Se llama Ludovic Casrouge y es un as haciendo crêpes. En su local de San Telmo Un, Dos, Crêpes te permite darte una panzada de esta típica preparación francesa.
Un, Dos, Crêpes es un lugar de comida al paso, donde se puede comer parado o sentado a la barra, llevarse la comida a la oficina o pedirla por teléfono. El protagonismo casi exclusivo lo tienen los crêpes, como si estuviéramos en tierras bretonas. Pero detrás de todo esto, hay una historia, que como en muchos casos tiene que ver con el amor. ¿Protagonistas?: un francés, corredor de bolsa, licenciado en Economía, oriundo de Le Mans, Francia. Cansado de los números, decide viajar desde México a Ushuaria. Ella, María José, una argentina que se encontraba paseando por el Parque Tayrona, en Colombia. El destino quiso que ambos se encontraran en forma impensada en las bellas tierras caribeñas. Dos años después se casaron y ya afincados en Buenos Aires formaron una familia.
De manera que Ludovic cambió las finanzas por la cocina, el estrés de la Bolsa por los crêpes, la clásica preparación bretona que aprendió a hacer en Rennes. Un, Dos, Crêpes ya pasó el tiempo prudencial que todo negocio requiere para asentarse. Hay que decir que es un lugar para comer al paso, aunque muchos clientes optan por los pedidos para llevar a la oficina o esperar el delivery en el mismo lugar de trabajo. Desde la barra, se observan las placas de hierro fundido Krampouz, ideales para que los crêpes salgan delgaditos como debe ser.
Las opciones son muchas, dulces y saladas. Las hay de carnes rojas, también de pechuga de pollo a la plancha; de queso y vegetales asados; de salmón ahumado con queso crema, limón y ciboulette; de panceta ahumada, queso brie y manzanas asadas. Y también la Crêpes Super Burger con hamburguesa, queso, huevo, cebollas caramelizadas, tomates confitados y panceta.
Desde Le Mans, tierra de carreras de autos, a Buenos Aires. Ludovic Casrouge abrió en San Telmo una crêperie como las de su país de origen.
Hay además ensaladas: pollo salteado, ananás, lechuga francesa, trigo burgol y tomates con aceite de oliva y jugo de limón; de salmón ahumado, mozzarella, rúcula, ciboulette, semillas de girasol, olivas y aceto balsámico. Otra opción son los wraps fríos, como los de zanahoria, pepino, guacamole y lechuga francesa. La carta propone crêpes dulces: salsa de chocolate Aguila y helado de crema americano, o de Nutella y banana, entre otros.
Y Ludovic también va a domicilio para grupos numerosos. Una buena idea para conocer los famosos crêpes bretones. Ya vendrán los tiempos en que el mercado permita contar con el trigo sarraceno con el que se preparan las famosas galettes.
Roberto Nishida es el itamae de Dashi desde hace dos décadas, con los últimos 13 años en el Palacio Alcorta. La marca ha sido pionera con su restaurante de Palermo y sigue presente en este espacio más amplio y cómodo, donde siguen ofreciendo cocina japonesa que se adapta a las nuevas tendencias nikkei.
Dieztreinta no es solo un restaurante: es un espacio creativo donde convergen la gastronomía y la música, como protagonistas de una movida absolutamente sui generis. Eliseo Martínez, chef venezolano, rompe los moldes establecidos para materializar una idea que trasciende los límites de la cocina tradicional.
Obrador Mishiguene es el último proyecto local del chef Tomás Kalika, después de Mishiguene Fine Dining, el Café y la Rotisería. En este caso, el local de Palermo ofrece platos de la cocina israelí clásicos y reversionados como en los demás espacios, pero suman la parrilla al carbón. En este Obrador, también se elabora la panadería artesanal que abastece a todos los locales.