Que viva lo diferente

Sui generis

Viernes, 5 de noviembre de 2021

Una bodega que nunca renunció a lo clásico. Otra que creó un estilo diferente en materia de espumantes. Dos casos bien definidos donde no hay que explicar de qué se trata. Hasta un consumidor poco avezado podrá descubrir el origen del producto. Los vinos de López y los espumantes de Rosell Boher.

Esta semana y luego de insistir bastante, nuestro colega Mariano Fresco nos convenció de participar como invitados en una clase del Instituto Gato Dumas. Fue más de una hora de fructífera charla con los alumnos, hablando de Fondo de Olla © y de nuestras vivencias en el mundo de la gastronomía.

Una de las cosas que destacamos tuvo que ver con las ventajas que surgen de ofrecer algo diferente a lo conocido. En nuestro caso en particular, publicar un sitio enogastronómico que resulte crítico en un ámbito en el que abundan los elogios fáciles y las adjetivaciones exageradas.

Sobre esta cuestión, mencionamos a los alumnos un concepto emanado del periodista argentino de la CNN, Andrés Oppenheimer. En el marco de una charla ante egresados de la carrera de Comunicación Social de la UADE, el colega contó sus primeros pasos en los Estados Unidos, a poco de dejar su barrio de Belgrano por la aventura hacia lo desconocido.

Y precisamente señaló que llegar a aquel país sin recursos, lo llevó a razonar sobre algo que todos deberíamos tener en cuenta: buscar siempre diferenciarnos, hacer algo donde no existe la competencia, porque ésa es la verdadera razón por la cual podemos tener encaminado el éxito.

Esta introducción viene a cuento por algo que observamos en el mundo del vino. Dos bodegas, dos estilos que los diferencia y que permiten que, cualquier consumidor y aun aquellos poco avezados, puedan reconocer que se trata de un vino de la Bodegas López, o los espumantes de Cavas Rosell Boher.


ESTILO LÓPEZ

Cuánto se ha criticado el estilo de Bodegas López. Que sus vinos son arcaicos, que solo los compra la gente de edad avanzada, que no se pueden exportar, que esto y lo otro.

Sin embargo, López suma y sigue. Tiene un ritmo de producción asombroso y no es verdad que se ha quedado en el tiempo. En los últimos años, vienen renovando su packaging y la comunicación, que además incluye por primera vez la composición varietal de sus vinos. Y no tienen ningún problema en incursionar en el mercado de los vinos jóvenes, aunque sin renunciar jamás a su estilo.

De manera que la escasa o nula mención que hacen los sommeliers y también nosotros los periodistas gastronómicos acerca de esta bodega, demuestra que López está por encima de todos nosotros y en especial de los nuevos comunicadores. Basta con probar cualquiera de sus vinos para saber de qué se trata.

Uno de los pocos -o quizás el único sommelier que siempre ha ponderado los vinos de López es Patricio Zárate, excolaborador de Fondo de Olla ©, hoy radicado en Madrid donde trabaja en el Restaurante Amazónica.

Lo contactamos esta vez para que nos dé su versión del estilo López desde una visión que hoy le resulta más completa desde una visión europea. 

Nos dice que "se puede hacer un paralelismo entre Bodegas López en la Argentina y algunos establecimientos muy tradicionales de España. 

Y pone los ejemplos de López de Heredia o La Rioja Alta, que tienen etiquetas muy famosas como Viña Tondonia, 904, Viña Ardanza ó 890, todos con un estilo sumamente necesario, porque la diversidad da riqueza".

Afirma Patricio que "el mundo del vino es hedonista, es una cuestión placentera, por lo que los estilos clásicos no pueden estar ausentes ya que son fascinantes por el mero hecho de que están apoyados en los sabores y aromas terciarios del vino".

Nunca más certero aquello de que "en la variedad está el gusto".

Son los descriptores que aparecen en "la crianza, muchos años después de la vinificación y, por tanto, son vinos que reflejan el paso del tiempo a través de la aparición de notas que, si bien tienen que ver con la fruta, se expresan de una manera diferente en forma de membrillo, pasa de uva y fruta pasificada, pero con algo más interesante que es lo que aporta el paso del tiempo, aromas a cuero y caramelo, fruta cocida".

En resumen, Patricio afirma que "en la diversidad está el gusto y el estilo clásico en España está más reconocido que en la Argentina". Por último, afirma que ""López tiene un eslogan muy bueno, que dice que ‘nosotros lo guardamos por vos', que es lo mismo que hacen las bodegas españolas que mencioné antes".

Bravo por López que nunca se dejó llevar por los vinos "fotocopia" estilo Michel Rolland, superconcentrados y difíciles de identificar. Algo que tuvo su cuarto de hora, pero va desapareciendo del mercado por sus características que hace que los vinos sean poco bebibles.

Por fortuna, también hoy tenemos bodegas que buscan la diferenciación por otros aspectos, como por ejemplo los terroirs. En este caso, Catena ha sido precursor en este sentido. Esto demuestra también que siempre surgen otras maneras de hacer la diferencia.  


ESTILO ROSELL BOHER

El caso de Cavas Rosell Boher es parecido aun en sus diferencias particulares, como que es una bodega con trayectoria más corta que López, aparte de que se trata de espumantes. Pero si los une una característica común: que poseen un estilo propio y bien definido que los identifica.

Podrán servirte a ciegas un Rosell Boher (la bodega cuida especialmente esta marca, por cuanto solo la utiliza para sus espumantes) y sabrás de inmediato y con el mínimo esfuerzo qué estás bebiendo. 

Excepto el Encarnación que tiene predominancia de Chardonnay, los demás exponentes de la línea son fácilmente detectables a la vista y en boca.  

Lo mismo puede decirse del Extra Brut, que se comercializa como Casa Boher, pero que ofrece también factores similares en la elaboración para que lo podamos identificar como perteneciente a la misma bodega.

De manera que el trabajo que viene realizando desde hace tiempo el enólogo Alejandro "Pepe" Martínez Rosell ha dado sus frutos, no solo porque el producto está reconocido como uno de los mejores del mercado,  sino también por el aporte en la diversidad de la que hablaba Patricio Zárate.

El éxito en ventas de estos espumosos ofrece una conclusión  elocuente de que, además de la calidad indiscutible de sus productos, cuando se ofrece algo distinto a lo que es habitual en el mercado el consumidor se hace fanático.

Sui generis es una expresión latina que les cabe a ambas bodegas: "locución latina que significa literalmente ‘de su género o especie'. Se emplea con el sentido de ‘singular o peculiar'".

Qué viva la diferencia, porque demasiado aburrido sería todo si fuéramos todos iguales. 

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