Perón Perón arrancó en plena efervescencia de locales gastronómicos peronistas. La moda nac & pop estaba en su apogeo y los visitantes iban más por su curiosidad o su afinidad política que por el contenido del menú.
La decoración y la vajilla de este extraño restó intenta recrear el espíritu peronista. También hay un sector obrero, donde se aprecian tarjetas de trabajadores. La principal es la del General Perón, pero también se encuentran las de varios mártires peronistas. Evita también tiene su sector con un altar, velas, un rosario, algunas estampitas de imágenes religiosas y un ramo de flores.
En los televisores y en la pantalla gigante se pueden ver documentales sobre Juan Domingo y Eva Perón. Al compás de la música aparecen, cada tanto, discursos históricos de la pareja.
Claro que estaba todo muy lindo para los fanáticos de Perón, pero durante mucho tiempo la comida de este particular restaurante palermitano dejó bastante que desear, y como si esto fuera poco los precios no eran muy peronistas que digamos.
Ahora las cosas han cambiado y el artífice de este giro de 180 grados es Gonzalo Alderete Pagés, salteño que no ha hecho otra cosa que traernos los sabores de la comida casera, esa que hacían nuestras abuelas. Los precios también son más amables, más peronistas y se nota el cambio: el lugar está lleno y no hablo del fin de semana.
Gonzalo Alderete Pagés es el artífice del cambio radical (mirá que palabra) que tuvo Perón Perón
Los platos tienen nombres pintorescos y todos son muy recomendables. Un hit es el pastel de papas (el preferido de El General), pero también lo son las empanadas de Ossobuco braseado, las Santa Evita (carne cortada a cuchillo, bien salteña), Canelones o Pollo a la Cazadora. La carta de vinos es corta pero tiene buenos ejemplares.
A la hora de los postres, para los golosos está el Panqueque Cobos, el Mousse Cabecita (de Chocolate), aunque el Flan (con crema y leche condensada) es de otro planeta y lo prepara especialmente Florencia, la jermu de Gonzalo. Si van a Perón Perón no dejen de probarlo. Para el final, el cocinero como buen salteño, incluyó al té de coca entre los bajativos.
Insisto, en Perón Perón se come muy bien y con precios razonables. Si sos antiperonista y te bancas que en algún momento te canten la marcha, vivirás una experiencia culinaria que tal vez te lleve a grandes momentos de tu infancia. La panza te lo va a agradecer.
PD.: Tuve que escribir la nota porque soy peronista. Mi socio Fola es demasiado gorila como para pegarse una vuelta. Que se jorobe, él se lo pierde.
En la misma esquina que durante muchos años ocupó "La Bola de Oro", una ubicación privilegiada frente a las vías del Ferrocarril Mitre, Ramal a Tigre, hoy funciona Fiorire Vicente López. Es una pizzería, cafetería y, al mismo tiempo, restaurante de estilo italiano que exhibe una muy buena relación precio calidad.
Los periodistas de la vieja guardia aún recordamos con nostalgia cuando escribíamos con la Olivetti Lettera, y el cambio a la computadora nos provocó un cambio sustancial en nuestro trabajo. En honor a Camilo Olivetti, creador de la primera máquina de escribir M1, nació esta trattoria donde se respetan a rajatabla las recetas tradicionales italianas. Hoy, la propuesta se ha aggiornado, pero las pastas siguen siendo grandes protagonistas.
Sorpresa total, la cocina chipriota está en La Boca. El chef Nicolás Cali nació en Comodoro Rivadavia, pero sus ancestros están en esa isla del mediterráneo. En su Cantina Patio la Boca, se entremezclan la carne argentina con los platos típicos de Chipre. Y para fin de año, propone un viaje sensorial para celebrar las fiestas con acento mediterráneo, y los vinos de Jasmine de los Mundos.