Una nueva propuesta en el Microcentro porteño, de la mano del chef Germán Ruberto. Bernardino es el restaurante del Hotel Esplendor Buenos Aires Tango by Windham, ubicado a pasos de la Avenida 9 de Julio.
El restaurante ya está abierto a huéspedes de hotel, pero es inminente la apertura al público de Bernardino, una nueva opción en el Microcentro porteño.
Todo nació de una charla del chef Germán Ítalo Ruberto con el gerente del Hotel Esplendor Buenos Aires Tango, ubicado en Rivadavia 847 entre Suipacha y Carlos Pellegrini. La idea fue incorporar platos icónicos de la gastronomía hotelera de la ciudad, que parecían olvidados.
A Germán lo conocimos hace muchos años en La Colección, el restaurante del Museo Fortabat en Puerto Madero, donde hizo dupla nada menos que con Darío Gualtieri. Y luego pasó también por otros hoteles y experiencias en el exterior.
Por ejemplo, entradas como el foie de pato con pétalos de cebolla, pistacho y pan de sarraceno; paté en croute con frutos secos hongos y cebolla en Oporto; pavo ahumado con tártara de vegetales fermentados y sésamo negro; tartar de langostinos, rábano negro, manzana y palta.
Y, entre los principales, remolacha Wellington, demiglace de puerros y gírgolas; pulpón de vacío, repollito y puré trufado; lomo de cordero con castañas, leguminosas y crema de hierbas; tortelli mezzaluna hongos y trufa, remolacha y cabra, langostino y azafrán.
Tartar de langostinos, rábano negro, manzana y palta.
Para el final, peras al vino tinto con helado de crème brûlée; membrillos en gajos, espuma de requesón y crocante de semillas; helados artesanales.
Agua mineral S. Pellegrino y Aqua Panna, a precio razonable, un plus en tiempos de agua filtrada de otros lugares.
Entre viñedos y montañas, Bodega Amalaya participa de "Código Re Salta", la iniciativa del Ministerio de Turismo de la provincia, creado para poner en valor las experiencias del destino. El wine bar de la bodega, propone disfrutar el verano cafayateño a través de vinos de altura, cocina regional y un entorno natural que define el carácter del norte argentino.
Hasta hace unos pocos años, nadie sabía con certeza qué es un pop-up. Si bien es un término que se utiliza a menudo en el área de la informática, en gastronomía sería algo así como una "cocina temporal". En castellano, cocinar a cuatro manos (o pueden ser más), o bien "cocina intervenida", que suena verdaderamente feo. Desvirtuando el sentido inicial de "pop-up", que tenía que ver con una especie de puertas cerradas ocasional, para ahorrar costos, este año varios destacados profesionales hicieron de visitantes en restaurantes de nuestro medio.
El Restaurante Patio #378, del NOVOTEL Buenos Aires, ubicado a metros del Obelisco, continúa ofreciendo su tradicional merienda "La Vie en Rose", ahora con Valle de la Puerta Extra Brut Rosé.