Dos semanas en las que medio centenar de restaurantes de Buenos Aires presentarán platos especiales a precios amigables. BAFoodWeek llega en su novena edición en los que se ofrecerán menús que incluyen aperitivo de bienvenida, entrada, plato principal y postre, a precios accesibles tanto para el almuerzo por $ 240, como para la cena por $ 390. Los menús no incluyen bebidas, propina, ni servicio de mesa.
Para acompañar los menús, cada comensal podrá disfrutar de los aperitivos Campari Orange (Garibaldi para la gente más vieja) o Aperol Spritz como aperitivo de bienvenida. Cada menú tendrá un aperitivo asignado de acuerdo al estilo del lugar y sus platos.
Además esta edición de BAFoodWeek suma la presencia de reconocidos bartenders, que estarán presentes en algunos de los restaurantes participantes.
Para esta ocasión se suma además la posibilidad de disfrutar de una selección de vinos recomendados por Bodega Nieto Senetiner: Nieto Senetiner Reserva y Don Nicanor, a precios de vinoteca.
En esta edición, nuevamente el evento se anticipa en forma exclusiva para sociosde tarjetas American Express Argentina emitidas por la empresa y por los bancos autorizados, quienes podrán disfrutar de la experiencia de forma previa entre el 6 al 12 de abril inclusive.
Por otra parte, BAFoodWeekaporta a una causa solidaria, luego de más de 230.000pesos recaudados para la Fundación Banco de Alimentos: todos los comensales podrán realizar donaciones en un sobre que será entregado junto a la cuenta.
Algunos de los restaurantes participantes de la novena edición son los siguientes:
El 17 de noviembre, en el marco del Día de la Baklava, Restaurant Armenia comparte una receta tradicional y una historia que trasciende fronteras. Crujiente, perfumada y bañada en almíbar, la baklava es mucho más que un postre: es un símbolo de hospitalidad, memoria y encuentro.
En una esquina de Palermo, una casa de barrio conserva algo más que historia: guarda el espíritu de Reliquia, el restaurante creado por el chef Branko Vaccaro y la sommelier Julia Bottaro. Desde su apertura, el proyecto se propuso algo inusual: que la cocina no grite, sino que dialogue, y que el servicio conserve la calidez de lo familiar.