Del 13 al 19 de noviembre transcurrió la octava edición de la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo y que, en Buenos Aires, tuvo una interesante variedad de actividades. Este año, se puso énfasis en dos ítems: el bienestar en sabor italiano y la importancia de contar con productos de origen. El encuentro contó con el auspicio institucional de la Embajada de Italia en nuestro país.
Para quienes llevamos en nuestras venas sangre italiana parcial o totalmente (esto último en el caso de uno, en particular), siempre es apasionante volver a acercarnos a la autenticidad de los platos y las recetas que trajeron los inmigrantes de ese origen a estas tierras.
Como ha ocurrido en otros lugares del mundo, resultó inevitable la fusión con productos y costumbres locales, lo cual ha dado como resultado una cocina que nos permite tener la pizza porteña y también la napoletana, o que a falta de algunos insumos se modificara la receta original con algún ingrediente local (ejemplo claro es la bagna cauda, en la que aquí se incorporó la crema de leche en lugar del aceite de oliva, que en aquellos tiempos brillaba por su ausencia).
Por fortuna, hoy tenemos en nuestro medio muchos cocineros nacidos en Italia que se radicaron en el país y que nos ofrecen una auténtica cocina basada en las recetas originales y, en la medida de lo posible, con la utilización de insumos importados (una tarea titánica hoy en día, por las restricciones impuestas por el gobierno en esa materia).
Para sacar conclusiones, empecemos por lo único negativo que nos dejó la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo en su versión local. ¿O acaso no les llamó la atención que Donato De Santis, el más popular de los cuocchi italiani residentes en la Argentina, convocara a dos de sus colegas amigos a participar de un evento pese a que nunca han incursionado en la cocina italiana?
En efecto, Germán Martitegui y Damián Betular son dos muy buenos profesionales, pero como sus respectivos apellidos lo delatan no son de origen italiano. Habiendo tantos cocineros nacidos en nuestra "Madre Patria", ¿qué necesidad tenía Donato de armar algo tan distorsionado?
Fuera de esto, se realizaron muchas actividades de gran valor emocional y de disfrute gastronómico. Por ejemplo, el encuentro de los cocineros de BACI, italianos de origen residentes en la Argentina, que participaron de un encuentro en el Alcorta Shopping, o la feria de productos italianos que tuvo lugar en el Circolo Italiano.
Lo más interesante de todo el programa fue, sin dudas, la degustación de productos y clase de cocina organizada por ITA (Italian Trade Agency - ICE), en el Gourmand Food Hall del Patio Bullrich.
Este evento fue pensado y desarrollado por el organismo de promoción comercial liderado por el doctor Gianni Loreti y que tuvo a Pablo Fernández Pira como organizador todo terreno.
Ahí estuvimos algunos periodistas, cocineros e importadores de productos italianos, lo cual nos permitió degustar entre otros productos queso Pecorino Romano, prosciutto de Parma y San Daniele, carciofi Divella, arroz San Giorgio, pasta Rana. S. Pellegrino y Acqua Panna.
El chef Leonardo Fumarola, del Restaurante L'adesso, fue el responsable de elaborar el menú y de ofrecer una clase en la que desarrolló uno de los platos que luego degustados: fusilli alla puttanesca.
El menú se completó con un antipasto (con todos los productos mencionados más arriba), pasta ripiena Rana con manteca y salvia, risotto cacio e pepe, y panna cotta al cioccolato.
Va de suyo que también se llevaron a cabo actividades institucionales, con la presencia de autoridades de Italia, para darle mayor realce aún a esta Semana de la Cocina Italiana en el Mundo que todos los años esperamos con gran interés.
El martes 13 de mayo, el bistró boutique de Martínez realizará una cena que consta de cinco pasos, especialmente diseñada para maridar con una selección de vinos de la Bodega El Esteco.
Donde la cocina se enciende en movimiento. Ale Langer, creador de Cocina Discreta, Mono Ambient Cocina y Noche de Cúpulas, recibirá a Nicolás Díaz Martini para ofrecer una experiencia diferente.
Marta Ramírez no tiene los ojos rasgados, pero es una de las cocineras más versada en las apasionantes culinarias de los países del Sudeste asiático. En 2018 cerró su emblemático Restaurante Captain Cook, que supo funcionar en San Fernando y luego en Martínez. Por suerte para nosotros, cada tanto ofrece un pop-up que nos hace revivir aquellas noches inolvidables. Esta vez, pasó por Hierro Cinco, en el Golf Club de San Isidro, donde pudimos disfrutar de un menú de pasos acompañado por los vinos de Bodegas Bianchi.