Tomates que se caen del árbolMartes, 12 de diciembre de 2017Investigadores del INTA trabajan en la domesticación del chilto, una especie nativa de la región de las Yungas. Gracias a sus propiedades nutritivas y funcionales, en Tucumán se posiciona como una alternativa para las producciones agroforestales.
Conocidas como las selvas de montaña del norte de la Argentina, las yungas se caracterizan por tener un bosque denso y húmedo con gran biodiversidad en las partes bajas, mientras que, en las alturas predominan los arbustos y pastizales.
Entre las actividades viables para este ecosistema surge como alternativa el cultivo del chilto o tomate de árbol. En este contexto, los técnicos del INTA Famaillá -Tucumán- trabajan en la domesticación de esta especie nativa con propiedades nutritivas y funcionales.
"Desde el INTA proponemos enriquecer los sistemas agroforestales con especies forestales nativas de alto valor económico como es el cedro, asociado con especies frutales u ornamentales nativas en bosques degradados de las zonas amarillas de las yungas tucumanas, donde no es posible el cambio de uso de suelo", especificó Norma Medrano -especialista del INTA.
Entre las ventajas, la técnica destacó que "la consociación agroforestal, con cultivos como el chilto, permitiría obtener ingresos anuales anticipados al turno forestal, mejorando la ecuación económica y siendo una propuesta más atractiva para los productores".
En este sentido, indicó que trabajan en la identificación de poblaciones y rescate de individuos de chilto con potencial de domesticación en las yungas. Además, abordan la caracterización fenotípica y genética, así como también la experimentación de técnicas de manejo en vivero y cultivo, entre las que se destaca la clonación.
Los trabajos de investigación proponen el desarrollo de material de propagación para su posterior uso, contribuir a la conservación de estos recursos genéticos y, de esta forma, garantizar su uso a largo plazo, al tiempo que se contribuye a la conservación y aprovechamiento sostenible del recurso.
En una primera etapa, estudian la distribución de las poblaciones naturales de Solanum betaceum en la provincia, a fin de caracterizar la distribución de la variación genética, relacionarla con el ambiente y determinar áreas productoras de semillas.
Luego, el material colectado se destina a estudios genéticos moleculares y también al estudio de las características agronómicas del material, aspectos relacionados a la propagación agámica y por semillas, en la búsqueda de tecnologías de propagación accesibles y que puedan ser transferidas al sector productivo.
"Así -detalló Medrano- obtenemos plantas de chilto de procedencia conocida que instalamos en ensayos con sistemas agroforestales y entregamos a los pequeños productores chilteros, huerteros y emprendedores para incrementar la superficie cultivada y difundir el cultivo de esta especie".
Nativo de la ecorregión de las yungas, el chilto es onocido también como tomate de árbol- es un fruto de sabor agridulce con una coloración que va desde el anaranjado hasta el rojizo, de forma alargada a ovoide, variable de acuerdo al origen de las poblaciones.
El fruto presenta propiedades nutricionales, fuente de vitaminas y carotenos, además de ser rico en fibras y bajo contenido de azúcares. También es considerado un alimento funcional porque contiene polifenoles, fibras y antocianinas que tienen un efecto benéfico para la salud.
Según los especialistas, era consumido tradicionalmente por las poblaciones originarias, quienes la recolectaban o bien cultivaban mediante un proceso sencillo de domesticación, por lo que aún hoy se pueden encontrar plantas en huertos o en jardines familiares del Pedemonte tucumano.
Investigadores del INTA trabajan en la domesticación del chilto, una especie nativa de la región de las Yungas. Gracias a sus propiedades nutritivas y funcionales, en Tucumán se posiciona como una alternativa para las producciones agroforestales.
Conocidas como las selvas de montaña del norte de la Argentina, las yungas se caracterizan por tener un bosque denso y húmedo con gran biodiversidad en las partes bajas, mientras que, en las alturas predominan los arbustos y pastizales.
Entre las actividades viables para este ecosistema surge como alternativa el cultivo del chilto o tomate de árbol. En este contexto, los técnicos del INTA Famaillá -Tucumán- trabajan en la domesticación de esta especie nativa con propiedades nutritivas y funcionales.
"Desde el INTA proponemos enriquecer los sistemas agroforestales con especies forestales nativas de alto valor económico como es el cedro, asociado con especies frutales u ornamentales nativas en bosques degradados de las zonas amarillas de las yungas tucumanas, donde no es posible el cambio de uso de suelo", especificó Norma Medrano -especialista del INTA.
Entre las ventajas, la técnica destacó que "la consociación agroforestal, con cultivos como el chilto, permitiría obtener ingresos anuales anticipados al turno forestal, mejorando la ecuación económica y siendo una propuesta más atractiva para los productores".
En este sentido, indicó que trabajan en la identificación de poblaciones y rescate de individuos de chilto con potencial de domesticación en las yungas. Además, abordan la caracterización fenotípica y genética, así como también la experimentación de técnicas de manejo en vivero y cultivo, entre las que se destaca la clonación.
Los trabajos de investigación proponen el desarrollo de material de propagación para su posterior uso, contribuir a la conservación de estos recursos genéticos y, de esta forma, garantizar su uso a largo plazo, al tiempo que se contribuye a la conservación y aprovechamiento sostenible del recurso.
En una primera etapa, estudian la distribución de las poblaciones naturales de Solanum betaceum en la provincia, a fin de caracterizar la distribución de la variación genética, relacionarla con el ambiente y determinar áreas productoras de semillas.
Luego, el material colectado se destina a estudios genéticos moleculares y también al estudio de las características agronómicas del material, aspectos relacionados a la propagación agámica y por semillas, en la búsqueda de tecnologías de propagación accesibles y que puedan ser transferidas al sector productivo.
"Así -detalló Medrano- obtenemos plantas de chilto de procedencia conocida que instalamos en ensayos con sistemas agroforestales y entregamos a los pequeños productores chilteros, huerteros y emprendedores para incrementar la superficie cultivada y difundir el cultivo de esta especie".
Nativo de la ecorregión de las yungas, el chilto es onocido también como tomate de árbol- es un fruto de sabor agridulce con una coloración que va desde el anaranjado hasta el rojizo, de forma alargada a ovoide, variable de acuerdo al origen de las poblaciones.
El fruto presenta propiedades nutricionales, fuente de vitaminas y carotenos, además de ser rico en fibras y bajo contenido de azúcares. También es considerado un alimento funcional porque contiene polifenoles, fibras y antocianinas que tienen un efecto benéfico para la salud.
Según los especialistas, era consumido tradicionalmente por las poblaciones originarias, quienes la recolectaban o bien cultivaban mediante un proceso sencillo de domesticación, por lo que aún hoy se pueden encontrar plantas en huertos o en jardines familiares del Pedemonte tucumano.