobodegón instalado donde antes había una cervecería, local al que le venían echando el ojo. Allí donde esta calle se junta con Pedro Goyena.

"Inauguramos este mes de agosto, pero la idea comenzó a fines del año pasado, cuando nos acercamos al negocio de la esquina que no estaba funcionando con una propuesta innovadora para el barrio. Por eso decidimos apostar y hacer esta inversión", señala Vanesa Defey Sosa, de 29 años. Tras meses de obra para acondicionar el local, pusieron Malandra.

¿Por qué se la jugaron por esta ubicación? "Nosotros, aparte de tener la Cafetería Tueste, también vivimos en Caballito, y observamos que faltaba una propuesta de este estilo en el polo de Pedro Goyena.

"Una esquina donde puedas encontrar clásicos de la gastronomía argentina. Platos ricos, pero sin mucha vuelta, como un buen pastel de papas, un guiso de lentejas, una tortilla o unas pastas", afirma Vanesa, quien agrega "además de comer buena carne, por supuesto, en honor a la carnicería que funcionaba allí".

Heber Gaspar, por su parte, explica todas las bondades de haber encontrado el sitio perfecto para montar su proyecto: "Las buenas dimensiones del antiguo frigorífico, nos permiten tener grandes espacios de cocina que conservan sus mesas de corte. Además, las cámaras frías son enormes. En lo que fue el salón de ventas de la carnicería hoy está el comedor".

El local es muy luminoso, sobre todo al mediodía, para pedirse el especial del día o alguna opción a la carta como las empanadas de carne cortada a cuchillo o de la de hongos y queso, que salen con yasgua. O unos ravioles de pollo a la bechamel de lima. La panera incluye focaccia, libritos y grisines, junto con porotos en conserva y manteca en rulos.

Como en toda verdadera cantina, el objetivo de Malandra es dar de comer casero y abundante. 

"Con lo que nos gusta comer en casa y con lo que buscamos cuando vamos a comer a la esquina": hay milanesas y lomo a la crema con milhojas de papa; matambre a la pizza; rabas con salsa tártara; gambas al ajillo; Revuelto Gramajo.

La tortilla de papas sale babé con alioli de cebolla quemada y togarashi. El toque especial también está en la provoleta grillada, con miel picante, ensaladita de eneldo, hierbas y nueces tostadas.

"Para fidelizar clientes pensamos en los puntos de valor que nosotros mismos deseamos y que podemos ofrecerles", afirman: un buen servicio, abrir todos los días, ofrecer un menú ejecutivo, cerrar la cocina a las 12 de la noche".

Algunos de los postres son el flan, las peras al vino tinto, ambos en código "dulces de la abuela"; para innovar, el cremoso de chocolate con sal y oliva. 

Habrá que ir y pronto.

Malandra - Dirección: Pedro Goyena N° 199, Caballito. Horarios: todos los días de 12:00 a 16:00 y de 20:00 a 01:00 AM. IG: @somosmalandra.