Dos Cielos bien abiertos

Quiso la casualidad que hace menos de tres meses, revisando una de nuestras cavas personales, nos encontráramos con una botella de Dos Cielos, un blend genérico de dos variedades que elaboraron en conjunto los enólogos de Lagarde, Juan Roby, y de Canale, Horacio Bibiloni.

Ahí fue que recordamos haber concurrido a la presentación de este vino, toda una rareza por ser el único emprendimiento conjunto de dos bodegas, tan distintas por su ubicación geográfica, pero similares por su composición familiar y el espíritu que las caracteriza. Fue un hecho único e irrepetible. Y lo será seguramente por mucho tiempo.

Pasaron casi dos décadas entre una cosecha original y la siguiente, la 2019. Sofía Pescarmona lo explica señalando que, pese a las ganas de repetir la experiencia, surgieron problemas burocráticos, sobre todo como la aprobación de la marca. Encima, en su momento el INV se sorprendió con la novedad de que dos bodegas se juntaran para hacer un vino que es parte de Mendoza y parte del Alto Valle, en la provincia de Río Negro. Algo que estaba fuera de los cánones habituales.

Este Dos Cielos no se parece al anterior, porque responde a un estilo diferente, más moderno, fácilmente bebible y con una composición en la que intervienen cinco cepas diferentes. 

Aquel, que lo bebimos con una guarda de 17 años, estaba impecable, había ganado en complejidad y por lo que recordábamos de la época de su presentación al mercado, su concentración había disminuido.

Para hacer más curiosa la experiencia, si bien ambas bodegas comparten en partes iguales al Malbec, que es mayoritario (60%), Canale aportó el Cabernet Franc (16%) y el Petit Verdot (10%); y Lagarde hizo lo propio con el Merlot (7%), una cepa que se asocia mucho con la Patagonia, y otro 7% de Syrah.

Ambos enólogos, Juan Roby y Horacio Bibiloni, coinciden en que, para llevar adelante un trabajo de esta naturaleza, hay dejar de lado los egos. El trabajo conjunto mejora y forma una asociación que, en este caso, nace de dos bodegas con espíritu familiar y que tienen muchas cosas en común. Y de dos profesionales que se entienden a la perfección.

La idea se había gestado por iniciativa de dos exponentes de las generaciones más jóvenes de Lagarde y Canale: Sofía Pescarmona por un lado y Guillo Barzi Canale, por el otro.

Para ser más concretos, basta decir que la Bodega Lagarde cuenta con una trayectoria de 124 años, mientras que Humberto Canale atesora 112 años de historia. Sofía forma parte de la tercera generación de la bodega mendocina, y Guillo de la cuarta.

Lagarde pertenece a la familia Pescarmona y es una de las primeras bodegas fundadas en Mendoza por aquellos visionarios que llevaron la vitivinicultura a la región de Cuyo. Algunos de sus viñedos fueron plantados en 1906.

En tanto que Humberto Canale es propiedad de la familia Barzi Canale, pionera en la producción de vinos en la Patagonia, que cuenta con viñedos de 1937.

La añada 2019 está compuesta principalmente por Malbec de ambas regiones. La elaboración de este vino fue tradicional, se utilizaron levaduras indígenas y tuvo una crianza de 18 meses en barriles de roble francés. 

Solo 6.000 botellas forman esta exclusiva partida, que se comercializará en estuches de madera de tres unidades.

Los datos técnicos emitidos por los enólogos, señalan que Dos Cielos 2019 exhibe un color rojo rubí oscuro, limpio y brillante. "Es aromáticamente intenso y muy complejo, con notas a frutas rojas y negras maduras, así como en confitura".

"Y en boca es un vino de taninos finos y buena acidez, que le aportan una estructura firme. Es persistente y de final largo, augurando un gran potencial de guarda".

"En la elaboración de este vino nos planteamos como objetivo que el mismo tuviera una identidad propia. En él conviven en armonía las expresiones de dos terruños diferentes, esto lo convierte en un vino único", explicó Horacio Bibiloni, enólogo de Humberto Canale.

Por su parte Juan Roby, enólogo de Lagarde, agregó: "cumplimos la meta planteada al lograr un vino muy intenso y expresivo, que se define por su complejidad y su estructura fina y elegante".

La etiqueta está inspirada en el arte Madí, lenguaje estético que se expresa con mínimos elementos y pureza de formas. Está simbolizado por dos planos puros, que representan los cielos de Mendoza y de la Patagonia, que terminan fusionados en uno.

Dos Cielos 2019 estará a la venta en vinotecas, tiendas especializadas y en los canales de E-Commerce de ambas bodegas a partir de noviembre próximo, a un precio sugerido de $ 9.500 por botella.

Seguramente que la tercera añada no demorará tanto como el tiempo que transcurrió entre las dos anteriores. Dos Cielos demuestra que se pueden hacer cosas dejando de lado los egos personales, así como dejar de lado cualquier tipo de grieta. Dos bodegas centenarias son un ejemplo elocuente de que se puede.