Joaquín Grimaldi es un personaje singular, bastante (por no decir demasiado) alejado del perfil clásico del pastelero promedio. De sus manos (y su mente) no pueden salir otras cosas que postres y cosas dulces audaces. Y en este caso que nos ocupa, los helados Dolce Morte, jugadísimo nombre elegido como marca, para estas extrañas pero riquísimas combinaciones que pueden probarse en los restaurantes Elenay Nuestro Secreto, el Bar Pony Liney demás dependencias del Hotel Four Seasons. Hay que decir que el único punto de confluencia que encontramos (por experiencia personal) con algo parecido a Dolce Morte, serían los helados de Rocambolesc, que elabora uno de los hermanos Roca (Jordi)en su pequeño local del barrio viejo de Girona. Claro que no todo el mundo puede costearse el pasaje a la ciudad que hoy es una especie de Meca española (catalana) de la gastronomía. De manera que rumbeamos para Recoleta, donde la charla con Joaquín estuvo signada por la informalidad que impone el personaje, que tuvo alguna vez su época de punk. Puede entonces que muchos asocien algunas de sus raras creaciones, con esa moda que no todos han sido capaces de practicar, salvo cuando uno es muy joven. De ahí también surge la transgresión con que encaró sus trabajos en la pastelería y ahora también en la elaboración de helados.
Dolce Morte es la marca propia de helados del Hotel Four Seasons, que pueden probarse en Elena, Nuestro Secreto y el Pony Line.
Dice Grimaldi que dio con la pastelería por casualidad, tras ver la película Apocalipsis Now, de Francis Ford Coppola. Ahí, el bigotudo que conducía el bote quería ser “chef sausier” (de salsas). Estudió en el IAG el módulo de Panadería y Pastelería, luego también se hizo fanático de los helados, materia en la que se define como autodidacta. Dice también que si bien Italia ha sido siempre referente en esta materia, hoy se destacan algunos países no tradicionales. Es así que en varias reuniones de trabajo con Juan Gaffuri, el chef ejecutivo del hotel y el resto del equipo, decidieron darle una vuelta a la tradicional forma de elaborar helados. Y nació Dolce Morte (inicialmente había una idea de identificarlos con el más francés nombre Petit Mort). La calavera en el logo fue una transgresión más. Dice Grimaldi que sus helados no son para ingerir un kilo entero, sino para saborearlo de a poco. En el hotel se produce todo, salvo los “neutros”.
Siempre son los camareros los que “ayudan” a que el cliente se atreva con los sabores propuestos por Grimaldi. Actualmente, en la carta hay opciones más o menos extrañas, siempre osadas. Dice el entrevistado que el dulce de leche sigue siendo el favorito de los argentinos. Entre los sabores de Dolce Morte está precisamente el In (off) Dulce de Leche con vauquitas Candy. Algunos gustos de cremas, son el Mococho (café, chocolate con leche y coco), Cabra / Dátiles (queso de cabra con dátiles macerados), Halva halva hey! (base helada de sésamo y pasta de maní), Sambayoncito / Quinotos (semisabayón con quinotos con almíbar), Lemon Fly (limón, leche, jengibre caramelizado) y Cinnamon Raising Roll (helado de canela, pasas sultanas y crossant). También sorbetes, como el Fizz me Pomelo, Pepino / Maracuyá, Mandarina & Cacao Aireado, Manzana Granny Smith, y Frambuesa / Remolacha / Vitamina C. También están los “Old Fashion Iced Cakes”, tales los casos del Black Forest (moelleaux de chocolate, helado de crema y cerezas al maraschino), “Tirami Su” (biscuit demi cuit de café, helado de mascarpone y marsala, y biscuit de cacao, y “Pastel de Tres Leches” (bizcochuelo de vainilla y mojo de leches).
Y sí, hay que ser muy audaz para crear helados como éstos. Dolce Morte es eso, un helado que rompió el molde para saborearlo de a poquito, sin excesos porque lo bueno si breve, dos veces buenos (o se dice también que lo bueno viene en frasco chico, pero no hay problema porque se puede repetir todo lo que uno desee).
Tapas de inspiración española, vermouth de la casa y promos 2x1en tragos que varían cada día. Están disponibles en Bilbao, de lunes a viernes, de 17:00 a 20:00.
Entre viñedos y montañas, Bodega Amalaya participa de "Código Re Salta", la iniciativa del Ministerio de Turismo de la provincia, creado para poner en valor las experiencias del destino. El wine bar de la bodega, propone disfrutar el verano cafayateño a través de vinos de altura, cocina regional y un entorno natural que define el carácter del norte argentino.
Hasta hace unos pocos años, nadie sabía con certeza qué es un pop-up. Si bien es un término que se utiliza a menudo en el área de la informática, en gastronomía sería algo así como una "cocina temporal". En castellano, cocinar a cuatro manos (o pueden ser más), o bien "cocina intervenida", que suena verdaderamente feo. Desvirtuando el sentido inicial de "pop-up", que tenía que ver con una especie de puertas cerradas ocasional, para ahorrar costos, este año varios destacados profesionales hicieron de visitantes en restaurantes de nuestro medio.