Oviedo es otro clásico de Buenos Aires, que se adaptó al servicio de delivery y take away. Y además se lo toma con humor, enseñándonos a detectar fácilmente si estamos contagiados.
Qué mejor que tomarse las cosas con humor ante esta cuarentena eterna y que nos hace pensar si realmente vale la pena destruir todo lo que te ganaste en una vida de trabajo y esfuerzo.
La gastronomía ha recibido un golpe de nocaut y el servicio de delivery y take away sirve, al menos, para ponernos de pie y ver si podemos seguir dando pelea. Oviedo también se lo toma con gracia, porque mucho peor es darse por vencido sin dar pelea.
Qué más se puede decir de Oviedo a esta altura que no se haya dicho. Al igual que casi todos los restaurantes en cuarentena, Emilio Garip decidió adaptarse a las circunstancias ofreciendo el servicio de delivery y take away con algunos de sus platos más celebrados. La calidad de siempre en tu propia casa.
Pero asimismo se lo toman con humor para demostrar que aún en los momentos más complicados, hay tiempo para una sonrisa, pensando en que habrá un futuro distinto pero futuro al fin. Y los desafíos están para los que han hecho gala de coraje y profesionalismo a lo largo de toda su vida, como es el caso que nos ocupa.
Así que para detectar simbólicamente (o no tanto) si tenés o no el COVID-19 tan temido, Oviedo te invita a hacer lo siguiente:
1) Pedí tu paella por delivery.
2) En cuanto llega el pedido, quitá el envase y sentí los aromas.
3) Comé y compartí hasta que no quede nada.
Pues bien, si sentiste el perfume del azafrán y los mariscos en los momentos 2 y 3, quedate tranquilo que estás libre de la enfermedad. Y además, dicen en Oviedo que hay que repetir día por medio alternando con cochinillo, ravioles, risotto y pescado fresco.
Llamá a los teléfonos: 4821-3741 y 4822-5415, todos los días de 12 a 22, pedí el menú del día y hacé tu pedido.
El 17 de noviembre, en el marco del Día de la Baklava, Restaurant Armenia comparte una receta tradicional y una historia que trasciende fronteras. Crujiente, perfumada y bañada en almíbar, la baklava es mucho más que un postre: es un símbolo de hospitalidad, memoria y encuentro.
En una esquina de Palermo, una casa de barrio conserva algo más que historia: guarda el espíritu de Reliquia, el restaurante creado por el chef Branko Vaccaro y la sommelier Julia Bottaro. Desde su apertura, el proyecto se propuso algo inusual: que la cocina no grite, sino que dialogue, y que el servicio conserve la calidez de lo familiar.
