Viajamos imaginariamente a Italia, nos sentamos a comer en cualquier ristorante con vista al lago (Garda, Como, D'Iseo, Maggiore) y a disfrutar. Sin necesidad de viajar a la Madre Patria de la mitad de los argentinos, tenemos la chance de recorrer 61 kilómetros desde CABA y deleitarnos en La Reserva Cardales, en el segundo Italpast, hermano menor del local de Campana. El chef de la casa, Luciano Picciau, heredó la tradición familiar de su padre Pietro y de su abuela Cecilia, para ofrecernos un menú bien italiano con especialidades sardas.
Italpast La Reserva - Ruta Panamericana N° 9, Km. 61, Cardales. Teléfono: 03489 15 21 7968. Horarios: martes a domingos de 12:00 a 15:00; jueves, viernes y sábados de 20:00 a 23:00. Precio: $$$. IG: @italpast_la_reserva
Hace casi 17 años que Italpast abrió su segundo local, el hermano menor del histórico ristorante de Campana. Hoy, la marca creada por Pedro Picciau y que es un símbolo de la auténtica cocina italiana (y sarda, en particular), cuenta también con un pop up permanente en el Hotel Faena de Puerto Madero.
Dentro del club house del Golf de La Reserva Cardales, predio donde también funciona el Sofitel, Luciano Picciau, hijo de Pedro y nieto de la nonna Cecilia, tomó las riendas para seguir la tradición familiar nacida en la isla de Cerdeña.
Luciano se preparó durante su formación profesional en Europa, concretamente en Londres y en Italia con el chef Lello Sorrentino (¿quién no recuerda su restaurante Luna Caprese, de Barrio Norte?).
Su regreso al país coincidió con la oportunidad de quedar al frente de Italpast La Reserva, donde se ofrece un menú similar al de Campana, aunque en un ambiente totalmente distinto. Siempre lo acompaña su esposa Marcela, al frente del salón. Aquí el plus son los amplios ventanales que dan al lago, alrededor del cual se suceden los 18 hoyos de la cancha de golf.
Lo visitamos hace algunos días y, como siempre pasa con los Picciau, uno se encuentra con un menú que alterna lo clásico con algunas novedades que se incorporan en forma temporal pero que pueden quedar en la carta si es que el público así lo requiere.
Por ejemplo, probamos la "uova di miei sogni", es decir huevos salteados con verdeo, oliva y tomates, que nos ofrecen el incomparable aroma del aceite de trufas, y el agregado de crutones. Ideal para compartir entre varios comensales (4 en nuestro caso).
Como ocurre habitualmente en las visitas a cualquier Italpast, uno deja librada la elección de los platos al chef. En este caso, Luciano nos agasajó con un clásico como la porchetta alla sarda; etéreos y tiernos calamari fritti; portobellos rellenos de mozzarella, parmesano, queso azul, nueces y salsa de hongos, así como arancini y otros fritos.
En materia de pastas, la novedad fue la "Pasta in Formaggio per Due" (o cuatro en este caso): cavatelli con crema de hongos y aceite de trufa servidos en una horma de parmesano, terminados frente al comensal, al estilo de un cacio e pepe. La degustación de pastas se extendió a unos tortelli que eran plato del día.
Para el final, un combo de 4 x 1 variedades de la carta de postres: tiramisú, panna cotta, semifreddo y mousse de chocolate.
Para quienes visiten Italpast La Reserva no tan asiduamente, les recomendamos probar algunas pastas como spaghetti calamaretti; lasagna della nonna (con jamón, mozzarella, salsa de tomates y bechamel); raviolini funghi in padella (raviolitos de espinaca y ricota, con champiñones salteados en oliva y servidos en una sartén); gnocchi e polpetini (albóndigas), y los raviolini verdi di Pietro (masa de rúcula y rellenos de lomo y hongos, con salsa de tomates frescos).
En materia de carnes y pescados, hay ossobuco alla milanese (al Malbec con risotto azafranado); bondiola di maiale (de cerdo horneada con cebollas y morrones, y acompañada de papas a la española); la trucha alla bella donna con tomates cherry, alcaparras, verdeo y aceitunas negras, con papas al horno; o dada la vecindad con el Paraná, el famoso pacú a la teja de Italpast, con hierbas más papas y verduras.
El servicio es muy bueno. Por otra parte, es necesario reservar previamente ya que al ingresar a La Reserva nos lo van a preguntar. Aperitivos y una lograda carta de vinos a disposición de los clientes.
Nos gusta Italpast en cualquier versión que se trate. Una perfecta conjunción entre su cocina 100% italiana, el ambiente distinto de cada local, pero que nos asocia invariablemente a las tradiciones familiares y la calidad de siempre.
El Alvear Grill nació el 16 de julio de 2018 para reemplazar nada menos que a La Bourgogne, que apagó sus fuegos tras la cena de la Revolución Francesa, dos días antes y luego de una larga trayectoria en ese lugar. Es uno de los espacios históricos y más elegantes de la gastronomía porteña, ubicado dentro del Alvear Palace Hotel. Hoy el restaurante aparece renovado, a través de la incorporación del chef Leandro Di Mare y de la gerente de AA&BB, Gabriela Troncoso. Su propuesta conlleva una dualidad positiva: las carnes argentinas y una cocina de elaboración puntillosa y creativa.
Pocos días después de su apertura, Kuro Kuma ("Oso Negro" en japonés) aparece poblado de comensales en una fría noche de miércoles. Se trata de uno de los espacios más llamativos de VíaViva, el pasaje debajo del viaducto del tren a Tigre, que nace en la calle Juramento, en la entrada al Barrio Chino. La propuesta es de cocina asiática, garantizada por la sapiencia de Oscar Lin, propietario y chef de Síntesis Tapas Asiáticas, en Palermo. Para quienes prefieren la comodidad de un salón cómodo y climatizado, antes que la comida callejera al paso, sin dudas éste es el lugar a elegir.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.