Ninina ofrece en sus tres locales, una concepción moderna de cocina disponible para desayunos, almuerzos, meriendas y cenas tempranas (cierran a las 21:00). Fondo de Olla (c) visitó la sucursal de Villa Urquiza, donde cuentan además con café de especialidad. ´
Ninina - Direcciones: Gorriti 4738, Palermo / Holmberg 2464, Villa Urquiza / Luis María Campos 901, El Solar de la Abadía Horarios: todos los días de 09.00 a 21.00. WhatsApp: 11-6956-8470. IG: @ninina.arg / Tienda online: https://ninina.com - Facebook: @nininabakery
Hemos estado también varias veces en el local de Villa Urquiza, en algunos eventos vinculados con el mundo del café, que ahora revisitamos para probar algunas de sus creaciones, pero todavía nos queda pendiente el más nuevo ubicado en El Solar de la Abadía, en los límites entre Las Cañitas y Belgrano.
Emmanuel nos había contado en aquella primera experiencia, que su idea fue armar un proyecto familiar que rindiera tributo a su madre, Marta Gueikian (creadora de Selvi) y a su abuela, Ninina.
Para esta familia de origen armenio, la comida ha sido siempre un ritual y una tradición que va pasando de generación en generación. Marta, por ejemplo, creó Selvi, marca líder en repostería y pastelería artesanal en los años ‘80 y, en 2013, Emmanuel abrió su propio emprendimiento para continuar el legado familiar.
Sobre la base de la pastelería y el café de especialidad (en el local de Holmberg y Monroe), armó esta marca pensada para todo tipo de público y que propone una cocina simple y con materia prima de calidad, con opciones para el desayuno, brunch, almuerzo y merienda, pastelería y panadería artesanal
Para el desayuno o la merienda, tienen opciones como el bagel casero de salmón ahumado y mascarpone artesanal; panqueques americanos caseros con miel orgánica y frutas de estación; tostada con palta en pan de semillas; croissants; rolls de canela; granola casera con yogur natural, banana, arándanos, frutillas, pera y manzana verde y, por supuesto, las exuberantes tortas que varían cada semana.
Para el almuerzo o cenas tempranas, hay entradas como el hummus y el babaganush (especialidades también de la cocina armenia y por ende platos familiares de la familia); o bien los buñuelos de espinaca (5 unidades), que fue otra opción más que probamos.
Hay varias ensaladas (burrata y jamón crudo; Caesar; salmón ahumado; pollo grillado; quinua y kale); también sándwiches variados y de empanadas de carne y caprese.
El rubro "Hamburguesas" es otro punto alto de la carta, como por ejemplo la de bife de chorizo y roast beef con queso cheddar, panceta crujiente, cebolla caramelizada y mayonesa Heinz en pan brioche, aunque también nos tentaba la de queso azul.
En el rubro de sopas, nada mejor para estos calores intensos que el gazpacho de melón y pepino. Y también una tarta de puerro y tomates secos.
Como platos calientes, se eligieron el risotto de arroz carnaroli al dente con hongos de pino secos, gírgolas, portobellos y queso parmesano (hay otra versión con calabaza asada y queso camembert La Suerte; y los ravioles de espinaca y ricota con salsa pomodoro (se puede optar por pesto si se desea).
Y, al momento de lo dulce, la tentación es muy grande por la variedad de tortas en porciones o enteras que componen la carta. Algunas opciones son la Madame Chantilly, tarta de frambuesas, Edelweiss, Frida, Charly Brown y Citronette. Algo más liviano para quienes deseen terminar con algo fresco, es el plato de frutas de estación servido bien abundante.
Ya se dijo que en el local de Holmberg disponen de café de especialidad (los granos pueden comprarse en el local). El ristretto pedido estuvo perfectamente servido, como en pocos lugares de Buenos Aires si de espresso se trata.
Ninina está para disfrutar a cualquier hora del día (cierran a las 21:00) y su concepción es apta para un público heterogéneo, incluyendo muchos clientes que llevan su computadora para hacer algún trabajo mientras disfrutan de la propuesta.
La atención resultó muy correcta y cuentan con una carta de vinos interesante, con etiquetas tradicionales y de bodegas poco conocidas. Hay tragos con vermut La Fuerza en lata. El agua es Aqua, que va ganando el mercado, aunque no nos resulta como comensales una buena opción.
Un bistró que le hace honor a la cocina más refinada del planeta. Le Rêve ("el sueño", en francés), nos transporta a la magia parisina en una esquina de Buenos Aires. La propuesta del joven chef Ramiro Hernández exhibe un técnica perfecta, elegancia y personalidad. La coctelería del "Tiger" es otro fuerte del lugar. Y su ambiente, nos agasaja con música sin estridencias, como debe ser en un restaurante, a lo que se suma un servicio impecable comandado por Darío Núñez. Lujos que nos podemos dar en una ciudad que, en materia de gastronomía, lo tiene todo.
Siempre me fascinó Winston Leonard Spencer Churchill, no por sus ideas políticas, pero sí por muchas otras razones. Quizás una de ellas es que nació el mismo día que yo, un 30 de noviembre. Muchas de sus frases pasaron a la historia, y se sabe tanto de su papel durante la Segunda Guerra Mundial como de sus gustos de sibarita. Era fumador de habanos, como se lo puede ver en las fotos de época, pero también se convirtió en un bebedor empedernido y un gourmand. Winston Club le rinde homenaje con un bar en la planta baja, y un living speakeasy escaleras arriba. La cocina del chef Jonás Alba luce impecable en este lugar, uno de los escasos muy british que podemos encontrar en Buenos Aires.