Dos en uno. El mismo ámbito, dos propuestas distintas. Un ristorante italiano auténtico al frente; un omakase en el domo ubicado en los fondos. Raggio Osteria, con el chef italiano Sebastián Raggiante; Ru Omakase, con Romina Roux. Los dos se unen en la mejor relación precio calidad.
Cuando Sebastián Raggiante decidió dejar atrás Italia para instalarse en Buenos Aires, lo hizo con la convicción de que la cocina es también un viaje de ida y vuelta.
Nacido en Bologna, se formó en una de las cunas de la gastronomía europea, trabajó en casas de prestigio en España -incluyendo nada menos que elBulli- y en Mallorca el restaurante en el que trabajaba obtuvo una Estrella Michelin.
En su desembarco en la Argentina fue inmediata la apertura -en el año 2010, de "Moreneta deMontserrat" junto a la madre de su hija, colega además donde la propuesta era sencilla con un menú de mediodía.
Durante sus primeras experiencias locales, Raggiante reconoció el potencial de un país con productos de calidad y diversidad, desde aceites mendocinos hasta tomates reliquia de Lobos, y quesos artesanales, entre otros.
Esa exploración fue la antesala de un proyecto mayor: trasladar la memoria gustativa de la península hacia un territorio que lo acogía con insumos distintos, pero con un mismo respeto por la materia prima.
En febrero de 2023 abrió las puertas de Raggio Osteria, en Palermo Soho. El restaurante se instaló en la planta baja de un hotel. Desde el inicio, la propuesta buscó ser más que un restaurante: una declaración de principios donde la osteria se entiende como punto de encuentro, como mesa que reúne para celebrar la verdadera cocina italiana. La idea siempre fue clara: que el comensal pueda reconocer Italia en cada plato, sin dejar de percibir a la Argentina en cada producto.
El impacto fue inmediato. Y el éxito y el reconocimiento,
Hoy, a más de dos años de su apertura, se mantiene fiel a la visión de su chef: una cocina honesta, de estación, que valora la técnica tanto como la calidez del servicio.
Raggiante no es sólo el creador, sino el corazón del restaurante: cada decisión -desde la elección de un proveedor hasta cómo se corta una pasta-, lleva su firma.
Su presencia convierte al lugar en mucho más que una osteria; lo transforma en una experiencia que transmite coherencia, calidad y un sello personal difícil de imitar.
Rü Omakase:
Dentro de un domo en el patio escondido de un hotel, se encuentra un pequeño restaurante que encierra cada noche a 10 comensales alrededor de una barra. Allí, la chef Romina Roux despliega un ritual en el que el Mar Argentino se convierte en protagonista absoluto.
Así nació Ru Omakase, una experiencia íntima que toma como punto de partida la tradición japonesa y la cocina francesa para reinterpretarla con productos locales.
La propuesta refleja el recorrido profesional de Roux, quien se formó en la Argentina y perfeccionando sus técnicas de cocina japonesa. Su búsqueda estuvo siempre vinculada al producto del mar y a la precisión del corte, pero también a una mirada personal que se aleja de lo ortodoxo para construir un relato propio.
Antes de abrir su espacio, trabajó en restaurantes de alta cocina donde incorporó disciplina y respeto por el producto, para luego volcar esa experiencia en un formato personal y de escala reducida.
Más allá de su trayectoria profesional, Roux transmite en cada servicio una impronta que combina sensibilidad y rigor. Nacida en Buenos Aires, encontró en la cocina japonesa un lenguaje donde podía unir disciplina y creatividad.
Se define como una cocinera inquieta, marcada por la constancia y el detalle, y también como una anfitriona que valora la cercanía con los comensales. Sus referentes incluyen maestros japoneses de los que aprendió la técnica del cuchillo y la ceremonia del servicio, así como cocineros latinoamericanos que la inspiraron a mirar con otros ojos la impronta regional.
El recorrido comenzó con un menú en base a pesca fresca del Atlántico y a lo largo del tiempo se amplió, sumando mariscos, algas y moluscos en distintas preparaciones. La secuencia cambia según la temporada y la disponibilidad, siempre con el foco puesto en resaltar la diversidad del Mar Argentino.
La dinámica mantiene su esencia: un único turno, de miércoles a sábados a las 20:30, donde la interacción directa entre la chef y los invitados es parte central de la propuesta. El maridaje acompaña con una selección que combina sakes, whiskies japoneses y vinos argentinos.
Hoy, el domo sigue siendo refugio y escenario de un formato que conjuga técnica, producto y narrativa. Reservar una de sus diez butacas requiere anticipación y un gesto de confianza. Más que un restaurante, R se consolidó como un manifiesto.
El jueves 27 de noviembre, por la noche, Roux ofrecerá un menú de 6 pasos acompañados por vinos y espumosos seleccionados especialmente por el enólogo de Cavas Rosell Boher, Nicolás Calderón.
El 17 de noviembre, en el marco del Día de la Baklava, Restaurant Armenia comparte una receta tradicional y una historia que trasciende fronteras. Crujiente, perfumada y bañada en almíbar, la baklava es mucho más que un postre: es un símbolo de hospitalidad, memoria y encuentro.
En una esquina de Palermo, una casa de barrio conserva algo más que historia: guarda el espíritu de Reliquia, el restaurante creado por el chef Branko Vaccaro y la sommelier Julia Bottaro. Desde su apertura, el proyecto se propuso algo inusual: que la cocina no grite, sino que dialogue, y que el servicio conserve la calidez de lo familiar.