Dicen que las mejores conversaciones comienzan con un buen aperitivo. Y mucho mejor si ese aperitivo posee un sabor tan único que no se confunde con nada más, la reunión no solo empieza bien, sino que deja huella.
Bellachezco Rosé no es un aperitivo más. Es el resultado de la obsesión del Grupo Giangi por ofrecer bebidas que capturan el alma de la Argentina, con ese toque artesanal y tan particular al que ya nos tienen mal acostumbrados.
Hecho con frutos rojos seleccionados y con un vino del Valle de Uco, en Mendoza, este aperitivo es lo que sucede cuando el buen gusto y la tradición se encuentran en una copa.
Un equilibrio entre frescura y carácter que te invita a tomarlo en esos momentos en los que una cerveza parece poco y un cóctel parece mucho.
Y lo mejor es que no necesita excusas. Funciona perfecto en una reunión con amigos, como el primer trago de una noche de salidas o como el compañero ideal de una buena comida.
"Si ya lo probaste, sabes de qué hablamos. Si no, bueno... es momento de descubrirlo. Probalo, disfrútalo y, sobre todo, compartilo. Porque hay bebidas que saben bien, pero hay otras, como Bellachezco Rosé, que saben a experiencias".
Es indiscutible que al vino lo han hecho difícil, complicado, inentendible para el común de los consumidores. Estamos hartos del verso, la charlatanería, de los que venden humo, de la biodinamia y de los descriptores que solo aparecen en la imaginación de los sommeliers. La culpa de la caída en el consumo de vino, la tenemos todos: periodistas, enólogos, ingenieros agrónomos, vinotequeros y, sobre todo los sommeliers. Por eso uno trata de leer poco, salvo que aparezca un señor llamado Marcelo Sola, echando luz cuando todo está en tinieblas.
Dentro del enorme abanico de propuestas de la reciente feria Caminos y Sabores, en el rubro bebidas fue muy grato comprobar que, año tras año, crece la cantidad de productores que dan a conocer sus vermuts, así como también aumenta el interés de los consumidores y su nivel de conocimiento.
El jurado internacional de los Decanter World Wine Awards 2025, uno de los concursos más prestigiosos en el mundo del vino, otorgó altas distinciones a dos bodegas mendocinas.