San Paolo siempre sorprende y ahora llegó De Rosa, la nueva pizzería que lleva el apellido de Maurizio, su dueño. De ésta hablaremos pronto; por ahora revisitamos ese templo de la pizza napoletana que alude al mítico estadio que vio las mejores hazañas de Diego Maradona.
Ya instalado en Buenos Aires, pese a sus raíces napolitanas y sus experiencias en Nueva York, donde mantiene lazos con el restaurante japonés Nakasawa, casado con Fabiana, una carioca vinculada al negocio del vino, Maurizio De Rosa no para y ahora sorprende con la nueva pizzería que lleva su apellido en la calle Cerviño. Ya hablaremos de ella próximamente.
Mientras tanto, volvimos a visitar San Paolo, que ya tiene un tiempo ofreciéndonos pizzas al estilo napoletano, desde las clásicas a las novedosas creaciones de Maurizio, quien siempre saca una pizza de la galera para sorprendernos.
Si bien De Rosa es tifoso del Inter, San Paolo rinde homenaje al templo del fútbol italiano donde hiciera Diego Armando Maradona.
Hay que decir que la autenticidad de la propuesta es lo importante y significativo en San Paolo, pero no lo es menos la relación precio calidad, que podemos asegurar que resulta imbatible en este tipo de negocio gastronómico.
Más allá de las pizzas clásicas y modernas, hay detalles que hacen la diferencia. No llama la atención que Maurizio llegue a la mesa con su habitual verborragia con una botellita de collatura di alici, una especie de salsa o aceite hecha con anchoas de Cetara, en la Campania. Un chorrito de este líquido increíble le dará otro sabor a la pizza.
Algunas clásicas son la mastunicola, tan antigua como que es anterior a que el tomate llegara a Europa desde las Américas, hecha con grasa de cerdo, provolone y albahaca.
La Marinara es otro clásico del sur, a base de tomates pelados, ajo, orégano y albahaca. La Margherita es, como todos sabemos, la más representativa de Napoli. Y la Romana, le incorpora anchoas.
El calzone sale aquí con ricota, jamón cocido, mozzarella ahumada y tomates pelados. El frito incorpora ricota, salame y mozzarella.
Y las modernas, que podríamos llamar "de autor", vienen con sorpresa. Como la que llega con una deliciosa burrata, o la Quattro Formaggi con parmesano, sardo, fontina y queso azul. Hay más opciones innovadoras, como la Aquilana (ricota con azafrán, sazrdo y zucchini fritos; o la Amatriciana, con tomates, cebolla roja, panceta y sardo rallado.
Al margen de las pizzas, también hay zucchini alla scapece; mozzarella in carrozza frita, fritti di pesce y un increíble fainá cocido a leña, que puede salir solo, con provolone o prosciutto di Parma.
Para el final, además de babá tienen torta caprese, algunos helados y la siempre vigente pizza con Nutella.
Hay cerveza tirada y una buena carta de vinos. San Paolo tiene toda la onda y la exuberancia que hemos heredados los argentinos, los italianos que hablamos en español.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.