No es “Believing” sino “Beliving”, al fin y al cabo solo una letra de diferencia. Pero igual hay que creer en este bistró de apenas 24 cubiertos que supera las expectativas.
Beliving es más conocido en el sur del Conurbano, más precisamente de Lomas de Zamora, por ser un boliche nocturno. Pero su Bistró, adyacente al local de marras, muestra un particular encanto y la solidez conceptual de la chef Candelaria Rovegno. Fondo de Olla visitó el lugar luego de conocer Bacán, otro de los restaurantes del grupo que integran Guido Paccini, Mariano López y Juan Bruno. Y donde también ella maneja la brigada de cocina.
Candelaria, se recuerda, tuvo en la zona un restaurante que llevaba su nombre y que dio mucho que hablar. Previo a ello había pasado por algunos de los más prestigiosos restaurantes de España e Italia. Era una jovencísima cocinera que debía lidiar con una pléyade de colegas duros y poco dispuestos a dejarse invadir por una mujer. Pero ganó la batalla a puro entusiasmo y una capacidad innata para asimilar los conocimientos que le iba dejando la experiencia europea.
El local es pequeño, solo acepta 24 cubiertos y está ubicado a un lado del ingreso al boliche. Como se sabe, lo bueno viene en frasco chico. Y Beliving responde ampliamente a esas expectativas.
Candelario Rovegno es la chef de Beliving, donde puede dar rienda suelta a su capacidad adquirida en stages en algunos de los restaurantes más caracterizados de Europa.
Candelaria armó un menú de notoria raigambre mediterránea, con platos en los deja en evidencia un toque personal que la distingue. Para el inicio, hay una opción para el frío de la época, como es la sopa de zapallo cabutia con cremoso de tomillo. O bien brie crocante sobre compota de tomate y huevo poché; cipolla (cebolla) rellena; mollejas braseadas sobre crocante de papas y rúcula fresca; polenta grilla con ragú de salchicha de cerdo; langostinos apanados en coco con mayonesa de jengibre y cilantro; rosti de salmón ahumado con verdes de estación.
Entre los principales hay una buena y amplia oferta de pastas: rotolo de espinaca y parmesano con crema; raviolones de ossobuco en su jugo; pappardelle con ragú de cordero y tomates asados; lasaña de hongos, mozzarella y parmesano. Hay también un risotto verde con mollejas. Los pescados están presentes con el lenguado sobre puré de zanahoria, esparrágos y aceite de hierbas, y salmón rosado con milhojas de papa, espinaca salteada y tomates asados. Y en materia de carnes rojas, entraña con manteca de ajos asados, puré de papas y panceta; ribs de cerdo con cremoso de batatas, chutney de mango y barbacoa; o bondiola con puré de cebollas confitadas y zanahorias babies.
Y para el final, clásico tiramisú, o fondant de dulce de leche con helado de crema y frutillas frescas; tartine de manzana con helado de vainilla; profiteroles con helado y salsa de chocolate caliente.
Beliving ofrece cócteles muy recomendables y una carta de vinos que se destaca por sus precios razonables. Este Bistró es una opción ineludible en el sur de la ciudad, con nivel acorde a la exigencia de un público que busca mucho más que minutas y platos demasiado comunes.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.