Una parrilla barrial de Núñez que cumple lo que promete. Buenas carnes, platos abundantes y precios razonables. Con esos soportes, el éxito está asegurado.
Solomía - Quesada 1699 y Arribeños - Teléfono: 4788-6505. Abierto de martes a domingos mediodía y noche. Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Parrilla
Barrio: Núñez
Precio: $$$
Solomía tiene sus años: abrió en el año 2004. Pero el local es más antiguo si a gastronomía se refiere. Allí funcionó en su primera etapa El Parrillón del Pobre Luis (luego El Pobre Luis).
De los mismos dueños de La Brasería, ubicada en la misma esquina de Quesada y Arribeños, en el barrio de Núñez, se trata de una parrilla barrial honesta si las hay: porque cumple lo que promete, cobra lo justo y está siempre repleto.
Los mozos son de los que no necesitan anotar nada porque se acuerdan de todo el pedido aunque la mesa sea numerosa. Y saben recomendar para que uno no se exceda por cuanto las porciones son grandes.
Pero la simpleza de su propuesta no impide que la carta se vaya renovando, con nuevos cortes y hasta un inédito (para lo que ofrecen las parrillas) atún rojo, en tamaño generoso y que llegó en el punto pedido: apenas sellado.
Para abrir el apetito, se pueden pedir las provoletas, en dos versiones: una simple y otra con el agregado de jamón, tomate y morrón. No falta el Chori-Chipa (choripán con pan de queso como en el restaurante de enfrente, o bien la salchicha parrillera.
Las achuras pueden pedirse individuales o en un mix de chinchulines, riñones y mollejas. Para acompañar, morrones grillados con ajo y aceite de oliva. También buenas y clásicas empanadas, o mozzarella a la milanesa con tmate y albahaca, de las entradas de cocina.
Lo fuertes es sin dudas la carne. Hay cortes tradicionales, que salen en el punto pedido, como entraña, asado especial del centro, vacío del fino, colita de cuadril, matambrito de cerdo y hasta "ojo uruguayo", este último necesariamente compartible.
Asimismo, han incorporado algunos cortes especiales que responden a nombres en inglés, pero a no confundirse porque detrás del marketing hay con qué deleitarse: STK Prime Burger ("blend" especial de carnes de 220 gramos, con pan de queso, cheddar, bacon y papas bastón); Cowboy Steak (500 gramos de ojo de bife con hueso); Porterhouse Steak (800 gramos de T-Bone (lomo y bife con hueso) y Tomahawk Ribsteak, una costilla de 1,5 kilogramos con forma de hacha. Otra opción es el Secret Cut (400 gramos de su "corte secreto.
A las habituales guarniciones se suman otras más novedosas, como los Chips Solomía con salsa de mostaza o la Papa Solomía rellena con queso crema, verdeo, mozzarella y panceta.
Quienes lo prefieran, pueden pedir directamente la parrillada para dos a tres personas, muy abundante. O los platos elaborados, entre ellos lomo a la mostaza o a la pimienta; solomillo de cerdo a la barbacoa; ribs American Barbecue; o bien "Pacú Lechón de Río" para compartir como en La Brasería. Y algunas pastas, también provenientes de la otra esquina.
Los postres son tradicionales, pero uno puede sorprenderse con nuevas preparaciones como Lindor Cake (fondant de chocolate Lindt con salsa de frutos rojos) y Hot Chips (cookie casera con chips de chocolate, horneada en el momento, servida con helado de crema americana y charlotte, para compartir).
En la carta de vinos prevalecen las bodegas "grandes", pero los precios son muy accesibles.
En síntesis, queda dicho: se come bien y mucho, a precios que no están inflados. Ahí radica el secreto, aunque no tanto como el corte de carne.
Las leyendas en inglés solo son para el marketing, la carne es argentina.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.