"Lo bueno si breve, dos veces bueno", decía Baltasar Gracián. Y la conocida frase le viene como anillo al dedo a los vinos de la línea "Pequeñas Producciones" que Escorihuela Gascón presentó en Roux. Un adelanto de las nuevas cosechas: Sauvignon Blanc, Pinot Noir y Cabernet Franc.
También se dice que lo bueno viene en frasco chico. No en este caso, porque son botellas de 750 centímetros cúbicos. Lo usual. Pero lo de "chico" le cabe por eso de "Pequeñas Producciones".
Más afín es la conocida frase de Baltasar Gracián, que se leía en la portada del desaparecido diario El Mundo: "lo bueno, si breve, dos veces buenos". Jesuita español y escritor, fue el autor de la novela "El Criticón", que publicó en tres partes en los años 1651, 1653 y 1657.
Será por eso, como también somos "criticones", que nos gusta Baltasar Gracián y sobre todo su frase más conocida. Esa misma que bien le cabe a las "Pequeñas Producciones" de la Bodega Escorihuela Gascón.
Los vinos de esta línea cuentan con una mínima intervención, ya que expresan el máximo potencial del terroir y la tipicidad de cada una de sus variedades. En 2017, Escorihuela Gascón sumó el Sauvignon Blanc y el Pinot Noir.
Y esta vez, en el Restaurante Roux, presentó las cosechas 2018 de Sauvignon Blanc y Pinot Noir, y la 2017 del Cabernet Franc.
El enólogo, Matías Ciciani Soler, selecciona cada año para Pequeñas Producciones sólo aquellos varietales que hayan alcanzado su máxima expresión. Los vinos fueron elaborados con uvas procedentes de los viñedos que Escorihuela Gascón posee en el Valle de Uco y San José de Tupungato.
Estas tres nuevas añadas ya están disponibles en las principales vinotecas y restaurantes del país con un precio sugerido de $ 895 la botella, una muy buena relación precio calidad sin dudas.
Respecto al Sauvignon Blanc, el enólogo define las notas de cata de la siguiente manera: "Amarillo pálido con reflejos verdosos. Es intenso, con aromas de piel de lima y mandarina. En segundo plano quedan las hierbas y flores frescas sobre fondo de especias. Aborda el paladar con buena frescura y cuerpo medio. Medio de boca frutal y graso. Final equilibrado y persistente. Es un vino blanco complejo con acidez crocante y buen caudal frutal. Ideal para comidas de mar, arroces, carnes blancas y quesos de pasta blanda madurados. Potencial de guarda de 5 años".
Del Pinot Noir, afirma: "Rojo rubí profundo con reflejos guinda. Expresivo con aromas de cerezas, arándanos y frutilla. Tonos terrosos y de torrefacción definen su complejidad. En paladar es sutil, envolvente y frutal. Medio de boca equilibrado con taninos amables y final prolongado. Es un vino delicado y moderno, buen compañero de risotti, pastas con salsas mediterráneas, carnes blancas, aves y quesos de pasta semidura. Potencial de guarda de 7 años".
Y por último, el Cabernet Franc: "Expresivo con aromas frutales, balsámicos y de especias. Se aprecian ciruelas negras maduras, los arándanos, moras, tomillo, vainilla y chocolate definidos por el tiempo barricas. Paladar intenso y sabroso con impacto semidulce que evoluciona a un medio de boca seco, jugoso y frutal. Se repiten las notas de ciruelas negras y especias con tonos balsámicos y herbales. Alcohol balanceado con taninos firmes de textura amable que se compensan con una alta acidez. Final largo de regusto herbal y frutal. Potencial de guarda de 10 años".
En primer lugar, hay que decir que los tres varietales expresan acabadamente la tipicidad de cada cepa. Un Sauvignon Blanc sin excesos en sus descriptores, agradable, suave, que se impone por su elegancia.
El Pinot Noir también vale porque lo que expresa la variedad, tan difícil y complicada para que llegue a buen término. Tanto a la vista como en boca es un Pinot expresivo. Y es versátil, como para acompañar cualquier tipo de comida, como fue el caso de la codorniz en dos cocciones en puré de quinoto, boniato y gel de pomelo rosado, que nos ofreció el chef Martín Rebaudino.
Sobre el Cabernet Franc podemos agregar que hoy, ante tantas opciones de varietales de esta cepa en el mercado, pareciera que hay más hectáreas plantadas que las que existen en realidad. En particular, este refleja con plenitud lo que debe tener la cepa. Y es un vino para guardar y dejar que el paso del tiempo potencie toda su expresividad.
Nunca más cierto eso de la brevedad, porque estas Pequeñas Producciones son chiquitas pero rendidoras.
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