Estrebe es el nombre de una especie de artefacto en forma de trípode, sobre el que se cocina en el campo. No es un término reconocido por la Real Academia Española, pero fue elegido por quienes abrieron el local de la calle Peña, que bien sabe de carnes porque hace tiempo funcionó ahí una sucursal de La Brigada. Pero el espejo en el que se miraron sus dueños no es el de San Telmo sino el de Belgrano, más precisamente en lo de Luis Acuña, parrillero uruguayo fallecido hace un tiempito, con el que trabajaron. De manera que El Estrebe es una parrilla con identidad charrúa, lo que se ve reflejado en especialidades como bife uruguayo, pamplonas de lomo, pollo y cerdo; riñones a la tela y otros. A diferencia de lo que ocurre en la vecina orilla, el chivito es cabrito y no el clásico oriental de fetas de carne vacuna, con papas y huevos fritos, a veces en sánguche, a veces al plato.
Herederos del uruguayo Luis, en El Estrebe rinden culto a nuestras carnes con cortes clásicos y otras especialidades como las famosas pamplonas.
Sin ser “La Celeste”, aquí nos encontramos con una propuesta con sello uruguayo pero que también se inscribe en cortes que son afines a ambos lados del Plata. Y que satisfacen el gusto de los rioplatenses, claro. Hay seis tipos de provoletas, una que lleva el nombre del local resulta la más contundente: sale con jamón, panceta, tomates frescos, morrón y albahaca. Hay dos “mix de achuras”, uno con chorizo, salchicha criolla, morcilla, riñones y chinchulines de vaca, en tanto que el otro agrega mollejas de corazón. De la parrilla también hay opciones de cortes tradicionales (bife de chorizo, asado de tira, vacío del fino, ojo de bife), pero también bife uruguayo; picaña entera para tres personas; bife de riñonada de cuadril completo con papas fritas y dos huevos fritos; colita de cuadril entera para tres o cuatro; chuletón de ojo de bife; bife “Estrebe”; cordero con papas españolas; brochettes; chivito con papas españolas; cochinillo (los fines de semana y días feriados) y algunos pescados. Y las pamplonas por supuesto.
También pastas, aunque siendo una parrilla uno se puede tentar únicamente con la lasagna de Ubalda, rellena de jamón cocido, queso cremoso, huevos duros, albóndigas y provolone.
Los postres son clásicos porteños, casi una osadía para cumplir con los más golosos, porque después de tanta carne nos parece una exageración. La carta de vinos ofrece entre una veintena de bodegas, la mayor parte de las “grandes”. El Estrebe merece una visita, en especial si uno es un carnívoro incorregible.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.