Es muy difícil que Martín Rebaudino salga de Roux para cocinar en territorio "ajeno". Pero con motivo del primer aniversario de Namida, estará haciendo un "pop-up" la noche del 30 de noviembre. El menú será acompañado por vinos Saint Felicien, de la Bodega Catena Zapata.
No nos gusta el anglófilo término "pop-up", pero ocurre que su traducción literal ("surgir", "aparecer") no dice demasiado, por lo que en tal caso tendríamos que aclarar de qué estamos hablando. Por otra parte, las dos palabritas se han puesto de moda para indicar que un restaurante organiza un evento en el cual un chef es invitado a elaborar un menú ajeno.
De manera que dicho esto, se viene un pop-up para alquilar balcones. Porque no es frecuente que Martín Rebaudino deje una noche su propio restaurante para cocinar en territorio "ajeno".
Quienes lo han conseguido son los primos Matías y Facundo Kreiman, artífices de Namida, que con motivo de su primer aniversario programó una serie de cuatro pop-ups. El primero tendrá lugar el próximo martes 30 de noviembre, por la noche.
La presencia de Martín Rebaudino se explica por cuanto Matías fue parte de la cocina de Roux durante varios años.
El menú constará de 6 pasos, todos ellos acompañados por vinos de la línea Saint Felicien, de la Bodega Catena Zapata.
Facundo y Matías Kreiman.
Aperitivo:
Usuzukuri de pesca nacional con jugo de ceviche de azafrán.
Entradas:
Trío de niguiris (niguiri de chipirones con aceite de chorizo, niguiri uzura y niguiri porteño).
Involtini de pak choi y relleno de confit de pato, yogur natural, aire de garam masala y gel de maracuyá.
Principales:
Tortelli de trucha con crema de coliflor, katsuobushi y gel de lima.
Cabrito lechal de Quilino (Córdoba) en cocción lenta, con polenta blanca trufada y su jugo de asado.
Postre
Mango escabechado a la pimienta de aguaribay, nube de chocolate blanco, aire de coco y lemon grass.
El 17 de noviembre, en el marco del Día de la Baklava, Restaurant Armenia comparte una receta tradicional y una historia que trasciende fronteras. Crujiente, perfumada y bañada en almíbar, la baklava es mucho más que un postre: es un símbolo de hospitalidad, memoria y encuentro.
En una esquina de Palermo, una casa de barrio conserva algo más que historia: guarda el espíritu de Reliquia, el restaurante creado por el chef Branko Vaccaro y la sommelier Julia Bottaro. Desde su apertura, el proyecto se propuso algo inusual: que la cocina no grite, sino que dialogue, y que el servicio conserve la calidez de lo familiar.