Italpast La Reserva es un digno exponente del estilo puramente italiano que caracteriza al original de Campana. La tercera generación de la familia asumió el desafío de demostrar que segundas partes sí son buenas.
Italpast La Reserva -Ruta Nacional Nº 9 Km. 61,5 Los Cardales- Teléfono 03489-461444. Martes a sábados mediodía y noche; domingos al mediodía. Principales tarjetas.
No hace falta recordar que Italpast es uno de los restaurantes favoritos de quienes hacemos Fondo de Olla. Hablamos del de Campana, del original, donde Pedro Picciau nos recibe siempre como si estuviéramos en nuestra propia casa.
Para desmentir eso de que "segundas partes nunca fueron buenas", Italpast La Reserva apuesta a la tercera generación familiar ligada a la gastronomía, esa gesta que iniciaron Gino Picciau y su esposa Cecilia, inmigrantes sardos llegados al país en 1952, con un pequeño Pietro en brazos. Juan Carlos, el segundo hijo nacería ya en tierras argentinas. Viejas y emotivas fotos familiares y blanco y negro, decoran las paredes del salón.
Es ahora el turno de Luciano Picciau y su esposa Marcela. El primogénito de Pedro y Mona estudió hotelería y luego viajó a Europa, donde entre otros lugares trabajó con Lello Sorrentino en Capri.
De manera que hay que decir que sí existen ciertas diferencias entre unItalpast y otro, pero éstas sólo tienen que ver más con el ámbito geográfico que con la cocina.
Con menos espíritu de trattoria pero con una vista espectacular, Italpast La Reserva funciona en el club house del complejo de Cardales donde además hay un Sofitel. Desde sus amplios ventanales e inclusive mejor aún, en la terraza, se observan el lago, el tee del hoyo uno de la cancha de golf y hasta la casa de Carlos Tévez, uno de los vecinos ilustres del barrio cerrado.
La propuesta gastronómica es similar a la del Italpast original, pero son apenas los detalles que pueden marcar algunas sutilezas que los diferencian.
El mismo Luciano cocinó para nosotros y sirvió los platos, que conformaron una degustación casi interminable, es decir bien a la italiana, donde uno come siempre mucho y muy bien.
Burrata con jamón crudo; langostinos en brochette; parmesano estacionado y; fritos mixtos, fueron algunas de las entradas junto con la infaltable porchetta a la sarda, una tradición de la casa.
La pasta italiana es un capítulo ineludible de la carta. Los fettuccine alla carbonara mostraron la sutiliza de esta salsa tan famosa en el mundo entero. Y luego los raviolini di Pietro, con masa verde de rúcula rellenos de carne de lomo y setas, en salsa de tomates. Magnífica combinación de sabores y una salsa que acompaña y no mata, tal como se hace en Italia.
La degustación de pastas incluyó otro clásico de los Picciau: ravioli dei carabinieri, rellenos de centolla y calabaza, teñidos con nero di Seppia con un toque de crema de leche y azafrán.
Otras opciones tentadoras son los muy sardos pappardelle aum aum, con albondiguitas, berenjena, mozzarella de búfala y suave salsa de tomates.
Hay además risotto milanese o con frutti di mare. Por el lado de las carnes, conejo a la cazadora; pacú a la teja con hierbas; abadejo en cartoccio, y bistecca con papas a la provenzal.
Para el final el Vesubio di cioccolata, o bien la degustación de postres para los más golosos. La carta de vinos es muy completa. Y venden productos italianos para llevar.
Un fin de semana, el salón estaba completo y con reposición de mesas. Una demostración de que un Italpast es siempre un Italpast, aunque se trate de La Reserva, que tiene equipo de sobra para jugar en Primera.
"Capricho, deseo vehemente, ilusión". Así define la Real Academia Española a la palabra "berretín". Y esas tres cosas son las que llevaron a un holandés a abrir un restaurante a su propio gusto y piacere. Para ello se afincó hace un tiempo entre nosotros porque, como nos dijo, "Buenos Aires es como estar en Europa, pero lejos de todo". Se llama Nicolás Houweling y, junto a su hermana Bente (que estará a cargo del café de la planta baja de próxima apertura), abrió "Presencia", un restaurante en el que quiere también omitir todo lo que le parece inapropiado cuando uno sale a comer afuera. Para ello, convocó al chef Rodrigo Da Costa, de último paso por "Le Réve". Nuestra visita coincidió con el fin de la marcha blanca y comienzo del servicio al público. Impecable todo.
La chef ejecutiva de Casa Cavia, Julieta Caruso, renovó el menú de mediodía con una propuesta que permite pedir a la carta o bien elegir entre menús de pasos. A ello, se suma la coctelería creativa de la bartender Flavia Arroyo y una selección notable de vinos a cargo de Delvis Huck. La dirección general es de Guadalupe García Mosqueda.
Un bistró que le hace honor a la cocina más refinada del planeta. Le Rêve ("el sueño", en francés), nos transporta a la magia parisina en una esquina de Buenos Aires. La propuesta del joven chef Ramiro Hernández exhibe un técnica perfecta, elegancia y personalidad. La coctelería del "Tiger" es otro fuerte del lugar. Y su ambiente, nos agasaja con música sin estridencias, como debe ser en un restaurante, a lo que se suma un servicio impecable comandado por Darío Núñez. Lujos que nos podemos dar en una ciudad que, en materia de gastronomía, lo tiene todo.