Los turistas extranjeros salen encantados de Steak by Luis, un “puertas cerradas” dedicado a rendir honor a nuestro gran asado argentino. Fondo de Olla les cuenta cómo fue la reacción de nuestros compañeros de mesa.
Luis es un joven que aprendió los secretos de la parrilla de su abuelo. Pierre es un francés afincado en Buenos Aires, anfitrión políglota que satisface la curiosidad de los comensales comentando lo que van a comer y respondiendo las inquietudes que surgen durante la velada. Por su cara de asombro, los comensales no pueden creer la panzurrada de carne que nos damos los argentinos.
Presentados los protagonistas, pasamos al lugar. Es un loft en el que habitualmente funciona un lugar donde se catan vinos. De manera que cada vino del menú fijo que sirven en Steak by Luis, está elegido en forma cuidadosa, por lo general se trata de etiquetas de bodegas boutique.
La idea de Luis, que fuera de las noches en que trabaja de parrillero es empleado bancario, es ofrecer a los extranjeros la posibilidad de vivir la experiencia de comer un típico asado criollo como se hace en cualquier casa argentina. Y ha logrado plasmarlo a la perfección; sólo basta ver la reacción de nuestros ocasionales vecinos de mesa. Lo acompañaron en el desarrollo de esta experiencia su esposa y un matrimonio amigo, con el que compartieron cientos de asados.
Fondo de Olla compartió la extensa mesa de madera con un grupo de extranjeros (ingleses, estadounidenses y brasileños), que además de escuchar las explicaciones de Luis y Pierre, pudieron acercarse a la parrilla, ubicada en el balcón del primer piso para ver cómo el parrillero hacía su trabajo. Y luego probar todo o casi todo, porque observamos que algunos pocos no se animaron a probar la morcilla. Sí, en cambio y en este caso los asombrados fuimos nosotros, veíamos que no dejaban de comer los chinchulines, las mollejas y los riñones.
El menú no cambia salvo algún imprevisto o la falta de algún producto, que no es algo habitual. Abren por la noche, dos o tres veces por semana o cuando se arma una reserva que justifique la apertura. El ritual del asado se cumple no solo por la comida, de por sí algo exótico para los turistas, sino también por el hecho de compartirlo como si estuviéramos con amigos de toda la vida.
Por un precio fijo, en Steak by Luis podés disfrutar de una picada, achuras, provoleta, varios tipos de carne y postre, con vinos elegidos para cada paso.
A medida que los comensales van llegando al loft, situado en la zona de Palermo Soho (la dirección será suministrada al hacer la reserva), son invitados con una picada y copa de espumante. Ya sentados a la mesa, sirven una ensalada con una “vuelta de rosca gourmet”, que por lo general casi todos comen antes de que llegue la parte carnívora, pero también se puede reservar como guarnición. El tercer paso es quizás el más insólito para estos paladares poco acostumbrados a las “audacias” autóctonas. Es el turno de las achuras y la provoleta. Chorizos, morcillas, mollejas, chinchulines y riñones, llegan a la mesa en una bandeja para compartir entre tres y cuatro personas. Luis nos comenta que las achuras no pueden faltar en un asado (algo que lógicamente avalamos), y nos causa placer comprobar que la mayoría es capaz de probar casi todo lo que se les ofrece.
El cuarto paso es el plato fuerte de la noche es nada menos que un bife chorizo de 350 gramos que, por su aspecto, no tenemos dudas de que proviene de animales criados a pasto. El punto pedido, por lo general jugoso, es respetado a rajatabla por Luis que, con habilidad, los saca todos juntos como deber ser.
El final dulce varía cada noche, pero siempre se busca algún sabor original argentino. Nos tocó en suerte un cheesecake de dulce de leche. Se dijo que los vinos son elegidos para cada paso, comenzando con el espumante de la picada, una copa de Torrontés para la ensalada (aunque siempre decimos que vale la pena probarlo también con la achuras, una idea de nuestro experto Gustavo Choren, que siempre practicamos), para seguir con algunos vinos ligeros y terminar con un Malbec que permita acompañar al bife de chorizo de la mejor manera.
Muchos hoteles no dudan en mandar a sus huéspedes para vivir esta experiencia, común para nosotros, pero única para un extranjero. La cita es a las 20.30, hay que ser puntual para no perderse la picada y si van argentinos, les recordamos que los europeos y también los norteamericanos suelen cenar más temprano que nosotros.
Steak by Luis resulta una opción ideal para invitar a los amigos extranjeros que vienen a visitarnos, si es que no tenemos una parrilla a mano en nuestros hogares. Para contactarse con Luis y Pierre, escribir ainfo@steakbuenos.aires.neto ingresar a la web www.steakbuenosaires.net
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