El Grupo Sawken convocó en el Restaurante Flamingo, en Parque Patricios, a la primera edición de su ciclo de Cocina Nativa. Los platos fueron elaborados por el chef Javier Avilés Lira.
Sawken significa "tres"en el idioma de la cultura indígena de los Onas. Y "tres" son los encargados de organizar este ciclo de cenas, que tiene como objetivo borrar las fronteras culinarias que pueden existir entre las diferentes regiones argentinas y con nuestro país vecino, Chile.
Desde los ojos y la experiencia del sommelier Mauro Figueredo, el barman Jonás Armada y el cocinero Javier Avilés Lira se dio comienzo a este ciclo que tiene lugar los lunes y ocurre solamente una vez por mes.
"La idea es ir rotando, no hacerlo siempre en el mismo lugar" nos comenta Mauro Figueredo, el encargado del servicio de sala y de vinos. Y agrega que el nombre Sawken, "también lo elegimos porque representa una parte de nuestra identidad gastronómica, de nuestro pasado".E
Esta vez la cena tuvo sede en la Pulpería Flamingo, restaurante ubicado en Parque Patricios, f rente al Hospital Garrahan. Y constó de cuatro pasos acompañados (y maridados) por un trago de recepción y cuatro etiquetas vinos de Bienconvino, de las sommeliers Mariana Achával y Valeria Mortara.
Tras el cóctel de recepción a base de pisco y almíbar de huacatay, sirvieron bondiola estacionada con polvo de chicharrón y copa de Bienconvino Rosé de Malbec 2016; atún blanco al merken con espuma de limón y Bienconvino Chardonnay 2014; ojo de bife con cebolla encurtida y láminas de morrones asado y Bienconvino Malbec 2014. Y para finalizar, dulce de batata casero y queso de cabra estacionado (de Cabaña Piedras Blancas)conBienconvino Gewurztraminer 2016.
Buenos Aires está viviendo un momento en el cual se busca volver a las raíces y donde se quiere revalorizar lo propio. Es por eso que un grupo de profesionales como el que integra Sawken, es consecuencia (y causa) de una situación en la cual también los comensales estamos a la búsqueda de este tipo de experiencias.
Brazarte, el restaurante insignia del Sheraton Bariloche, presentó su renovada carta. Bajo la dirección del chef Aníbal Ramírez, la propuesta revaloriza los sabores de la Patagonia con una mirada contemporánea, unida al territorio, al producto y a su gente.
En materia de pizzas, uno supone a priori que todo está inventado. Pero siempre hay cosas nuevas que implementar, algo que resulta indispensable frente a tanta competencia. Ser originales y ofrecer algo distinto, permite afianzarse en un mercado tan competitivo. DATA - PIZZA es un ejemplo claro de esto, con cuatro locales y un producto que se sale del molde.
Ubicado en una irregular manzana triangular de Villa Devoto -una esquina sobre la diagonal Fernández de Enciso, en la que se encontraba el histórico bar La Manzanita-, Copetín rincón recrea la esencia de la culinaria porteña de las décadas de 1960 y 1970.