Cada 2 de agosto desde 1948, se celebra el Día del Trabajador Gastronómico. El origen está dado por la constitución de la Federación Obrera Argentina de la Industria hotelera (FOAIH), entidad que agrupó a todos los gremios de las ramas hoteleras y gastronómicas constituidas en todo el país.
Cualquier persona que haya visto de cerca alguna vez una cocina en el momento en que el servicio explota, se dará cuenta de inmediato que esta profesión requiere de una gran vocación de servicio.
Lo glamoroso da paso el estrés, a quemarse las manos, a sentirse exigido más allá de los límites humanos, a que el trabajo no tiene nada que ver con lo que se ve en la tele o lo que enseña la teoría de las escuelas de cocina. Fondo de Olla ® tiene entre sus lectores a gran cantidad de profesionales de la gastronomía. Muchos de ellos nos han elegido como su web de cabecera. Y mucho les agradecemos esta consecuencia hacia nosotros.
Está claro que esto no habría sido posible sin la materia prima de la información, que para nosotros representan todos los trabajadores gastronómicos, desde el chef más reconocido, a sus ayudantes que laburan a la par, a los distintos eslabones dentro de la brigada, incluyendo a los bacheros, los que hacen el trabajo sucio y que suelen, en muchos casos, llegar con el tiempo a ocupar cargos de importancia dentro de una cocina. Son los que realmente comenzaron desde abajo. Los mozos, sin dudas, son otro soporte importante en este trabajo de hormiga, o si se quiere en esta colmena que son los restaurantes. Son ellos la cara visible del lugar, los que se bancan a los clientes más pesados, los que deben disimular cualquier problema personal, porque hay que satisfacer al comensal, por "pesado" que éste pueda resultar. Hay una abeja reina y también muchos peones. Desde que FDO revolucionó la manera de entender la crítica gastronómica, nos hemos encontrado con gente que agradece un comentario positivo, otros que te miran por encima del hombro porque creen que nos quedamos cortos, algunos susceptibles que se enojan con facilidad y hasta a veces te niegan el saludo y hasta un puñado de chefs propietarios que no nos quieren ver ni en figuritas (los de la Corpo, claro está).
Por eso hablamos de vocación de servicio. Talento, dedicación, criterio. Son argumentos de un buen cocinero, de un mozo, de todos y cada uno de los que trabajan en gastronomía. Feliz día y sepan que nosotros no existiríamos sin ustedes.
La Vicente López es un emblema de la Zona Norte y, con 24 años de vida como restaurante, invita al encuentro en familia, con amigos o en pareja. Una historia de inmigrantes españoles que empezó hace 120 años, y hoy sigue vigente a través del trabajo incansable de sus descendientes por mantener viva la tradición familiar a través de la gastronomía.
Esta casa restaurante se convierte en el espacio único donde el agua, la tierra y el fuego se entrelazan para ofrecer una experiencia sensorial diferente. Agustín Brañas es el chef de este lugar que cuenta con tres espacios y propuestas distintas.
El sábado 10 de mayo, desde las 12:00, en el local de Palermo, la boulangerie francesa ofrecerá cuatro sándwiches fuera de carta y cócteles a cargo de la marca de aguas Perrier.