Basta repasar el CV de Eduardo Celestino Rodríguez para darse cuenta de que es una persona con vocación de servicio. Tras muchos años atendiendo las mesas en Cabaña Las Lilas, hoy lo encontramos en Cauce, otro restaurante de Puerto Madero. Pero su sapiencia no debía quedar entre paredes; es así que armó un programa de Enoturismo, que le permite seguir haciendo escuela con los consumidores en el mismo lugar en que se cultivan las vides y se elabora el vino.
Se llama Eduardo Celestino Rodríguez y lo conocemos desde hace muchos años. Fue uno de los primeros egresados de la Escuela Argentina de Sommeliers. Desde 2005 pasó a ocupar el cargo de sommelier oficial en el Restaurante Cabaña Las Lilas y, en cada visita, dejamos a su buen entender y profesionalidad, que él mismo eligiera los vinos en cada almuerzo, en cada cena.
Sus comienzos en el mundo de la gastronomía fueron en el Bar del Centro Naval y del Golf Club Villa Adelina, donde tuvo la concesión. Luego fue encargado del Restaurante Don Hongo, en Pilar; también estudió pastelería, panadería, aprendió a hacer tortas decoradas y finalmente ingresó, allá por el año 1996, en Cabaña Las Lilas.
Necesitó apenas cuatro años para que lo nombraran jefe de Bar, hasta que finalmente accedió a la responsabilidad de armar la carta de vinos más premiada de la Argentina.
Es que la carta del restaurante fue galardonada con el prestigioso premio internacional "Wine Spectator" durante catorce años consecutivos.
Por su edad (acaba de jubilarse), pertenece a la misma generación que este periodista y, es así, que le reconocemos condiciones que no son afines a la mayoría de sus colegas más jóvenes.
Se nota una actitud diferente en el trato con el cliente. Por otra parte, en su camino, siempre tuvo como premisa capacitarse y por ello, hizo sendos cursos de Enología Teórica en la Escuela Argentina de Vinos y de Degustación Avanzada en el INTA, en Mendoza.
De su paso por Las Lilas tiene, por supuesto, cientos de anécdotas. Una de ellas, está referida a nuestro colega Miguel Brascó, que un día llegó al restaurante, pero nunca había tenido la ocasión de conversar con él. Es así que se acercó a saludarlo y Miguel le dijo: "no hablo con los sommeliers, porque no saben un carajo".
Pero de a poco, con respeto y seducción de su parte, consiguió lo que parecía imposible: ganarse la confianza de Brascó, algo que no muchos pudieron conseguir cuando tuvieron que atenderlo.
Estuvimos con Celestino en su nueva función, en lo que fue tal vez el pase del año. Al jubilarse, dejó Las Lilas después de 27 años y de inmediato lo llamaron de Cauce, ubicado enfrente de su anterior trabajo.
ENOTURISMO CON MANO EXPERTA
Tantos años de aprendizaje y conocimientos adquiridos, lo llevaron a pensar una nueva manera de brindar servicios alrededor del vino. Hoy nos invita a descubrir el origen de todo, a través de Enoturismo Mendoza | Argentina Explorar ("el lugar de origen nos brinda la oportunidad de desvelar todo lo que yace detrás de una botella de vino").
"Sumergirnos en la cultura local, sus matices y tradiciones, conectarnos con su gente y sus costumbres, amplía nuestra comprensión de cada vino".
"Degustar de manera completa se convierte en un juego, disfrutando de cada detalle con la energía que solo un viaje puede proporcionar, como un niño".
"Mi musa inspiradora será siempre: "mi invitado, mi cliente, su Majestad", dice. Y agrega: "te invito a explorar tu propio yo, a navegar por tus emociones y nutrir tu sabiduría".
"Te invito a ser agasajado, a brindarte con esmero mi servicio. Seré tu anfitrión, tu confidente y también tu guía, quien te acompañe a conectarse con la energía del buen vivir, para sentir con plenitud los placeres que nos regalan nuestros sentidos, e ir más allá, y trascendernos para observarnos desde un estado de dicha y calma espiritual".
El VIAJE
Durante la experiencia, Celestino propone realizar un viaje a través de los vinos, "cada copa una bodega, un terroir, una historia para contar". El siguiente es el itinerario:
Primera parada: arribo a Mendoza. Recorrido de zonas y bodegas a través de degustación de 4 pasos.
Segunda parada:a expandir el conocimiento. Presentación de vinos de alta gama.
Tercera parada: nuestros sentidos. Charla y experiencia para expandir nuestra conciencia sensorial.
Cuarta parada: saberes. Ceremonial y protocolo para disfrutar el vino.
Última parada: atender a su Majestad. Descubrirán un universo lúdico con la percepción de aromas en el vino. Conocer la cultura del buen servicio para aprender a ser un gran anfitrión.
Despedida: sin dudas que hoy el enoturismo está en pleno auge, y entonces qué mejor que aprovechar a adentrarse en el mundo del vino de la mano de alguien que la tiene clara, que sabe del tema como pocos.
Celestino Rodríguez se ha ganado el respeto y el reconocimiento de todos los que componemos este micromundo: periodistas, sus colegas, enólogos, bodegueros y, sobre todo, los miles y miles de clientes que ha atendido durante estas casi tres décadas de servicios. Un lujo.
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