La capital económica de Canadá es una de las ciudades más amigables para vivir en todo el planeta. Si uno observa su skyline desde el lago Ontario, tendrá la sensación de que está frente a una "mini" Nueva York. Multicultural, segura, caminable, tiene como símbolo a la Torre CN, de 553 metros de altura, visible aun desde decenas de kilómetros. Como fanático gourmet, a uno los supermercados le crean adicción porque hay de todo. Su gastronomía, empero, no es descollante. Si hay que destacar lo que más nos sorprendió de la urbe, son sus exuberantes espacios verdes (blancos en invierno) que la convierten en una ciudad de aire puro.
La verdad es que uno no tenía a Canadá en el radar. Es más, jamás había considerado a este país como destino turístico. Y es poco probable que saliera alguna posibilidad de viaje de trabajo. De manera que, en principio, quedaba descartado.
Pero el hombre propone y la familia dispone. Nuestra hija ya hace casi cuatro años que vive en Toronto. Y, por culpa de la pandemia y del cambio desfavorable que nos impone este gobierno (y los anteriores), todo se hace cuesta arriba para poder visitarla. Ya que tenemos tantos tipos de cambio como calzoncillos, podríamos pensar en un "dólar turista para visitar hijos emigrantes".
Antes que nada, hay que decir que Canadá es el segundo país del planeta en superficie: 9.985.000 kilómetros cuadrados, considerando su población de 39.566.348 habitantes, da un promedio de 3,96 habitantes por kilómetro cuadrado. La nada misma.
Y lo curioso es que el 80% de su población viva en una franja que va de este a oeste, a menos de 150 kilómetros de la frontera con los Estados Unidos.
El país que pertenece al Commonwealth británico (solo se comprueba al ver la imagen de la Reina Isabel en los billetes de dólares canadienses, que pronto cambiarán por la de Carlos III), tiene a Toronto como la capital económica y ciudad más grande del país.
Pertenece a la región de Ontario, de habla exclusivamente inglesa.
El ejido urbano cuenta con 2.600.000 habitantes, pero con el área metropolitana la población sube a 6.202.225 personas (según el último censo). Es lo que se llama GTA (Greater Toronto).
LA IMPONENCIA DE LA TORRE CN
Lo que más llama la atención del visitante es la Torre CN (Canadian National Tower), con sus 553,3 metros de altura, a la que se accede hasta el observatorio a 447 metros, donde también se puede disfrutar de un almuerzo o cena en el restaurante giratorio. A su lado, se observa el estadio ubicado en el Rogers Center, donde son locales los Blue Jays, el equipo de béisbol de la ciudad y se llevan a cabo espectáculos artísticos, sobre todo recitales.
La realidad es que nunca antes en tantos viajes realizados por diferentes lugares de mundo, habíamos estado tanto tiempo en una sola ciudad: 20 días. Tiempo más que suficiente como para conocer a fondo a esta ciudad verde (blanca en el crudo invierno polar).
Toronto es una ciudad segura para transitarla a cualquier hora del día. Solo podemos observar como algo peligroso a los homeless (en invierno pueden asistir a centros de acogida), pero no por razones de falta de trabajo e ingresos, sino por su condición de adictos a la heroína. El Estado les suministra la droga, para que no se vean en la necesidad de cometer delitos para obtenerla. Por lo general, no se meten con las otras personas y "viven" en su mundo.
El lago Ontario es otro símbolo de la ciudad. A poca distancia, están ubicadas las islas de Toronto, a las que se accede por ferry (10 dólares canadienses y no se paga la vuelta) o lanchas taxi (12 dólares el tramo).
Durante la corta temporada de calor, los habitantes de la ciudad aprovechan sus playas. El agua es transparente y fría, aunque no tanto como para no permitir nadar.
LOS SUPERMERCADOS
Como lo que nos interesa prioritariamente es la gastronomía, lo que más nos impresionó es la cantidad de productos de todo el mundo que ocupan las góndolas de los supermercados. Una exuberancia que nos agobia. Son una gran tentación.
Los precios, eso sí, resultan elevados y es difícil encontrar algún producto por menos de 2 a 3 dólares canadienses (1 canadiense equivale a 0,76 dólar USA). Una cerveza cuesta a partir de los 2,30 dólares.
Los vinos locales se pueden encontrar en los supermercados, pero como el Estado tiene el monopolio de la importación de bebidas alcohólicas, éstas solo pueden encontrarse en tiendas oficiales llamadas LCBO (Liquor Control Board of Ontario).
Contra lo que pueda suponerse, hay carnes de muy buena calidad (no hemos visto de origen argentino, pero sabemos que se encuentra en algunos lugares). Los precios son muy elevados en comparación a los nuestros (30 dólares locales por un kilo de lomo).
Pero hay que tener en cuenta un detalle importante, ya que los precios están identificados en libras (0,45359 kilo), a los que también habrá que sumar como en todos los productos, el impuesto que suele ser del 13% aunque varía entre uno y otro rubro.
LA GASTRONOMÍA
En materia de gastronomía, la condición de multicultural de la ciudad hace que exista mayoría de restaurantes chinos (hay dos barrios de esta comunidad), árabes e indios. Y la cocina italiana supera largamente en cantidad a la española.
Para tener en cuenta también, a los precios que figuran en la carta se agrega a veces el impuesto, más el servicio de mesa del 18% (la propina), pero es habitual que los clientes agreguen un 3, 5 ó 7% extra.
Durante nuestra visita, tuvimos la oportunidad de comer dos veces en el Park Hyatt Toronto, donde nos agasajó el chef ejecutivo y compatriota Antonio Soriano (pero eso será motivo de otra nota).
La comunidad argentina es muy chica, pero nos encontramos con un gourmet como nosotros, Max Liberman, quien entre otras cosas nos llevó a un súper ruso, donde nos sorprendió la abundancia de productos de ese origen que había en las góndolas.
Dicen que Toronto, como es lógico, resulta totalmente distinta en invierno. Pero hay una especie de "ciudad subterránea" llamada PATH, de 39 kilómetros interconectados. Para el asombro.
Así es Toronto, la ciudad más importante de Canadá, una pequeña NY que hace la vida más tranquila y con una economía estable con escasa inflación anual y grandes posibilidades de trabajar y progresar.
Se trata de un proyecto destinado a la promoción turística de La Pampa y su carne vacuna de alta calidad. Busca atraer turismo nacional e internacional. Está impulsado por el Frigorífico Pico y Ohra Pampa, su marca de carne premium, junto al gobierno de la provincia.
Dice el mito urbano que, en ese predio de Retiro, dos décadas antes de que comenzara a construirse el primer hotel 5 estrellas perteneciente a una cadena internacional en la ciudad, se iba a instalar el estadio de Racing. Pero los socios votaron en contra de salir de Avellaneda, y en 1972 luego de tres años de obras se inauguraba el Sheraton Buenos Aires, en aquel momento el hotel más grande Latinoamérica. Medio siglo después, sigue siendo un ícono porteño.
Con una ubicación privilegiada sobre la Avenida 9 de Julio y a metros del Obelisco, el hotel de 298 habitaciones es el primero en levantar la bandera de Marriott en la Argentina desde 2013.