Entrada fría infaltable en las mesas de Navidad y Año Nuevo, el vitello tonnato o vitel toné (un derivado del dialecto piamontés), parece haber nacido en Burdeos. Pero los italianos lo asumieron como propio y nadie lo discute.
El vitel toné (vitel tonná en dialecto piamontés) o vitello tonnato (en la lengua del Dante), parece ser uno de los pocos platos consumidos para los festejos de Navidad y Año Nuevo, que condice con la temperatura de estas latitudes. Así como muchas veces hemos adoptado costumbres “fuera de temporada”, porque era lo que comían nuestros antepasados en el frío invierno europeo, el caso del vitel toné es bien diferente. Su popularidad lo ha llevado a ser una figurita repetida en las mesas navideñas y de “findeañeras”. Y se lo consume frío, como entrada, comida ideal para las calurosas noches del 24 y el 31, y en los aún más cálidos almuerzos del 25 y el 1º de año.
Dicen que el mejor Vitel Toné se come en las localidades de Alba (cuna de la trufa blanca) y Garessio, en el Piamonte.
Pese a que se considera que es una creación francesa, más específicamente de Burdeos, la receta que nosotros conocemos es piamontesa hasta la médula. Es más, el verdadero lugar en el mundo del vitello tonnato es Alba (donde crecen las famosas trufas blancas) y Garessio. Dicen que allí se come el mejor vitel toné del mundo. Los ingredientes varían según el “librito” de cada cocinera, pero en una receta clásica italiana, lleva carne de ternera (peceto), atún, anchoas, mayonesa, mostaza, huevos duros, apio, ajo, romero, laurel, cebolla, zanahoria, alcaparras, vino y aceite de oliva.
En definitiva, se trata de otro aporte de los inmigrantes, en este caso de origen italiano, que lo trajeron al país junto con otras delicias como la bagna cauda (que no se popularizó tanto entre nosotros), un plato invernal que se consume muchísimo en el interior de Córdoba y Santa Fe, donde están asentadas las mayores colonias piamontesas del país.
Es tanta la aceptación del vitel toné entre nosotros, que hoy casi se lo puede adoptar como un plato “porteño”.
Pedro Bargero, chef creativo del restaurante del Hotel Costa Galana, ofrece una carta protagonizada por los sabores del Mar Argentino y la Sierra de Tandilia, combinando productos de estación y distintas técnicas de cocina para crear una experiencia diferente.
Este restaurante propone una experiencia en la que convienen armoniosamente la cocina, la ambientación escenográfica y la cerveza artesanal elaborada por ellos mismos.
En el nuevo ciclo de los jueves por la noche, el restaurante se transforma en el escenario ideal donde los fuegos, la música y el sabor se encuentran para crear una experiencia inigualable. Para esta ocasión, el chef Leandro Di Mare elaboró un menú de tres pasos acompañado por etiquetas de la línea D.V. Catena.