"Sintigo" PerúLunes, 7 de agosto de 2023Una pena, pero uno de los restaurantes pioneros de la cocina peruana en Buenos Aires sigue fallando en el servicio. Así la gente queda malhumorada (y se va sin comer), pierden clientes (aunque mucho no debe importarles porque siempre hay cola) y te arruinan una salida que debió ser placentera, pero resultó de terror.
Contigo Perú es uno de los restaurantes pioneros de la cocina del país hermano en Buenos Aires. Su local de Echeverría 1627 (desde los tiempos en que la calle estaba cortada por las vías del tren y había que dar toda una vuelta para llegar), se hizo muy conocido por su excelente relación precio calidad y la exuberancia de sus platos y lo que, por entonces, era casi una novedad porque los restaurantes de esta colectividad eran contados con una mano y solo estaban frecuentados por peruanos residentes en el país.
Fondo de Olla © tiene muchos seguidores que son una especie de cronistas ocultos, que van a comer a determinados lugares y luego nos cuentan sus experiencias.
Va de suyo que no nos gusta (y por lo general lo evitamos) hacer críticas muy adversas de los restaurantes. Hay mucha gente trabajando, el sector atravesó una situación límite por la pandemia y también es complicado conseguir empleados eficaces y cumplidores.
Dicho esto, hay un momento en que no se puede omitir si algo sale de control y la experiencia resulta lamentable. Es cuando uno se siente estafado y no querrá volver nunca más a pasar por situaciones tan desagradables.
Antes de proseguir, lo de "Sintigo" nos hizo recordar a la vergonzosa frase pronunciada por el impresentable Herminio Iglesias durante la campaña que concluyó con la victoria de Raúl Alfonsín en el año 1983. Así que perdonen los lectores la osadía de utilizar este neologismo, pero nos pareció cuanto menos gracioso.
Vayamos ahora al hecho puntual. Sábado pasado, 5 de agosto, siendo las 21.00 la pareja llega al lugar, consigue mesa, aunque ya se notaba que la concurrencia era nutrida y que seguían llegando comensales que terminaron esperando en la puerta.
Se sientan, son atendidos y hacen el pedido. Entradas y principales. Algo empezó a oler a podrido en Contigo Perú. Pasaba el tiempo y nada.
El escaso personal atendiendo las mesas evidenciaba que no daban abasto. Pareciera que, en la cocina, tampoco. Esto coincidía con el comentario de una lectora, que notó hace algunas semanas que un solo mozo atendía todas las mesas. Por fortuna, ese día era temprano y no había tantos comensales en el salón. Más o menos, se disimulaba la pésima atención.
Esta vez no pasó lo mismo. Las entradas nunca llegaron y, de los principales, solo sirvieron uno (destinado al hombre). Su esposa no compartió ese plato, pensando que el suyo llegaría en el corto plazo.
Mientras tanto, veían cómo en una mesa vecina estaban sirviendo un pulpo que ellos mismos habían pedido (nunca supieron si era el suyo o no, pero lo cierto es que esa mesa se ocupó más tarde).
Para hacerla corta, casi dos horas después debieron pedir la cuenta porque no les llegó nada más a la mesa. Lo más inaudito es que pretendieron cobrarles lo que no les habían servido.
Conclusión: la esposa volvió a su casa con hambre y debió contentarse con lo que encontró en la heladera. Una noche perdida y una experiencia lamentable.
Afuera todavía quedaban muchos clientes esperando. Seguramente horas juntaron orina varias horas, porque si con todas las mesas pasó algo similar a lo que relatamos no se deben haber liberado muchas mesas. Hay gente que pareciera gozar cuando la maltratan.
Por este camino, Contigo Perú va a ser "Sintigo" y también "Sinmigo". Hoy existen numerosas opciones de cocina peruana en la ciudad, muchas muy buenas. No es momento para echar clientes solo por no contratar un par de mozos y otro tanto de cocineros.
Nota de la Redacción: Fotos tomadas de la cuenta de Facebook del restaurante.
