Akira Sushi & Nikkei sigue creciendo. Ahora abrió un local (el noveno) en el barrio de Núñez, en el flamante polo gastronómico de la calle 11 de Septiembre.
Akira Sushi comenzó en el año 2003 como lugar de sushi primordialmente, aunque también se ofrecían algunos platos orientales (japoneses). Hoy la cadena tiene nueve locales, planea abrir dos por año y la cocina se extendió a la fusión peruano japonesa, pero sin perder en absoluto el protagonismo del sushi. Es así como nació Akira Sushi & Nikkei, lo cual le da un perfil más abarcativo al tipo de cocina que hoy ofrecen los restaurantes de la cadena.
El último local abierto está en Núñez, donde de a poco se ha armado un polo gastronómico aún en crecimiento. A Bandol, Besares Parrilla y Oporto, se ha sumado ahora al barrio la opción “oriental”. La ubicación es privilegiada, a una cuadra de la avenida del Libertador a la altura de la ex Esma. La propuesta ocupa un espacio vacío en la zona, donde parece que la gastronomía está pasando a ocupar un lugar más protagónico, a partir de la instalación de varios restaurantes en solo dos cuadras, pero también con otras opciones cercanas.
En primer lugar, hay que decir que Akira Núñez ofrece alternativas muy accesibles al mediodía, con menús que incluyen sushi, plato “Nikkei”, cubierto y bebida, solo con pago en efectivo y de lunes a viernes.
Por las noches, una mesa compartida es la mejor opción para probar diferentes opciones de la carta. Los appetizers son ideales porque vienen de cuatro unidades, salvo los anticuchos de pulpo (2) y el mex sake (5). Hay papas a la huancaína, harumakis, callos de vieiras gratinados, y chupe de mariscos al fuego (picante). Como es de rigor, existen varias opciones de ceviches y tiraditos. El clásico y el “jalapeño” son los más tentadores. Y los tiraditos pueden pedirse en media porción (de siete cortes) o entera de catorce. Los preparan con pescado blanco, de salmón y maracuyá, nikkei (salmón reducido en cítricos, sake y mirin con leche de tigre, con alioli de palta).
Los tapeos permiten recorrer el aire, la tierra y el mar; hay uno de causas; otro llamado “Rincones de Mancora” (langostinos, chupe y pulpo a la barbacoa), y uno más: “Recorriendo Perú” (langostinos, chipirones y callos de vieiras). Entre los principales, ají de gallina; salmón teriyaki con risotto de quinua; salmón teriyaki; crocante de pescado blanco; saltado de lomo Nikkei; ribbs de cerdo en salsa barbacoa con papas a la manteca y dip de coleslaw.
El sushi es todo un capítulo aparte, completísimo, dividido en tablas: clásica, salmón y Premium. Las variedades hacen difícil la elección, por lo que el armado de las tablas puede hacerse de diez a cincuenta piezas, según la cantidad de comensales. También ofrecen rolls para celíacos.
Es complicado llegar al postre, pero los golosos cuentan con el volcán de chocolate; cheesecake de dulce de leche; chiboust de maracuyá; torta tres leches, y suspiro limeño. La elección de los vinos es mejor orientarla hacia los blancos o a lo sumo un Pinot Noir, la cerveza es Stella Artois y otra opción muy valedera es comer directamente acompañando la comida solo con tragos, especialmente los hechos con pisco. Cobran servicio de mesa.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.