Bad Brothers Wine Experience abrió sus puertas hace tres meses y es hoy una de las mejores opciones para comer en Cafayate. Los Bad no son malos, como la palabra inglesa refiere, sino que alude a Bill, Agustín y David, tres amigos y socios.
Bad Brothers Wine Experience- Camila Quintana de Niño 63- Teléfono (03868) 426039. Abierto de martes a sábados mediodía y noche, y domingos al mediodía. Principales tarjetas.
Tipo de Cocina: Tapas
Lugar: Cafayate
Precio: $$$
Cafayate siempre te da sorpresas. Y vaya que es difícil llevar adelante emprendimientos que demandan una gran inversión como este que nos ocupa. La cuestión pasa por aprovechar la temporada (el pueblo es un imán que atrae y apasiona a los extranjeros), sino también hacer frente al desafío de convocar al público local el resto del año.
Bad Brothers abrió hace poco más de tres meses y es obra de Agustín Lanús, ingeniero agrónomo especializado en Enología (tiene un Master en Montpellier, Francia) y de David Galland, un norteamericano que se enamoró de los Valles Calchaquíes y tiene aquí su casa en La Estancia de Cafayate.
El tercer amigo en cuestión es William Knuttel o simplemente Bill, quien no integra la sociedad del restaurante pero sí del emprendimiento de vinos de igual nombre. Agustín también elabora otros vinos con el nombre Sunal, es decir su apellido al revés.
Como en el tango de Enrique Cadícamo, el trío más mentado ha invertido en este pueblo que según surge de una de las versiones de su nombre en lengua aborigen, "lo tiene todo".
Lo primero que hay que decir de Bad Brothers, es que su servicio está muy por encima de la media general de la gastronomía de la zona. Se denota que el personal ha sido capacitado para que todo funcione perfectamente.
El lugar es una vieja casona colonial ubicada a escasa media cuadra de la plaza principal, con galería, patio y salones (uno de ellos funciona exclusivamente para reuniones de mujeres, y otro llamado "de corte", para que los clientes hagan su propio blend con los vinos de la casa).
La cocina está a cargo de Walter Michel (nada que ver con la bodega Michel Torino, hoy El Esteco). Viene de trabajar en Patios de Cafayate Wine Resort, y antes en El Terruño, ambos entre losmás reconocidos restaurantes de Cafayate.
La carta es breve y contiene tapas, o raciones ya que son pequeñas pero no tanto. No hay entradas ni principales, sino que uno va pidiendo platillos para compartir, excepción hecha de la tabla de quesos de Cafayate, que bien sirve para comenzar la comida o para acompañar los vinos en horarios más tempraneros.
Acompañado por Gabriel Domingo y nuestras familias, no faltaron lógicamente los quesos de vaca y cabra (Cabras de Cafayate es la fábrica de la familia Domingo Molina que posee también dos bodegas en el pueblo y Yacochuya, respectivamente).
Así fueron sucediéndose las diferentes opciones para compartir, lo cual nos permitió pasar revista por toda la carta. Desde las minihamburguesas (carne de vaca o de cerdo), gazpacho con pinchos de pollo empanados con queso y harina de algarroba; o carpaccio de lomo sobre chips de batata; macarrones con salsa de quesos.
También costillitas braseadas a fuego lento en Malbec (al estilo peruano), con puré de papas y vegetales al wok; rol de lomo con papas y tomates cherries confitados; bondiola braseada en vino y reducción de verduras servida en caja de hierro.
Quien así lo desee, puede pedir aceite de trufas italiano, una excelente idea para agregar sobre los quesos, la bondiola y el puré, por ejemplo. Se pagan $ 30 adicionales pero vale la pena.
A corto plazo incorporarán algunos platos regionales reformulados, tal vez alguno con cabrito. Y las empanadas salteñas que, por reiterativas, nunca cansan.
Para el final, proponen tres postres: tiramisú con Mistela, marquise de chocolate y mousse de limón.
Otra de las cosas que hace diferente a Bad Brothers es la barra, muy bien lograda sobre todo con los tragos de autor. Hay muchas opciones, como el Sparkling Pisco Sour (pisco, vino Torrontés, bitter, limón y clara de huevo). O el Mate Loco, que se prepara con yerba, Torrontés, mandarina, Mistela, whisky y azúcar) para beber con bombilla.
En materia de vinos, la carta solo incluye los de elaboración propia. Por ejemplo, los de Bad Brothers Wines: ToVio (Torrontés-Viognier), MaTaCa (Malbec, Tannat, Cabernet) y Facon Selection Cabernet Sauvignon, Tannat y Tannat - Cabernet.
Otras opciones son: Sunal Malbec, y Sumak Kawsay Malbec, y Criolla (con uvas de Amaicha del Valle); Loco Lindo y Aguayo (elaborado con uvas de Hualfin, Catamarca).
Quizá pronto incorporen etiquetas de otras bodegas. Más urgente sería agregar algunos espumantes de la zona.
Los precios son muy lógicos, a tono con lo que ofrece Cafayate desde siempre, realmente bajos para lo que estamos acostumbrados a pagar en Buenos Aires, aunque no tanto como hace cinco o diez años atrás.
Bienvenida sea esta nueva opción de calidad, en un pueblo que lo tiene todo, muchos vinos y comidas que nos dejan satisfechos y felices.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.