Está ubicado en el polo gastronómico del barrio de Saavedra, concretamente en el Bulevar García del Río (de ahí su nombre Bulebar, con b larga), y ofrece una coctelería muy creativa junto a un menú ecléctico con opciones para todos los gustos.
Bulebar abrió sus puertas en el barrio porteño de Saavedra en agosto de 2021, durante una de las aperturas limitadas por la pandemia. Su "corazón" es la llamativa barra de cócteles que no sólo se destacan por su creatividad, sino también porque en algunos casos son terminados frente mismo a los clientes.
Se trata de un lugar ideal para parejas y grupos, ya que cuentan con un deck con mesas para dos, cuatro o más personas y, ya en el interior del local, se impone la barra en forma de isla con butacas altas en sus laterales, desde donde se pueden apreciar estantes luminosos con numerosas botellas.
A su alrededor, hay mesas y un living con un sillón capitoné de cuero verde. Las arañas con cristales le dan elegancia al salón y contrasta con la rusticidad de sus paredes, cubiertas de murales. Al fondo, se llega a un patio calefaccionado con mesas metálicas altas, bajas y livings.
Va de suyo que el "corazón" de Bulebar es la coctelería. De manera que luego de hacer una recorrida por el lugar junto al dueño de casa Maxi Bartfeld (y también por el vecino restaurante "Idilio" recién inaugurado), lo primero que hicimos fue elegir un cóctel de la nutrida y muy original propuesta: Negroni Smoke con vermut rosso Lunfa, Campari, gin macerado en naranja y ahumado en canela. Que se acompañó con las aceitunas fritas, rebozadas en cereales y con mayonesa de hierbas.
Entre los cócteles clásicos no faltan el Old Fashioned, Negroni, Penicillin, Dry Martini, Cosmopolitan y Mojito, entre otros. Y de los que se destacan como de "de autor", se probó el llamado "Amnesia", servido en copa de Martini y contiene gin macerado en limón y cardamomo, almíbar de menta, jugo de lima y una jeringa con Absenta de producción nacional, que el mismo cliente va agregando a su cóctel.
Uno de los más pedidos es el "Redstone", en copón con tallo alto, que lleva gin macerado con pomelo y flor de hibiscus, Aperol, ron dorado, jugo de naranja, almíbar y limón, decorado con flores comestibles de colores.
También hay siete opciones de mocktails, como "Sensación Tropical" (jugos de manzana, naranja, limón y almíbar de ananás); "Ibiscus Ice Tea"; "Sunset de mar" (jugo de limón, pulpa de ananás, almíbar, mandarina, menta y limón).
No faltan tampoco las cervezas tiradas, en porrón o lata, los vinos en botella o por copa en una acotada pero muy bien elegida carta, así como una gran variedad de destilados, entre los que se pueden mencionar varias opciones de gin, vodka, tequila y whisky.
La oferta gastronómica de Bulebar es muy amplia y se divide en Picoteos, Tacos, Ensaladas, Especiales, Burgers y Pizzas.
Para picotear, además de las aceitunas ya mencionadas, hay ravioles fritos de queso de cabra, tomates asados y espinaca con salsa picante; falafel con salsa de yogurt; chilaquiles, tequeños, langostinos empanados y papas Bulebar o bravas.
Por su parte, del sector de "Especiales" probamos las croquetas de hongos con bechamel y mayonesa de hierbas, y las quesadillas cuatro quesos, con crema ácida.
Del mismo capítulo, llegó a la mesa la imponente "torre" de ribs de cerdo laqueadas, con salsa teriyaki, queso azul y mayo de hierbas, para compartir y muy recomendable.
Otras opciones son el katsu sando con chips de batata (milanesa de cerdo, salsa tonkatsu y ensaladita asiática en pan de molde), y milanesa de bife de chorizo con cheddar, panceta, tomate, lechuga capuchina y salsa Thousand Island en pan ciabatta, con papas fritas.
Ideales para esta temporada veraniega son las ensaladas, entre ellas la "Thai" (endivias, rúcula, pepino, zucchini, cebolla morada, vinagreta de yogurt, maní tostado, pickles de remolacha y manzana, con opcional de langostinos grillados).
También sobresalen dos tipos de tacos de tortilla de maíz crocante: unos con langostinos, repollo, mayonesa de hierbas y pickles de cebolla morada y otros con pollo crispy, pico de gallo y palta.
Finalmente, están las hamburguesas, que salen siempre con papas fritas, como las de carne doble (280 gramos), triple (420 gramos), pollo frito o Not Burger doble (280 g). Por ejemplo, la Marilyn (con cheddar, bacon, tomate, lechuga capuchina y salsa Thousand Island), y la Hender (provoleta, cebollas y morrones asados, papas pay y mayonesa de chimichurri).
Y las pizzas de seis porciones, entre las cuales están la Porto Smoke (con salsa de tomate, mozzarella, hongos portobello y queso ahumado), y la Provoleta not Alone (con salsa de tomate, mozzarella, provolone y cebolla de verdeo).
Para cerrar con algo dulce, se pueden degustar la Chocobilbo By Bilbo Café o las tabletas de helado.
Para tener en cuenta como plan de fin de semana, los viernes y sábados a partir de las 22:00, Bulebar recibe a un DJ que musicaliza la noche con música ambient, house, chill y tecno.
Lo más interesante de la propuesta es que la coctelería está acompañada de una gran variedad de opciones para degustar, todo en porciones exuberantes y con diferentes espacios para que cada uno se adapte a sus propios gustos..
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.
Un bistró que le hace honor a la cocina más refinada del planeta. Le Rêve ("el sueño", en francés), nos transporta a la magia parisina en una esquina de Buenos Aires. La propuesta del joven chef Ramiro Hernández exhibe un técnica perfecta, elegancia y personalidad. La coctelería del "Tiger" es otro fuerte del lugar. Y su ambiente, nos agasaja con música sin estridencias, como debe ser en un restaurante, a lo que se suma un servicio impecable comandado por Darío Núñez. Lujos que nos podemos dar en una ciudad que, en materia de gastronomía, lo tiene todo.