Muse, el restaurante del Grace Hotel Cafayate, ofrece hoy una alternativa de alto nivel para comer rodeado del magnífico paisaje de los valles Calchaquíes.
El complejo La Estancia está ubicado sobre la Ruta 40, pocos metros después del cruce del río Loro Huasi, en dirección hacia el sur (camino a Amaicha del Valle, Tafí del Valle y San Miguel de Tucumán). Dentro de su gigantesco predio con cancha de golf incluida, se construyó el Hotel Grace, inaugurado a fines de 2013. El restaurante se llama Muse, cuya brigada de cocina tiene a su cargo el cordobés Javier Robles. El emprendimiento cuenta con el asesoramiento permanente del chef inglés Jonathan Cartwright, responsable de la gastronomía de la cadena hotelera.
Fuimos con mucha curiosidad a Muse, por cuanto en Cafayate abundan los lugares de comida regional y se cuenta con apenas un par de restaurantes de nivel acorde a lo que pide el turismo nacional y extranjero: “Terruño” de Carlos Amante, y “Viñas de Cafayate Wine Resort”, con el chef Nicolás Kishimoto. Y la verdad es que nos fuimos gratamente sorprendidos por la propuesta de Muse, donde el elegante salón tiene su cocina a la vista, un servicio eficaz aunque algo formal para lo que estamos acostumbrados en esta localidad, y una cocina de alto vuelo, que además se cotiza a precios más que amables. Precios del NOA solemos decir, que son los mejores de la Argentina. De más está decir que la relación precio calidad resulta superlativa. Mucho tiene que ver en esto la presencia de Javier Robles, un cordobés nacido en General Levalle, que llegó a este oasis salteño tras pasar por restaurantes porteños como Sucre y los del Hotel Intercontinental, además de otras experiencias en su provincia, y en Relais & Chateau El Colibrí, Estancia de Charme. Previo a su llegada a Cafayate, pasó también por la capital salteña, donde trabajó en otro Relais & Chateau, en este caso House of Jazmines. “Simpleza y elegancia” es como define Javier a la propuesta de Muse, donde comparte con Jonathan Cartwright, chef corporativo, el armado de la carta.
El menú tiene como particularidad la prevalencia de insumos y productos de la región del NOA, magistralmente utilizados por Robles y su equipo. Pero además, tanto los appetizers, platos intermedios, principales y postres no tienen valores unitarios, sino que por el contrario uno mismo puede armar su propio pedido según opte por cada uno de los cuatro pasos. De todas maneras, lo que recomendamos es el menú degustación por $ 290 (precio del mes de junio de 2014), que contempla la elección libre de cada uno de estos pasos.
Con la incorporación de Grace y su restaurante Muse, Cafayate ofrece ahora una nueva variante que complementa la típica cocina local, con empanadas salteñas, tamales, humitas y otros platos regionales.
Hay entre otras opciones, carpaccio de llama con mix de verdes y escamas de queso; provoleta de cabra con tomates a la plancha y hojas de rúcula; confit de dorado con láminas de zanahoria escabechada; tostada de pan de campo perfumada con ajo y tomillo con tuétano asado; una versión propia del beauf bourguignon; ravioli de pera y queso azul con migas de almendras y sésamo, más almíbar de Torrontés; conejo braseado en vino Torrontés cono hierbas y puré de zanahoria y tomillo; con ajos confitados y tian de vegetales (uno de los platos mejor logrados); ravioles de cabrito braseado con caldo de tomates y aceite de tomillo; cordero en cocción lenta al horno de barro con ñoquis de tres harinas y aceite de menta.
Los postres también conjugan la creatividad y los productos locales, como el parfait de cayote con jalea de cítricos, quesillo de cabra, miel de caña y praliné de frutos secos; o la selección de frutas en almíbar con sorbet de yogur y migas de biscuit de algarroba. Una clase maestra de lo que se puede hacer con nuestros productos autóctonos y el talento de los ignotos cocineros del interior, como es el caso de Javier Robles o el cercano Sergio Latorre, otro crédito de Fondo de Olla ®.
Los vinos, mayoría de bodegas locales (no habría que darle tanta presencia quizás a los mendocinos en la carta), tienen precios muy atinados en cuanto a los de origen cafayateño se refiere. Muse es un “must” de nuestro interior, uno de los mejores restaurantes de “tierra adentro” que hayamos visitado últimamente. Y un lujo para Cafayate y Salta toda.
Bestial está ubicado en el rooftop de un piso 11, aunque se nos asemeja mucho más alto todavía por lo imponente de la vista. Quizás eso sea porque si uno mira hacia el río de la Plata, no hay edificios elevados. Con la vista del cuartel del Regimiento de Patricios en primer plano, el panorama se extiende hacia las costas uruguayas. Y, adentro, todo es estridente e impactante. La propuesta nos remite hacia la culinaria nikkei, y la coctelería va acompañada de "cabezas bestiales" dentro de la cuales se colocan los vasos. Ambiente perfecto para parejas o para disfrutar con amigos, Bestial es una rara avis en Buenos Aires.
Pocas veces confluyen, al mismo nivel de eficiencia, los tres elementos esenciales de un restaurante: cocina, ambiente y servicio. Eso es lo que sentimos luego de vivir la experiencia de O-satori, el omakase ubicado en el piso 23 del Hotel Buenos Aires Marriott (ex Panamericano).
Una imponente esquina a pasos de Plaza Serrano, da lugar a este nuevo restaurante de tres plantas, donde los ahumados son protagonistas. Foga es un nombre de fantasía, según nos cuentan, que no tiene ni traducción ni significado alguno. El local impresiona por sus diferentes espacios: salón principal en la planta baja, privado en la segunda y bar que tomará relevancia con la llegada de la primavera en la terraza. Carnes, vegetales, panes y demás, todo pasado por humo.