Cuando volvemos a El Calafate, que lamentablemente por la distancia no es tan seguido, no podemos evitar el placer de tentarnos con el cordero patagónico al asador. Y uno de los lugares que inevitablemente nos convoca es Humus Restó Bar, el restaurante que pertenece a la Posada Los Álamos.
Humus Restó Bar - Dirección: Ingeniero Héctor Mario Guatti 1135 El Calafate - Teléfono: + 54 2902 491144. Precio: $$$$. E-mail: info@posadalosalamos.com - IG: @humus_resto_bar
Esta visita a El Calafate no resultó diferente a las anteriores, si se trata de disfrutar de la cocina de Humus Restó Bar, el restaurante de Posada Los Álamos. Con el paso del tiempo, uno observa los cambios y las mejoras, pero mejor aún es cuando se conserva el espíritu de la propuesta gastronómica, en la que productos locales -y de la provincia de Santa Cruz en general-, son los verdaderos protagonistas.
Es así que nos resulta irresistible la opción de probar el famoso cordero al asador (o al palo, como le dicen aquí). Una delicia que nos depara la tierra patagónica, en la que el ganado ovino sigue siendo una de las principales actividades productivas.
Llegamos con esa expectativa y vaya que fue satisfecha. Pero, además, en una carta tan amplia y rica en alternativas, siempre se hace difícil elegir.
El nombre del restaurante, Humus (no confundir con el hummus de la cocina de Medio Oriente), resulta paradigmático. Porque se trata, según la RAE, del "conjunto de los compuestos orgánicos presentes en la capa superficial del suelo, procedente de la descomposición de animales y vegetales".
Una forma de darle productividad a esas tierras áridas de la estepa patagónica, que no obstante nos ofrece variedad de insumos, como el calafate que da nombre al lugar, que los chefs locales luego transforman en complemento de platos apetitosos.
La fresca noche, sin dudas, invitaba a entrar en calor con uno de los cócteles que ofrece la carta. Optamos por el Old Fashioned, infalible cuando uno es más bien clásico en sus estilos y gustos personales. Y muy bien hecho, vale decirlo.
Decidida ya de antemano la elección del principal para los dos comensales (hubo unanimidad), quedaba por verse cuál sería la entrada. Y, como no podía ser de otra manera, optamos por una original presentación también vinculada con el cordero: mix de lengua y mollejas con crema de vino blanco y aceto balsámico, ajo y hongos del bosque. Por su volumen, casi obligatoriamente compartible.
En ese capítulo del menú también proponen una tabla de carnes ahumadas patagónicas y quesos; chorizo y morcilla con parmentier de puerro y salsa criolla; langostinos crocantes; provoleta, y sopa del chef.
Lengua y mollejas de cordero con hongos del bosque.
Además, hay ensaladas, sándwiches (pulled de carne vacuna, cordero y bondiola), así como pizzas individuales.
Como ya se dijo, nos decidimos por el cordero al palo con papas rústicas (disponible todos los días menos los domingos), que viene en una porción harto generosa que combina costillas y la parte más carnosa, a cada cual más deliciosa.
En este capítulo de "Protagonistas", nos encontramos con los platos más elaborados y de mayor creatividad. Por ejemplo, bife de cordero sous vide, puré de arvejas, cebollas caramelizadas y papas rotas; cordero en cazuela; merluza negra con tomates cherry, arvejas y lino; bondiola de cerdo a la barbacoa, rúcula, queso azul, manzanas glasé y dados de batata.
Asimismo, por el lado de las pastas, agnolotti de espinaca, morrón, cebolla y almendras, más salsa blanca y fileto gratinado; ravioles de trucha ahumada y crema ácida; ñoquis de papa con salsa bolognesa, y risotto de mar y tierra.
Y al momento de los postres se puede optar por natilla con salsa caramelo; mousse de chocolate, merengue seco y frutas de estación; "nuestro tiramisú"; helados y lo que pedimos, panna cotta de café sobre crocante de cacao.
Ya mencionamos que cuentan con una barra de la que salen cócteles clásicos y otros de autor, además de una muy buena selección de vinos, con predominio de las bodegas patagónicas, como debe ser.
Panna cotta de café con frutos rojos.
Los restaurantes de hoteles dan que hablar en El Calafate (¡y cómo!), entre los cuales Humus es uno de los mejores. Por otra parte, la relación precio calidad resulta excelente, conformando un círculo virtuoso entre producto, cocina, atención (sumamente amable y eficaz) y ambiente.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.