Scuola Pizzaioli brindará el 18 de junio una Masterclass de técnicas avanzadas en Santiago de Chile. Y cuatro días más tarde, hará lo propio en Lima. La pizza napoletana, que ya había tenido una experiencia en Montevideo, ahora vuelve a exportar su know how a otros países de la región.
Tras el importante caudal de alumnos chilenos que han pasado por la sede de Scuola Pizzaioli en Buenos Aires, el staff se desplaza esta vez para brindar una clase en la capital chilena. La actividad se celebrará en la sala de conferencias de Fresia 9243- Quilicura.
Una Masterclass que ahondará en técnicas diversas de elaboración de pizza napoletana contemporánea: biga, poolish y autolisi, incluyendo todo el proceso desde la introducción de materias primas hasta el resultado final con elaboración de distintos tipos de masas.
La clase provee a los asistentes un kit didáctico, materiales y certificado internacional.
Scuola Pizzaioli, con el respaldo de la Accademia Nazionale PIZZA DOC, está a la vanguardia de la pizza napoletana, participando en cada formación, exhibición, feria y competencia en Italia. De esta manera, se trae al país de manera permanente la cultura y tendencia gastronómica italiana y napolitana en particular, a Sudamérica.
En Lima
Por otra parte, Scuola Pizzaioli repetirá su Masterclass el 22 de junio en la capital peruana. En esta ocasión, el equipo docente se desplazará a un país en el que la gastronomía está sumamente apreciada. La sede de la clase será el Circolo Sportivo Italiano de Lima.
El 17 de noviembre, en el marco del Día de la Baklava, Restaurant Armenia comparte una receta tradicional y una historia que trasciende fronteras. Crujiente, perfumada y bañada en almíbar, la baklava es mucho más que un postre: es un símbolo de hospitalidad, memoria y encuentro.
En una esquina de Palermo, una casa de barrio conserva algo más que historia: guarda el espíritu de Reliquia, el restaurante creado por el chef Branko Vaccaro y la sommelier Julia Bottaro. Desde su apertura, el proyecto se propuso algo inusual: que la cocina no grite, sino que dialogue, y que el servicio conserve la calidez de lo familiar.
