Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
Kuro Kuma Noodles Bar - Blanco Encalada 1854 (Víaviva, Barrio Chino). Abierto todos los días de 11:00 a 01 AM (jueves, viernes y sábados, hasta las 02 AM). Precio: $$$. IG: @Kurokuma_noodlesbar
Kuro Kuma Noodles Bar tiene pocos días desde su apertura. Su ubicación en VíaViva, el pasaje que le cambió la cara al Barrio Chino, asegura un continuo peregrinar de transeúntes, sobre todo los fines de semana y feriados. Por otra parte, si bien lo que abundan son los puestos de comida callejera al paso, en este caso particular podemos decir que se trata de un restaurante hecho y derecho.
La ambientación fue diseñada por Gonzalo Pellet, sobre una planta de 300 metros cuadrados, que incluye un salón interno para 70 comensales, un patio exterior para otras 50 personas, una barra frente a la cocina y dos barras de cócteles y mocktails en ambos extremos del local.
La propuesta gastronómica abarca las distintas culinarias orientales, como la china, taiwanesa, tailandesa, vietnamita, japonesa, etcétera. Es un estilo que ahonda en compartir los platos, según el conocido "family style", donde los platos van al centro de la mesa y todos pueden probar distintas opciones de la carta.
Kuro Kuma significa "Oso Negro" en japonés, un concepto que simboliza fuerza y también elegancia. Sus propietarios son un grupo de empresarios gastronómicos que se juntaron para dar forma a este nuevo desafío: Gerardo Bettiga, creador de reconocidas marcas y emprendimientos como Muu Lechería y Little Rose; Fran Tessey, socio y asesor de Bebidas, con trayectoria en el mundo de los vinos y creador de Cruz Omakase y, por último, Willy Lin y Rafa Park, propietarios de Nekofi Aesores de Gastronomía Oriental.
Para llevar adelante este emprendimiento convocaron al chef Oscar Lin, propietario de "Síntesis Tapas Asiáticas" y Taré Bentó, quien diseñó una carta donde preponderan diferentes tipos de noodles, que forman la base de esta propuesta y ponen al alcance del consumidor los sabores de las casas y la comida callejera de los países asiáticos.
Se trata de un recorrido por el Este y el Sudeste de ese continente, a través de sus sabores. Por ejemplo, el emblemático pad thai tailandés, el tteokbokki coreano, el harusame japonés, los novedosos fideos voladores malayos y el fragante costillar al estilo de Sichuan sobre cintas anchas, uno de los platos que probamos y que más se destacó.
Por fortuna, los camareros están muy bien informados y pueden guiarnos para no equivocar el camino de nuestro gusto personal, antes tantas opciones tentadoras.
En esta primera visita, Oscar nos fue enviando platos como para llevarnos una idea cabal de la propuesta. Por caso, los wantanes de carne, crocantes, con su fritura etérea, que se sirven con una salsita agridulce; y el blanco de cerdo con crema de ajillo, que son láminas de panceta acompañadas por la intensidad de la crema de ajo, más soja, aceite de sésamo, pepino y cilantro.
Otras entradas fueron el blanco de pollo con jengibre y verdeo, unas láminas de pechuga poché cuyo secreto es la salsa que lo acompaña; y los tteokbokki coreanos con panceta, que son unos cilindros de arroz con una salsa que combina el picante y el dulzor, con panceta crocante y coronados con un huevo cremoso.
Para dos personas esto ya era harto suficiente como saciar el apetito, pero ya sabemos que la profesión de crítico gastronómico nos "obliga" a no dar por terminada la comida hasta que el chef lo decida.
Fue así que llegaron a la mesa tres platos principales de la carta: el pad thai con sus fideos de arroz salteados, agridulces, con langostinos, krill, tofu, brotes de soja, nira y maní, un plato que es orgullo de Tailandia.
También el ya mencionado costillar a la Sichuan, cintas anchas al huevo acompañando un jugoso costillar braseado y embebido con especias, más pak choi. Y, del capítulo dedicado a los Crunchy Noodles, la opción con langostinos patagónicos en su salsa.
Cabe mencionar, asimismo, que una parte del menú ofrece "Platos" "Platillos" para compartir, el "Noodle Bar" para que cada mesa lo arme a su manera, y dos sets "Family Style" para 2/3 y 4/5 personas.
El final nos deparó una panna cotta de coco y maracuyá, muy refrescante. Hay además tteok con helado de chocolate, plato de frutas de estación y, para mesas numerosas la degustación de postres.
Hay que resaltar que otro punto fuerte es la coctelería, comandada por Lean Milan (Mejor Bartender de la Argentina 2021 y 2022) y su equipo. El bar está inspirado en los "7 Dioses de la Fortuna", representados en los vasos (que están a la venta también) y en los tragos con influencia oriental.
Cuentan con siete cócteles de autor inspirados en otros tantos dioses de la mitología japonesa, además de los clásicos de siempre, como el impecable Old Fashioned que nos sirvieron. La carta de vinos (por copa y por botella), es variada y acorde a la propuesta gastronómica.
Kuro Kuma es una verdadera "síntesis" de la cocina asiática, auténtica, rica, variada, que abreva en las recetas de los países orientales, una propuesta acorde con el barrio en el que está instalado y a tono con la popularidad que ha ganado esta culinaria en el público argentino. Y, por si fuera poco, con una muy buena relación precio calidad.
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