En Belgrano, entre la vía del Mitre a Tigre y Libertador, detrás del Shopping Showcase, abrió sus puertas Sachi, restaurante japonés con especialidad en hand rolls, más algunas opciones de nigiris y sashimi. Un emprendimiento personal de Marcos Meincke, exitoso empresario gastronómico vinculado localmente con el Grupo Acurio.
Sachi The Hand Roll House - Dirección: Roosevelt 1702 y Arribeños, Belgrano. Teléfono: WhatsApp: + 54 911 5020 3147. Horarios: martes de 19:00 a 00:00; miércoles a domingos de 12:30 a 00:00. Precio: $$. IG: sachibsas -
La cultura del sushi, si bien ya existía en Buenos Aires en lugares cerrados de la colectividad japonesa, se popularizó con la llegada de los rolls occidentalizados, con mucho queso Philadelphia y palta, que siguen siendo muy demandados por el público.
Sin embargo, hay un sector de los comensales más interesados en lo auténticamente japonés, ya sea los nirigis como el sashimi, y los temakis, estos conos envueltos en alga nori que se comen con la mano. De ahí que se los llame hand rolls en la jerga popular.
Ya hace un tiempo, aunque no demasiado, que se abrieron algunos lugares especializados en los que los hand rolls son protagonistas. Sachi es el último de ellos en abrir sus puertas. Se trata de una iniciativa del empresario gastronómico Marcos Meincke, socio de los restaurantes del Grupo Acurio: La Mar, Tanta y Barra Chalaca.
En este caso, Marcos pensó en este proyecto el año pasado y se tomó un año y medio en concretarlo. Sachi está ubicado estratégicamente en una esquina del barrio de Belgrano a dos cuadras de Avenida del Libertador y de las vías del Ferrocarril Mitre (Ramal a Tigre) hacia el oeste.
La palabra Sachi hace referencia, en lengua japonesa, a "felicidad", a "fortuna". Representa un estado duradero de bienestar y plenitud; la idea de experimentar alegría, satisfacción y un sentido de prosperidad en la vida.
La propuesta de Sachi consiste principalmente en hand rolls, que aquí tienen forma de cilindro, pero no de cono cerrado como los temakis tradicionales. Debido a la escasa durabilidad de las algas nori, que deben guardarse en lugares frescos y secos, se aconseja comer los hand rolls lo más rápidamente posible.
Por ello y para quienes deseen comerlos al paso, pronto se abrirá un espacio de venta a la calle, para que los clientes puedan comerlos sin perder tiempo en la misma vereda.
De lo contrario, hay banquetas muy cómodas que circundan la barra, donde se ve a en acción a los encargados de armar nuestros pedidos con suma habilidad.
La calidad del producto es inobjetable y, al llegar, el itamae exhibe una bandeja en la que están los cortes de pescado para que luego uno elija de la carta según su propio gusto. Vale destacar que utilizan trucha, nunca salmón rosado, y muchas variedades de pescados blancos de nuestro Mar Argentino.
La verdad es que, para uno, particularmente, los hand rolls constituyen un camino de ida. Matizados con nigiris, no hay retorno al sushi occidentalizado que suelen endilgarnos mayoritariamente.
La carta está armada básicamente en hand rolls, nigiris, sashimi, combos y postres. En una primera visita, se aconseja pedir el menú degustación que nos deparará una sorpresa tras otra.
Entre los hand rolls, hay seis variedades simples, otras tantas especiales y cinco veggies. Algunas opciones de las primeras son: "Jalapeño" (pesca del día, cilantro, aceite de oliva y jalapeño); "Langostino" (tartar de langostinos, jengibre, sésamo y soja), y "Cítrico" (pesca del día, mandarina, hinojo y pepino).
De los "Specials" probamos el "Wakame", de trucha, hojas de shiso y chill garlic; "Vieira", callos con chimichurri cítrico y lima; y "Molleja" mollejas confitadas, salsa de berenjena ahumada y sésamo. El itamae nos recomendó en este caso, no utilizar salsa de soja, sino comer los hand rolls directamente como son servidos.
También se probaron algunos nigiris. Llama la atención el de trucha marinada en Aperol y ralladura de cítricos; también "Chili Garlic", de trucha, wasabi y ralladura de lima.
Recomendamos consultar por los combos. Hay cuatro opciones, dos de ellas de seis unidades y otras tantas de ocho. Y nos información además sobre qué pescados están disponibles para el sashimi.
Los postres son los clásicos mochis, que vienen en cinco sabores: frutilla, dulce de leche, Baileys; chocolate y matcha.
Y por el lado de las bebidas, se puede optar por cervezas (que les va muy bien a este tipo de comida), o vinos (mejor blancos, rosados y tintos livianos) y espumantes. Pronto también incorporarán sake.
En la planta alta hay un espacio con sillas y mesas, que pronto estará disponible para los clientes.
Hay que resaltar que la relación precio calidad de Sachi es excelente. Como decimos, estos hand rolls son un camino de ida, ciertamente que nos aportan un estado bienestar y fortuna. En realidad de ida en cuanto a calidad, y de vuelta porque vamos a volver muy pronto.
Se trata de un menú aniversario de tres pasos, que incluye también agua y una copa de vino o bebida sin alcohol. A solo $ 33.000 por persona, y descuento del 10% por pago en efectivo.
En una casa histórica de más de 100 años, que perteneció al sobrino del expresidente Carlos Pellegrini, se instaló Muyè, el nuevo proyecto gastronómico de Marcelo Böer, junto a Fernando Bertuol. Tuvimos la oportunidad de conocer el lugar en la marcha blanca. Todavía en etapa de experimentación, de prueba y error, encontramos una propuesta en la que sincronizaban armoniosamente cocina, ambiente y servicio.
El hombre es un maestro, solo que para hacer plata. Como cocinero, es del montón. Y no para de llamar la atención con excentricidades como ésta: una milanesa crudeli crudeli. Contradicción pura, el chef que quema todo, acá te encaja una milanga que da asco de solo verla. Y los periodistas obsecuentes aplauden, como siempre. En tanto que los comensales ingenuos creen que están disfrutando de la obra de un genio.