Buenos Aires celebra este 18 de junio el Día Internacional del Sushi, con una escena diversa que refleja tanto el respeto por la tradición japonesa como la capacidad de reinterpretarla desde una mirada contemporánea. Cuatro restaurantes porteños -Norimoto, Lima Estilo Nikkei, Uni Omakase y Antro Cocina en Cueva-, ofrecen otras tantas maneras de acercarse al sushi.
Norimoto fue el primer hand roll bar de Buenos Aires y supo consolidar una experiencia sin solemnidad, pero con técnica. Con seis locales repartidos entre la ciudad y la Zona Norte, el formato sucede en barra, con piezas elaboradas frente al comensal: arroz tibio, alga crujiente y pescado fresco.
La carta ofrece rolls, nigiris y sashimi pensados para ser disfrutados sin necesidad de formalidades, con atención a la temperatura, el corte y la inmediatez del servicio. Es sushi de calidad servido con agilidad, ideal para quienes buscan una experiencia gastronómica sin rigideces.
En Lima, se reinterpreta el sushi desde la cocina fusión peruano-japonesa. Bajo la mirada del chef Edward Lamas, la carta combina tiraditos con leche de tigre, causas, ceviches y una selección de nigiris con aderezos que remiten a sabores peruanos: ají amarillo, anticucho, huacatay.
En cada local -Recoleta, Pacheco y Pilar- se adapta el servicio al contexto, manteniendo siempre una ejecución precisa.
En Uni Omakase proponen una de las versiones más fieles al sushi japonés tradicional. El restaurante está a cargo del chef Damián Shiizu, quien prepara un menú omakase distinto cada noche.
En cada servicio, 12 comensales comparten una barra íntima donde el sushi -especialmente los nigiris y sashimis- se presenta como un ritual: precisión en el corte, armonía entre arroz y pescado, temperatura exacta y atención en cada gesto. Es una experiencia centrada en la pureza y el detalle, sin adornos ni interpretaciones innecesarias.
En este lugar ofrecen su propuesta en un espacio subterráneo, donde el sushi aparece integrado en un recorrido multisensorial que desafía lo convencional. Sin carta ni anticipos, cada paso del menú -que incluye nigiris de trucha curada, arroz infusionado, fermentos y caldos profundos- es presentado sin intermediarios, muchas veces invitando al comensal a comer con la mano.
El sushi aquí no se exhibe como pieza central, sino como parte de una narrativa más amplia, que busca recuperar el contacto directo con el alimento.
Cada una de estas propuestas, plantea una forma distinta de acercarse al sushi: desde la inmediatez de Norimoto hasta el ritual silencioso de Antro Cocina en Cueva; desde la fusión de Lima Estilo Nikkei hasta la ortodoxia japonesa de Uni Omakase.
Con la llegada del mes de agosto, entró en vigencia la carta invernal de Mercado de Liniers. Nuevos platos creados por el chef Dante Liporace, con una excelente relación precio calidad. Además, ahora se indican las opciones para celíacos y los platos que se adaptan para vegetarianos.
Regresa el evento que propone vivir el domingo de una manera distinta, con un almuerzo especial y música en el restaurante de la Costanera Norte. Con Bodegas Salentein como sponsor principal.
Barra Chalaca, la barra cebichera del Grupo Acurio, está a punto de expandir su exitosa presencia en Buenos Aires con la apertura de una tercera sucursal, la segunda en el barrio de Palermo.