Me quedo con Don ValentínMiércoles, 14 de febrero de 2018Hoy 14 de febrero, a la gilada nos vendieron una fiesta que nada tiene que ver con lo autóctono, sino con un sacerdote que enfrentó al emperador romano Claudio II. Pero la celebración comenzó (cuando no) en los países sajones. Y nosotros compramos cualquier verdura.
Te ponen en una encrucijada, si sos hombre peor aún. Hoy nos toca cumplir aunque pensemos que es una festividad tan tonta como la chocotorta tonta, que es el postre ideal para pedir esta noche. Para estar a tono con la bobería nacional.
Uno puede decir -y con sentimiento- que ama a su esposa los 365 días del año (366 si es bisiesto) y no solo el 14 de febrero. Que es una fecha tonta como todas las que se han inventado para beneficio de los comerciantes.
Y más aún si estas fechas provienen de los países anglosajones. Ya nos encajaron Halloween, ahora San Valentín y en cualquier momento, el Día de Acción de Gracias. Pero acá no vamos en zaga, agarramos cualquier cosa incluido un increíble Día del Amigo solo porque ese día el hombre llegó a la Luna. Ridiculez absoluta.
Los amigos se cotizan en las en las malas y en las buenas, dice el tango "Preparate pa'l domingo, que cantaba Carlos Gardel. O sea que lo ves todo el tiempo y no una vez en el año sin saber siquiera si los astronautas yanquis pisaron realmente el suelo lunar.
Lo de San Valentín es más reciente claro. Pero los restaurateurs se dieron cuenta de que era un pingüe negocio armar un menú y completar las reservas. Juramos que es así, hicimos varias averiguaciones y a pocos restaurantes le queda lugar para la cena de los enamorados.
No estamos en contra de que los empresarios gastronómicos ganen dinero, al contrario. Viene bien para que al menos tengan un resarcimiento entre tanta malaria.
Pero eso de que ahora inventen en Anti San Valentín es demasiado. Como hay mucha gente solari y para que no se queden afuera o les dé vergüenza comer sin compañía, crearon el Anti San Valentín la noche previa, el 13, para que vayas como si fuera el Día del Amigo, pero sucede que no hay motivo ni razón para festejar esta ridiculez.
Como si los pobres periodistas gastronómicos no tuviéramos demasiado con las gacetillas que nos llegan por centenares con las propuestas para esta noche, también empezaron a caer las que nos cuentan sobre los Anti San Valentines. Tan trucho es todo que nos mandan a festejar a las cervecerías y hamburgueserías, para pasar "una noche romántica" con nuestros amigotes.
¿Por qué no se dejan de pavadas? Encima nuestras parejas esperan una salida a comer (los menús son más costosos que los días normales), que les compremos un regalo o que al menos le demos un saludito. Pero no es el cumpleaños de nadie (perdón los que nacieron un 14 de febrero), ni aniversario de casado ni nada que se le parezca.
Ante esta parafernalia obscena, digamos: "Yo me quedo con Don Valentín". Porque lo que importa es el vino (y no la cerveza). El Don Valentín Lacrado es un vino histórico de Bodegas Bianchi (antes Bodegas y Viñedos Valentín Bianchi). Es bien sanrafaelino, bien mendocino, bien argentino.
Así que vamos, esta noche celebramos descorchando una botellita para brindar con nuestra pareja por el amor, sin que importe un cura que casaba a los jóvenes a espaldas del emperador, hasta que un vivo de los negocios tuvo la gran idea de inventar un día para los enamorados. Y la viveza criolla hizo que aparecieran los Anti. Éramos pocos y parió mi abuela.
Hoy 14 de febrero, a la gilada nos vendieron una fiesta que nada tiene que ver con lo autóctono, sino con un sacerdote que enfrentó al emperador romano Claudio II. Pero la celebración comenzó (cuando no) en los países sajones. Y nosotros compramos cualquier verdura.
Te ponen en una encrucijada, si sos hombre peor aún. Hoy nos toca cumplir aunque pensemos que es una festividad tan tonta como la chocotorta tonta, que es el postre ideal para pedir esta noche. Para estar a tono con la bobería nacional.
Uno puede decir -y con sentimiento- que ama a su esposa los 365 días del año (366 si es bisiesto) y no solo el 14 de febrero. Que es una fecha tonta como todas las que se han inventado para beneficio de los comerciantes.
Y más aún si estas fechas provienen de los países anglosajones. Ya nos encajaron Halloween, ahora San Valentín y en cualquier momento, el Día de Acción de Gracias. Pero acá no vamos en zaga, agarramos cualquier cosa incluido un increíble Día del Amigo solo porque ese día el hombre llegó a la Luna. Ridiculez absoluta.
Los amigos se cotizan en las en las malas y en las buenas, dice el tango "Preparate pa'l domingo, que cantaba Carlos Gardel. O sea que lo ves todo el tiempo y no una vez en el año sin saber siquiera si los astronautas yanquis pisaron realmente el suelo lunar.
Lo de San Valentín es más reciente claro. Pero los restaurateurs se dieron cuenta de que era un pingüe negocio armar un menú y completar las reservas. Juramos que es así, hicimos varias averiguaciones y a pocos restaurantes le queda lugar para la cena de los enamorados.
No estamos en contra de que los empresarios gastronómicos ganen dinero, al contrario. Viene bien para que al menos tengan un resarcimiento entre tanta malaria.
Pero eso de que ahora inventen en Anti San Valentín es demasiado. Como hay mucha gente solari y para que no se queden afuera o les dé vergüenza comer sin compañía, crearon el Anti San Valentín la noche previa, el 13, para que vayas como si fuera el Día del Amigo, pero sucede que no hay motivo ni razón para festejar esta ridiculez.
Como si los pobres periodistas gastronómicos no tuviéramos demasiado con las gacetillas que nos llegan por centenares con las propuestas para esta noche, también empezaron a caer las que nos cuentan sobre los Anti San Valentines. Tan trucho es todo que nos mandan a festejar a las cervecerías y hamburgueserías, para pasar "una noche romántica" con nuestros amigotes.
¿Por qué no se dejan de pavadas? Encima nuestras parejas esperan una salida a comer (los menús son más costosos que los días normales), que les compremos un regalo o que al menos le demos un saludito. Pero no es el cumpleaños de nadie (perdón los que nacieron un 14 de febrero), ni aniversario de casado ni nada que se le parezca.
Ante esta parafernalia obscena, digamos: "Yo me quedo con Don Valentín". Porque lo que importa es el vino (y no la cerveza). El Don Valentín Lacrado es un vino histórico de Bodegas Bianchi (antes Bodegas y Viñedos Valentín Bianchi). Es bien sanrafaelino, bien mendocino, bien argentino.
Así que vamos, esta noche celebramos descorchando una botellita para brindar con nuestra pareja por el amor, sin que importe un cura que casaba a los jóvenes a espaldas del emperador, hasta que un vivo de los negocios tuvo la gran idea de inventar un día para los enamorados. Y la viveza criolla hizo que aparecieran los Anti. Éramos pocos y parió mi abuela.