El 24 de febrero pasado conocimos una hamburguesería y cervecería muy frecuentada por gente joven. Tiene la particularidad de que está a tres cuadras de la casa de uno. Finalmente, la curiosidad hizo lo suyo, porque durante mucho tiempo la ignoramos. La experiencia no fue muy buena que digamos, si hasta llegamos a sentirnos como los más tontos del barrio.
Los hamburgueseros hablan siempre cosas bonitas de ella. Parece que en la planta alta también funciona una especie de cantina. Se autodefinen como bar o gastropub. Y está siempre lleno de gente, hasta convertirse en terror de los vecinos.
Pues bien, el lugar ya tiene sus añitos, no muchos, pero los suficientes como para que uno, que vive a tres cuadras, finalmente haya decidido darse una vuelta y probar si realmente lo que ofrecen es de calidad o no.
Siempre decimos que no nos gusta denostar a ningún restaurante, porque hay gente que trabaja y no queremos perjudicar a nadie. Pero todo tiene sus límites. Y eso es cuando uno se siente estafado (o cuanto menos engañado).
Era un mediodía veraniego (el 24 de febrero pasado) y nos ubicamos en una de las mesas del deck de la vereda. Parecíamos dos pajueranos recién llegados del campo. Sentadidos ahí, esperando que nos atendieran. Mientras tanto, observábamos que tres camareros (de ambos sexos) charlaban animadamente y no insinuaban que en algún momento vinieran a tomar el pedido. Alguno de ellos estaba con el celular.
Luego de transcurridos varios minutos, llegamos a la conclusión de que nunca vendrían a atendernos. Porque este lugar funciona como un MacDonald's, donde vos mismo tenés que hacer cola para realizar tu pedido y luego te avisarán para que vayas a buscarlo. Claro que te cobran como si estuvieras en un restaurante de alto nivel.
El tema de los precios no es un dato menor. Porque una hamburguesa (más chiquita no existe), una ensalada Caesar, una botella de agua mineral y una Stella Artois, por el nada módico valor de $ 20.460 (no por el precio sino por lo que te ofrecen).
Aún no logramos entender cómo hay tantos clientes que se sienten a gusto cuando te maltratan. Tampoco que haya fanáticos de las hamburguesas, cuando hay mil formas mejores de degustar la mejor carne del mundo (reconozcamos que en este sentido la opinión es muy subjetiva).
Hay más, no se crean. La hamburguesa de la que tanto nos hablaron estaba "correcta" (una forma políticamente correcta, precisamente, de adjetivar a algo que no da para buena). Minúscula por otra parte. Y costaba $ 8.510 en su variante que lleva el nombre del bar o gastropub. Unas papas fritas trataban de compensar el desfase entre relación precio y calidad. Eso fue hace 12 días, hoy vemos que vale $ 9.200 aunque en la foto de la página de Rappi tiene doble carne (en nuestro caso, una se perdió en el camino).
Y la ensalada Caesar, sí bien era exuberante no podemos negarlo, valía $ 8.050. Lo raro era que te la traían en lo que nosotros en nuestros tiempos jóvenes llamábamos pelela o, en el mejor de los casos, escupidera. Encima cachada.
Para síntesis de todo esto, debemos decir que no nos gusta, por si no se dieron cuenta los lectores, los lugares donde no hay mozos que te atiendan, que te cobran por el marketing y no por la calidad y cantidad del producto ofrecido, que los camareros estén solo para levantar lo que dejan los comensales, pero no para atenderlos. Que nos sirvan en cacharros vetustos, haciéndose los originales.
En este caso, solo una vez nos basta y nos sobra. El lugar se llama Arredondo y está ubicado en esa calle entre Amenábar y Ciudad de La Paz, en Belgrano. Una hamburguesería, cervecería, bar o gastropub (llamarlo como más les guste), donde verdaderamente te sentís como un tonto retonto. El boludo del año, ni más ni menos.
El Restaurante Corteza, del Hotel Los Acebos, tiene un plus que atrapa a cualquier comensal que se acerque, ya sea huésped del hotel o público en general. Se trata de la vista panorámica de la Bahía del Canal de Beagle y parte de la ciudad de Ushuaia. Su cocina se basa fundamentalmente en los productos de la zona, con una muy buena relación precio calidad.
El 27 y 28 de septiembre, La Rural será sede de la gran competencia de pizza italiana en Sudamérica, con la participación de pizzaioli de varias provincias argentinas y de nueve países, un jurado de excelencia internacional y un programa de actividades abiertas al público en la FIT.
Big Pons es una cadena argentina de hamburguesas nacida en 2017, creada por Alejandro Seijo y Pablo Pons. Comenzaron vendiendo en un club de barrio en Gral. Pacheco llamado "El Chasqui" y su éxito los hizo crecer rápidamente hasta alcanzar los 14 locales con los que operan hoy en día. Para el Día de la Primavera, habrá festejo y se prevé la venta de 100.000 unidades.