De vuelta al ruedo. El Club del Progreso Restaurante reabrió con nueva concesión. Un menú porteño para rendir homenaje a la historia y a los platos emblemáticos de nuestra ciudad, en el lugar donde pasaron dieciséis presidentes constitucionales.
Club del Progreso Restaurante - Sarmiento 1334 - Teléfono 4372-3380/3350. Lunes a sábados, desayuno, mediodía y noche. Domingos, cerrado. Principales tarjetas.
Luego de tres meses de receso y con nueva gestión, reabrió el Restaurante del Club del Progreso, lugar emblemático de Buenos Aires. Con algo de nostalgia volvimos a este lugar donde hemos disfrutado de sus elegantes salones, el oasis porteño del jardín trasero y el patio que muy pronto también será rehabilitado para aprovechar la parrilla.
Orlando Vázquez, sommelier cubano de extensa trayectoria en nuestro medio, es el Gerente de Operaciones del restaurante.
La carta no ha tenido grandes cambios respecto de la gestión anterior, lo que denota buen tino por parte de sus actuales propietarios. Es decir que más allá del cambio societario, no hubo un criterio diferente en cuanto a la elección de la propuesta. Ni más ni menos que la cocina porteña tradicional, en la que no faltan el Revuelto Gramajo, los típicos cortes de carne vacuna y otros platos que representan al sentir gastronómico de los habitantes de Buenos Aires. Todo ello enmarcado en la historia que se respira en el club, en el que dieciséis presidentes argentinos fueron socios de la entidad.
Revuelto Gramajo, Cochinillo, cortes vacunos clásicos, pastas caseras. Una buena manera de reencontrarse con la cocina porteña en el Club del Progreso.
Al mediodía también hay un conveniente menú ejecutivo, de tres pasos más bebida no alcohólica, y otro con un pequeño agregado que da la posibilidad de pedir una copa de vino. Entre las entradas frías, hay ensaladas especiales, tabla de quesos y fiambres artesanales, carpaccio de salmón rosado, combinación de escabeches y más. De las calientes, sopa del día, empanada de lomo cortado a cuchillo, cazuela de gambas al ajillo, mollejas vacunas en suave confit, pulpo español “como en Galicia” y el ya citado Revuelto Gramajo.
A la hora de los principales, las carnes rojas se expresan con el ojo de bife de novillo marinado que sale con puré rústico; medallón de lomo envuelto en panceta, con reducción de Malbec y papas nury; entraña entera al grill con verduras asadas (para compartir) y bife de chorizo de novillo mestizo con papas rellenas. De la “granja”, cochinillo lechal que se sirve entero, medio o un cuarto; bondiola de cerdo con reducción de Malbec y batatitas caramelizadas; costillas de cordero en corte francés con puré y cazuelita de fondo; gran ribb de cerdo ahumado con salsa barbacoa, papines y coleslow; pechuga de pollo rellena y ensalada de hojas y cítricos. Hay también pescados (salmón rosado al champaña, trucha patagónica con salsa de almendras, y pesca de día con oliva, alcaparras y vegetales al vapor). La presencia “italiana” de los inmigrantes que influenciaron la cocina porteña, está presente con los risotti de hongos y crocante de queso; del mar con langostinos, calamares, vieiras y mejillones, y de vegetales y almendras. Y las pastas caseras, desde spaghetti negros con frutos de mar, pasando por los raviolones de salmón rosado, hasta los ravioles de cordero patagónico con manteca a las hierbas frescas.
“Para endulzar” proponen clásicos porteños como el Don Pedro, panqueques de dulce de leche “Vacalín”, y la degustación de postres “Dulce Progreso”. En la carta de vinos predominan las bodegas más conocidas, pero los precios son razonables. Se cobra servicio de mesa, que justifica la panera, excelente. El Club del Progreso es un emblema de la política argentina, pero también de la gastronomía que más le gusta a los porteños.
Bestial está ubicado en el rooftop de un piso 11, aunque se nos asemeja mucho más alto todavía por lo imponente de la vista. Quizás eso sea porque si uno mira hacia el río de la Plata, no hay edificios elevados. Con la vista del cuartel del Regimiento de Patricios en primer plano, el panorama se extiende hacia las costas uruguayas. Y, adentro, todo es estridente e impactante. La propuesta nos remite hacia la culinaria nikkei, y la coctelería va acompañada de "cabezas bestiales" dentro de la cuales se colocan los vasos. Ahora también abren al mediodía tres veces por semana.
Pocas veces confluyen, al mismo nivel de eficiencia, los tres elementos esenciales de un restaurante: cocina, ambiente y servicio. Eso es lo que sentimos luego de vivir la experiencia de O-satori, el omakase ubicado en el piso 23 del Hotel Buenos Aires Marriott (ex Panamericano).
Una imponente esquina a pasos de Plaza Serrano, da lugar a este nuevo restaurante de tres plantas, donde los ahumados son protagonistas. Foga es un nombre de fantasía, según nos cuentan, que no tiene ni traducción ni significado alguno. El local impresiona por sus diferentes espacios: salón principal en la planta baja, privado en la segunda y bar que tomará relevancia con la llegada de la primavera en la terraza. Carnes, vegetales, panes y demás, todo pasado por humo.