Infrecuente relación precio calidad en un restaurante

Son Mago(s)

Viernes, 17 de junio de 2022

Mago, ubicado estratégicamente en la esquina de Monroe y Montañeses, es un restaurante sui generis por donde se lo mire. Creado por un grupo de amigos que querían darse el gusto de tener un lugar donde comer como a ellos les gusta, ofrecen hoy una propuesta cuya principal característica es su infrecuente relación precio calidad. Una conjunción virtuosa entre cocina, servicio de mesa, carta de vinos y ambientación, que convierten a Mago en altamente recomendable.

MAGO RESTAURANTE - Avenida Monroe 1595 y Montañeses, Belgrano. Teléfono: 11 2628 7888. Mail: consultas@magoresto.com.ar - Horarios: martes, miércoles y jueves de 20.00 a 00.00, viernes, sábados y domingos de 12.00 a 17.00 y de 20.00 a 00.00 - Instagram: @magoresto -

Precio: $$$

Lo que decimos en el título de esta nota, es en verdad un juego de palabras entre el nombre del restaurante, y los precios que tienen los platos de la carta. 

Porque hay que ser "magos" para ofrecer una relación precio calidad tan satisfactoria como ésta.

Muchas veces, como periodistas, nos toca ir a restaurantes que conocemos, algunos a los que  hemos ido con frecuencia o no tanto, o tal vez porque escuchamos hablar de ellos o nos los recomendaron. 

Eso nos permite concurrir con expectativas, que a veces se cumplen y otras nos decepcionan. O quizá no tengamos mucho que decir al respecto. En otras ocasiones, vamos casi a ciegas, porque no sabemos mucho de ellos. 

Si hablamos de recomendaciones, es lo que nos pasó cuando la sommelier Marcela Rienzo, a quien muchos conocerán por su participación en el programa Cocineros Argentinos, de la Televisión Pública, nos dijo que teníamos que conocer Mago.

Al menos sabíamos de antemano que la carta de vinos sería un punto elevado de la casa. Pero de solo echar un vistazo al menú que tuvimos en nuestra manos ante de la visita, nos quedaba la intriga de cómo resultaría la cosa.

Vale aclarar también que la relación precio calidad (o, si se prefiere, costo-beneficio), no se debe medir solo por lo que uno paga sino también -y conjuntamente- por lo que se recibe; es decir que un lugar costoso puede ser muy bueno en esa relación y otro muy barato, aunque desastroso en el balance final.

En Mago, se dan ambas cosas favorables: la propuesta es muy buena y lo que te cobran, muy razonable, demasiado podríamos agregar. Con esto no queremos decirles a los dueños que aumenten los precios, porque nos tiraríamos en contra a los lectores, sino que agradecemos que esta fórmula les funcione tal como está.

Antes de entrar en tema específico sobre la comida y el servicio, queremos resaltar otro tema que para nosotros es vital hoy, que es el ruido ambiente y la música que muchas veces te impide escuchar y ser escuchado.

En Mago se han tomado el trabajo de instalar una buena sonorización, de manera que no moleste el murmullo de las otras mesas, en tanto que la música sea un acompañamiento y no un elemento indeseado por sus exagerados decibeles porque, en definitiva, uno a un restaurante va a comer y no a escuchar música que no es de su agrado o no le interesa "soportarla".

Muchas veces, los dueños de restaurantes y los chefs piensan en sus gustos personales al programar la música y, otras tantas, nos torturan con ese estruendoso barullo que nos pone de mal humor.

Dicho todo esto, en Mago las butacas son muy cómodas y nos invitan a alargar la sobremesa. En el centro del salón, está la cava (parecido a lo que hemos visto, por ejemplo, en Sucre), donde Marcela Rienzo ha creado una carta que aúna distintos estilos de vinos, de bodegas populares y otras poco conocidas, apelando además a la mayor parte de las regiones vitivinícolas de nuestro país.

Y aparte, un aditamento que no pasará inadvertido a los comensales: los precios son de vinoteca, aquí no corre eso de duplicar, triplicar y a veces mucho más que esto, los valores de los vinos.

Un párrafo también para el servicio. Se nota que los dueños han buscado gente de oficio y en el caso de los mozos más jóvenes, los han capacitado adecuadamente.

Dejamos para el final a la cocina. A los efectos del armado de la carta y pensar en las brasas como una forma más de cocción (no solamente como pasa en una parrilla tradicional), eligieron a una joven profesional llamada María Victoria de Oliveira Santos. Cuenta con antecedentes de paso por Martín Berasategui (o la "colimba", como le dicen los que cocineros que han pasado por allí alguna vez).

En tanto, aquí en Buenos Aires trabajó en Las Pizarras con Rodrigo Castilla, así como con Julián del Pino en la primera etapa de Vico (Villa Crespo).

Observamos que, en la preparación de los platos, no se han escatimado esfuerzos en utilizar la mejor materia prima. Por ejemplo, de lo que probamos en esta primera vista, el asado especial (ventanita de novillo a 3 huesos y cortado a 6 centímetros aproximadamente) es toda una bicoca a $ 1.850, encima da para dos comensales.

Antes habíamos probado los buñuelos de acelga con romesco (3 unidades), muy ricos; así como una burrata de tamaño XL que la chef acompaña con jamón crudo, mortadela con pistachos emulsionada con aceite de trufa, tomates al ajillo y albahaca fresca.

Para el asado, el acompañamiento fueron unos crocantes boniatos fritos, en porción generosa.

El postre recomendado por María Victoria fue su versión del "Vigilante", que incluye quesos seleccionados de Cabañas Piedras Blancas, dulces de batata y membrillo, así como un "mantecol" hecho en forma casera.

Algunos de los recomendados de la carta, son la picada Mago que incluye salmón gravlax; la provoleta con morrones y ajos asados, rúcula, jamón crudo y tomates marinados; las mollejas de corazón (400 y 200 gramos la media porción), entraña especial de pastura u ojo de bife de 400 gramos; y para el final lo que detallamos más arriba, el Vigi Mago.

Para darse una idea de otras opciones que permiten redondear un menú accesible, por ejemplo, para una familia tipo, se puede pedir el mix de achuras a $ 1.300 (un chorizo, una morcilla, mollejas y chinchulines); la tortilla de papas ($ 900) más el asado especial, y las ribs de cerdo ($ 1.300).

Las guarniciones son vegetales grillados; boniatos y papas fritas; puré de papas con cebolla caramelizada, o de zanahoria y jengibre, entre otros.

Si se desea, en cambio, probar los platos de cocina, hay lomo Strogonoff con cremoso de maíz; risotto estacional; milanesa de lomo con pesto de rúcula, tomates marinados y queso parmesano; suprema de pollo con pesto rojo, parmesano y oliva; pastel de ratatouille; pesca del día a las brasas, con salsa o al limón; y pastas caseras como sorrentinos caprese o los ya mencionados de bondiola; cintas y ñoquis de papa.

Otros postres que se suman al "Vigi Mago", son el flan con dulce de leche y "honeycomb" (panal); mousse de chocolate con praliné de frutos secos; volcán de chocolate con helado de americana; panqueques de dulce de leche, y crumble tibio de frutos rojos.

Lo cierto, es que pocas veces nos encontramos con lugares que nos sorprendan de esta manera. No existen fisuras entre los distintos factores que hacen que disfrutemos de una propuesta gastronómica tan completa y eficiente. Sin sofisticaciones innecesarias, pero sí nobleza en los productos y sencillez en las preparaciones.

Felicitaciones a todo el equipo de Mago. Ya pronto volveremos para revalidar laureles.

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