Luciano "Lucho " García no solo puso su apellido para darle identidad a este restaurante ubicado a las puertas de Nordelta, sino que también se lo cargó en los hombros para convertirlo en un éxito. Todo ello en base a su cocina noble, rica, generosa. Un lugar para sentirse cómodo y disfrutar a pleno.
García Restaurante - Avenida de los Lagos 205 Rincón de Milberg (Nordelta), partido de Tigre. Teléfono: 011 2471 2586. Abierto todos los días de 8.00 a 00.00 - Precio: $$$. Instagram: @garcianordelta.
Nuestra segunda visita a "García" nos permitió comprobar que, a un poco más de dos años de su apertura, ya todo funciona como un relojito. Y Luciano (o "Lucho" como le dicen los amigos y que le dio su apellido al restaurante), es una especie de hombre orquesta, que no para un minuto.
Sus antecedentes profesionales indican que pasó por el Palacio Duhau Park Hyatt Hotel hace más de una década, donde absorbió como una esponja toda la sapiencia de la francesa Ilhame Guerrah, la chef patissiere que dejó escuela entre nosotros.
Tuvo a su cargo esta área en el Ott College en Acassuso, aunque seguramente muchos lo ubicarán por su participación en el desaparecido programa de la Televisión Pública, "Cocineros Argentinos".
Está claro que algunos empresarios del rubro gastronómico le vieron pasta para comandar un restaurante, que encima llevara su apellido, lo que representa aún un desafío mayor.
Pasado este tiempo y dado el éxito del lugar, queda en evidencia que no estaban equivocados quienes confiaron en él. El lugar elegido, el edificio de Officia Nordelta, está ubicado entre Santa Bárbara y Nordelta, sin necesidad de ingresar a estos barrios, lo cual es una gran ventaja para quienes no viven en ellos.
No obstante, muchos de los clientes son vecinos, pero hay además un público que no tiene problemas en trasladarse desde otras zonas, como fue nuestro caso.
Otra particularidad es que, en García, se satisface el gusto según el perfil de comensales que hay en la zona, es decir una cocina simple, rica, copiosa en sus porciones y a ello hay que sumar la pastelería, que es el fuerte del chef. Por eso, para quienes van por primera vez les recomendamos pasar por el sector donde se exhiben estas delicias, ya sea para guardarse un lugarcito para el final, ya para llevarlas a casa.
La carta está compuesta por entradas (platillos), principales y postres. Para mesas de cuatro o más personas, los platitos son ideales para colocarlos en el medio de la mesa según el método "family style". Probás un poco de cada cosa, que es la mejor manera de conocer varias opciones del menú.
Ineludible resulta el paté de ave con pan brioche, delicado y adictivo. Las empanadas de carne son jugosas e invitan a repetirlas, pero atención porque había que guardar espacio para la seguidilla de lo que vendría.
Así Luciano decidió cubrir la mesa con nuevos platillos; por ejemplo, con la berenjena asada, los buñuelos de espinaca, las croquetas de hongos, y los portobellos a la provenzal.
Faltaban todavía el chipá so'o relleno de carne, una receta paraguaya y de algunos sectores del Noreste Argentino, y un plato de quesos artesanales, confitura de membrillo, frutos secos y unos libritos hojaldrados para acompañar.
Si pensaban que ya era suficiente, pues bien, no fue así. Porque el chef nos envió tres opciones de pastas para igual cantidad de comensales. Este capítulo es uno de los más nutridos de la carta, nada menos que 16 opciones.
Los linguini al pesto nos trajeron reminiscencias de los ancestros genoveses, muy recomendables. Y dos pastas rellenas, como los tortelli de hongos y los sorrentinos de ternera.
Hay también opciones de pescado (abadejo), milanesa con linguini (una moda que persiste y gusta a los porteños), o sola con fritas; ternera braseada; risotto con cabutia o con hongos.
Al llegar a la parte dulce, nos encontramos con un dilema: ¿qué elegir? hay postres tradicionales, helados caseros (de pistacho o de chocolate belga, muy buenos), la excelsa pastelería y viennoiserie de Luciano. Quizá lo mejor sea dejarse llevar por las recomendaciones, porque la decisión sino se hace muy complicada.
En medio del salón, hay una barra en la que conviene acercarse para que nos ayuden a elegir alguno de los cócteles de autor o inclusive los clásicos.
Cuentan con una interesante carta de vinos, ya sea con etiquetas de bodegas tradicionales como de otros lugares extremos (como Otronia, de la provincia del Chubut).
El servicio estuvo atento y eficaz. Y, si el clima ayuda, también podemos ubicarnos en algunas de las mesas situadas al aire libre, con vista privilegiada de ese sector de Nordelta.
García cumple las expectativas y eso al público le encanta. La relación precio calidad es muy buena.
Exuberancia, sabor, simpleza. Bastan tres palabras para definir a la cocina peruana en general y a la de Barra Chalaca, en particular. Pasamos el domingo por el local de Belgrano (el otro está en Palermo y se vienen algunos más). A pocas cuadras de las aglomeraciones de fin de semana en el Barrio Chino, ésta es una opción para comer rico, barato y tranquilo.
Todo nació de una charla del chef Ítalo Germán Ruberto con el gerente del Hotel Esplendor Buenos Aires Tango, ubicado en Rivadavia 847 entre Suipacha y Carlos Pellegrini. La idea fue incorporar platos icónicos de la gastronomía hotelera de la ciudad, que parecían olvidados. ¿El resultado?: recuerdos, nostalgia, una cocina para que no te olvides y de relación precio calidad excepcional.
Por razón precio calidad, Cruz Omakase se destaca como un verdadero "best-buy". Sin sofisticaciones innecesarias, su propuesta permite disfrutar de una docena de pasos que van in crescendo, al tiempo que también podés optar por opciones de handrolls y una selección de etiquetas de la vinoteca vecina del mismo nombre, así como la reciente incorporación de whiskies japoneses.