Perfume de mujer en las bodegasViernes, 21 de febrero de 2020
Por suerte ya no son una rareza en el mundo del vino. Si bien hubo algunos antecedentes, muy aislados, es recién en lo que va de este siglo que las mujeres vienen ocupando espacio en la enología. La última en llegar es Paula González, en Pyros Wines.
Quién las ha visto y quién las ve. Cada vez más mujeres ocupan cargos ejecutivos en la enología argentina. Ellas se ganaron un espacio impensado en un mundo de hombres, el de las viñas y las bodegas.
En los reiterados viajes que uno hizo a Dinamarca (lo mismo corre para el resto de los países nórdicos), nos sorprendió la absoluta igualdad de trato, paga y presencia de las mujeres en cualquier tipo de actividad laboral. Más aún, en los frigoríficos de carne porcina que visitamos, había mujeres en el desposte, algo impensado entre nosotros.
¿Y en el mundo del vino qué? En lo que va del siglo XXI ha crecido sintomáticamente la participación de la mujer en la enología. Y lo bien que están trabajando. Ya no las miran como bichos raros sino con respeto.
Hay que considerar también que muchas mujeres que no son enólogas de profesión, sí han tenido y tienen gravitación en las bodegas, ya sea por herencia, por incursión empresarial o por lo que fuere.
Casos emblemáticos son los de Laura Catena (médica de profesión pero con altísima participación en el grupo familiar, no solo en el manejo general de la bodega sino también en la elaboración); las hermanas Sofía y Lucía Perscarmona (a cargo de Bodega Lagarde) y la actual presidente de Bodegas de Argentina y propietaria junto a su esposo de Tapiz.
Pero el caso que nos ocupa es más específico: la presencia femenina en la enología, en el diario trabajo a campo, en la propia bodega y en el poder de decisión en lo que respecta al momento de cosechar, en el corte de los vinos y en todo lo que atañe a la tarea de un enólogo. Muchas de ellas, asimismo, ocupan cargos jerárquicos en su actividad.
A la hora de señalar pioneras, se suele mencionar y con justa razón a Susana Balbo, a quien consideran la primera licenciada en Enología del país. Y es justo reconocerlo. Ella además fue presidente de Bodegas de Argentina.
Sin embargo, si de pioneras se trata, hay que ir mucho más atrás. Según leemos en una vieja nota del Diario de Cuyo, fueron dos sanjuaninas las primeras egresadas de la Escuela de Fruticultura y Enología de San Juan, creada por Domingo Faustino Sarmiento el 7 de septiembre de 1882. Es por eso que ese día se festeja todos los años el Día del Enólogo.
Volviendo a las pioneras, fueron Delia Bravo y Nelly Brond de Taja, egresada en 1952 y docente en la escuela en la que se formó. Por desgracia, a ellas pocas veces se las recuerda.
Hoy son muchos los nombres de mujeres que se destacan en la vitivinicultura argentina. Estela Perinetti (también vinculada a Catena y hoy a cargo de Las Estelas Wines) ha sido una de las más reconocidas. En el mismo grupo aparece Belén Iacono, responsable de la viña nada menos que en Adrianna Vineyard.
Otro caso singular es el de Victoria Prandina, quien forma parte del equipo enológico de Trivento, donde es responsable de la línea de vinos premium de la bodega de capitales chilenos.
Hay que sumar a vuelo de pájaro a otros nombres como Andrea Marchiori (recibida en 1996); Carola Tizio (gerente de Desarrollo Vitivinícola en Los Amores- Vicentín); Valeria Antolín (Piatelli): Gabriela Celeste (Eno-Rolland); Paula Borgo (Séptima); Carolina Cristofani (El Esteco); Noelia Torres (Ruca Malén).
Va de suyo que estos no son todos los nombres de las mujeres que se imponen con solvencia profesional en la enología. Pero sí sirven como ejemplos claros de una presencia cada vez mayor en la actividad.
El último caso es el de la licenciada Paula González, quien acaba de incorporarse a Pyros Wines como winemaker de la bodega. Esta joven mendocina se sumó al equipo enológico de la bodega en noviembre de 2019 y tiene a su cargo el desarrollo y la elaboración de las tres líneas de la bodega sanjuanina: Pyros Special Blend; Pyros Single Vineyard y Pyros Appellation.
Paula trabajó en Graffigna como responsable de los vinos de alta gama con foco en Pedernal y con anterioridad en la Bodega Casarena de Luján de Cuyo. Se graduó con honores como licenciada en Enología en la Universidad Juan Agustín Maza, de Mendoza.
