Parténope es un pedazo de Nápoles en La Lucila, una excelente oportunidad de conocer la pizza que se come en Italia. Y encima a una relación precio calidad imposible de igualar.
Parténope (en lengua italiana no lleva acento, pero para facilitar la correcta pronunciación, el nombre de esta pizzería lo tiene), fue una sirena a la que la mitología griega atribuye la fundación de la ciudad de Napoli (“nao polis” o “nueva ciudad”). También conocida como Pisínol, aparece representada tocando la lira. Celosa por su belleza, Afrodita la transformó en mitad mujer y mitad pez. Parténope es el nombre elegido por Maurizio De Rosa, partenopeo por supuesto, quien es propietario de una bodega en la Campania, de una pizzería en Nueva York y otros emprendimientos aquí y allá, entre ellos un restaurante japonés en la Gran Manzana. Lo acompañan en esta patriada
Julio Beistain y Gustavo Daneri, quien le asegura a la casa la provisión de los tomates, la mozzarella di bufala y fior di latte (ya que aquí no se usa “musarela”) y demás productos importados de Italia. La presencia de Maurizio en ocasión de nuestra visita, tuvo sus privilegios, como una formidable pizza con tartufo bianco d‘Alba preparada por el propio padrone di casa, que pasa parte del tiempo en Nueva York, en Río de Janeiro, Nápoles y ahora también en Buenos Aires.
Hay varios detalles que hacen de Parténope un lugar de culto para los amantes de la vera pizza napoletana. La masa fermentada lentamente, las mezclas de harina con alto contenido de gluten y la cocción rápida en el horno, que permite la formación del borde llamado “cornicione”, hacen la diferencia. Otro factor a destacar son los precios, increíbles dada la calidad del producto que se sirve y de los insumos de alta calidad que utilizan.
A los napolitanos les dicen partenopeos, ya que Parténope fue una sirena que la mitología señala como fundadora de la ciudad, que en su actual denominación es un derivado de "Nao Polis".
Parténope agrupa a las pizzas en tres rubros: clásicas, modernas y novella (novedad). La Marinara con tomate, orégano y ajo es una de las clásicas, al igual que la Puttanesca con la colatura (tomate, aceitunas negras, anchoas y alcaparras) es una de nuestras preferidas. Entre las “modernas”, están la bianca ai quattro formaggi (blanca, con mozzarella, parmesano, provolone y azul) y cappello (mozarella, tomate y jamón crudo). La “novella” Quadrello Blue sale con queso azul, morrones y hongos). La Tramonti, por su parte, lleva bondiola, moorones, provoleta y aceto) y la Amatriciana, tomates pelados, panceta, cebolla y queso de oveja. Hay algunas ensaladas, y los “pannuozzi” hechos con masa de pizza en cuatro versiones que ya tendrán su lugar en Sanguche.org
Los postres son: babá al ron (típico napolitano pero de origen discutido), sfogliatella, battilocchio con nutella, y pronto los helados de Compañía de Chocolates. Fuera de carta, Maurizio preparó una pizza dulce, con mermelada de tomates y crema. Para acompañar, vinos a precio razonable y también cerveza Warsteiner. El agua es impecable, para más datos proviene de la provincia de Misiones. Como conclusión hay que decir que no hay pizza de esta calidad en toda la ciudad, a precios tan accesibles. Hay que aprovechar la oportunidad porque vale realmente la pena.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.