Una pena, pero uno de los restaurantes pioneros de la cocina peruana en Buenos Aires sigue fallando en el servicio. Así la gente queda malhumorada (y se va sin comer), pierden clientes (aunque mucho no debe importarles porque siempre hay cola) y te arruinan una salida que debió ser placentera, pero resultó de terror.
Contigo Perú es uno de los restaurantes pioneros de la cocina del país hermano en Buenos Aires. Su local de Echeverría 1627 (desde los tiempos en que la calle estaba cortada por las vías del tren y había que dar toda una vuelta para llegar), se hizo muy conocido por su excelente relación precio calidad y la exuberancia de sus platos y lo que, por entonces, era casi una novedad porque los restaurantes de esta colectividad eran contados con una mano y solo estaban frecuentados por peruanos residentes en el país.
Fondo de Olla © tiene muchos seguidores que son una especie de cronistas ocultos, que van a comer a determinados lugares y luego nos cuentan sus experiencias.
Va de suyo que no nos gusta (y por lo general lo evitamos) hacer críticas muy adversas de los restaurantes. Hay mucha gente trabajando, el sector atravesó una situación límite por la pandemia y también es complicado conseguir empleados eficaces y cumplidores.
Dicho esto, hay un momento en que no se puede omitir si algo sale de control y la experiencia resulta lamentable. Es cuando uno se siente estafado y no querrá volver nunca más a pasar por situaciones tan desagradables.
Antes de proseguir, lo de "Sintigo" nos hizo recordar a la vergonzosa frase pronunciada por el impresentable Herminio Iglesias durante la campaña que concluyó con la victoria de Raúl Alfonsín en el año 1983. Así que perdonen los lectores la osadía de utilizar este neologismo, pero nos pareció cuanto menos gracioso.
Vayamos ahora al hecho puntual. Sábado pasado, 5 de agosto, siendo las 21.00 la pareja llega al lugar, consigue mesa, aunque ya se notaba que la concurrencia era nutrida y que seguían llegando comensales que terminaron esperando en la puerta.
Se sientan, son atendidos y hacen el pedido. Entradas y principales. Algo empezó a oler a podrido en Contigo Perú. Pasaba el tiempo y nada.
El escaso personal atendiendo las mesas evidenciaba que no daban abasto. Pareciera que, en la cocina, tampoco. Esto coincidía con el comentario de una lectora, que notó hace algunas semanas que un solo mozo atendía todas las mesas. Por fortuna, ese día era temprano y no había tantos comensales en el salón. Más o menos, se disimulaba la pésima atención.
Esta vez no pasó lo mismo. Las entradas nunca llegaron y, de los principales, solo sirvieron uno (destinado al hombre). Su esposa no compartió ese plato, pensando que el suyo llegaría en el corto plazo.
Mientras tanto, veían cómo en una mesa vecina estaban sirviendo un pulpo que ellos mismos habían pedido (nunca supieron si era el suyo o no, pero lo cierto es que esa mesa se ocupó más tarde).
Para hacerla corta, casi dos horas después debieron pedir la cuenta porque no les llegó nada más a la mesa. Lo más inaudito es que pretendieron cobrarles lo que no les habían servido.
Conclusión: la esposa volvió a su casa con hambre y debió contentarse con lo que encontró en la heladera. Una noche perdida y una experiencia lamentable.
Afuera todavía quedaban muchos clientes esperando. Seguramente horas juntaron orina varias horas, porque si con todas las mesas pasó algo similar a lo que relatamos no se deben haber liberado muchas mesas. Hay gente que pareciera gozar cuando la maltratan.
Por este camino, Contigo Perú va a ser "Sintigo" y también "Sinmigo". Hoy existen numerosas opciones de cocina peruana en la ciudad, muchas muy buenas. No es momento para echar clientes solo por no contratar un par de mozos y otro tanto de cocineros.
Nota de la Redacción: Fotos tomadas de la cuenta de Facebook del restaurante.