Bienvenido sea el perfume de mujer en las bodegas argentinas.
Por suerte ya no son una rareza en el mundo del vino. Si bien hubo algunos antecedentes, muy aislados, es recién en lo que va de este siglo que las mujeres vienen ocupando espacio en la enología. La última en llegar es Paula González, en Pyros Wines.
Quién las ha visto y quién las ve. Cada vez más mujeres ocupan cargos ejecutivos en la enología argentina. Ellas se ganaron un espacio impensado en un mundo de hombres, el de las viñas y las bodegas.
En los reiterados viajes que uno hizo a Dinamarca (lo mismo corre para el resto de los países nórdicos), nos sorprendió la absoluta igualdad de trato, paga y presencia de las mujeres en cualquier tipo de actividad laboral. Más aún, en los frigoríficos de carne porcina que visitamos, había mujeres en el desposte, algo impensado entre nosotros.
¿Y en el mundo del vino qué? En lo que va del siglo XXI ha crecido sintomáticamente la participación de la mujer en la enología. Y lo bien que están trabajando. Ya no las miran como bichos raros sino con respeto.
Hay que considerar también que muchas mujeres que no son enólogas de profesión, sí han tenido y tienen gravitación en las bodegas, ya sea por herencia, por incursión empresarial o por lo que fuere.
Casos emblemáticos son los de Laura Catena (médica de profesión pero con altísima participación en el grupo familiar, no solo en el manejo general de la bodega sino también en la elaboración); las hermanas Sofía y Lucía Perscarmona (a cargo de Bodega Lagarde) y la actual presidente de Bodegas de Argentina y propietaria junto a su esposo de Tapiz.
Pero el caso que nos ocupa es más específico: la presencia femenina en la enología, en el diario trabajo a campo, en la propia bodega y en el poder de decisión en lo que respecta al momento de cosechar, en el corte de los vinos y en todo lo que atañe a la tarea de un enólogo. Muchas de ellas, asimismo, ocupan cargos jerárquicos en su actividad.
A la hora de señalar pioneras, se suele mencionar y con justa razón a Susana Balbo, a quien consideran la primera licenciada en Enología del país. Y es justo reconocerlo. Ella además fue presidente de Bodegas de Argentina.
Sin embargo, si de pioneras se trata, hay que ir mucho más atrás. Según leemos en una vieja nota del Diario de Cuyo, fueron dos sanjuaninas las primeras egresadas de la Escuela de Fruticultura y Enología de San Juan, creada por Domingo Faustino Sarmiento el 7 de septiembre de 1882. Es por eso que ese día se festeja todos los años el Día del Enólogo.
Volviendo a las pioneras, fueron Delia Bravo y Nelly Brond de Taja, egresada en 1952 y docente en la escuela en la que se formó. Por desgracia, a ellas pocas veces se las recuerda.
Hoy son muchos los nombres de mujeres que se destacan en la vitivinicultura argentina. Estela Perinetti (también vinculada a Catena y hoy a cargo de Las Estelas Wines) ha sido una de las más reconocidas. En el mismo grupo aparece Belén Iacono, responsable de la viña nada menos que en Adrianna Vineyard.
Otro caso singular es el de Victoria Prandina, quien forma parte del equipo enológico de Trivento, donde es responsable de la línea de vinos premium de la bodega de capitales chilenos.
Hay que sumar a vuelo de pájaro a otros nombres como Andrea Marchiori (recibida en 1996); Carola Tizio (gerente de Desarrollo Vitivinícola en Los Amores- Vicentín); Valeria Antolín (Piatelli): Gabriela Celeste (Eno-Rolland); Paula Borgo (Séptima); Carolina Cristofani (El Esteco); Noelia Torres (Ruca Malén).
Va de suyo que estos no son todos los nombres de las mujeres que se imponen con solvencia profesional en la enología. Pero sí sirven como ejemplos claros de una presencia cada vez mayor en la actividad.
El último caso es el de la licenciada Paula González, quien acaba de incorporarse a Pyros Wines como winemaker de la bodega. Esta joven mendocina se sumó al equipo enológico de la bodega en noviembre de 2019 y tiene a su cargo el desarrollo y la elaboración de las tres líneas de la bodega sanjuanina: Pyros Special Blend; Pyros Single Vineyard y Pyros Appellation.
Paula trabajó en Graffigna como responsable de los vinos de alta gama con foco en Pedernal y con anterioridad en la Bodega Casarena de Luján de Cuyo. Se graduó con honores como licenciada en Enología en la Universidad Juan Agustín Maza, de Mendoza.
Bienvenido sea el perfume de mujer en las bodegas argentinas.