Volvimos a Mago después de la valiosa experiencia del año pasado y encontramos algunos cambios. Por ejemplo, hoy la carta exhibe mayor protagonismo de la carne, aunque los "contornos" y los platos de cocina le dan un toque de distinción a la propuesta. Lo importante es que sigue ofreciendo una muy buena la relación precio calidad. Como dijimos oportunamente, Mago ofrece una conjunción virtuosa entre parrilla - cocina, servicio, carta de vinos y ambientación.
MAGO PARRILLA DE MERCADO - Avenida Monroe 1595 y Montañeses, Belgrano. Teléfono: 11 2628 7888. Mail: consultas@magoresto.com.ar - Horarios: martes, miércoles y jueves de 20.00 a 00.00, viernes, sábados y domingos de 12.00 a 17.00 y de 20.00 a 00.00 - Instagram: @magoresto - Precio: $$$
Hay restaurantes, muy pocos, en los que se combinan acertadamente todos los pilares de la gastronomía: cocina, servicio y ambientación. El caso de Mago es uno de ellos.
Para definirlo, podrías simplificar diciendo que es mucho más que una parrilla de barrio (dicho esto por el protagonismo de las carnes en su propuesta). Porque a ello se agregan las virtudes de su cocina, un servicio eficaz y una ambientación en la que se ha cuidado la sonorización (ruidos molestos abundan a menudo en los restaurantes y éste no es el caso), así como tampoco nos torturan con la música aturdidora a gusto del chef de turno. Uno quiere conversar y ver lo que come. Parecen detalles nimios, pero no lo son.
Mago, en síntesis, es un restaurante de carnes hecho y derecho. Los dueños son tres amigos que decidieron abrir este lugar a su gusto y semejanza.
Dejando de lado la parrilla en sí misma, las diferentes patas de la gastronomía están aquí representadas por una trilogía de mujeres.
En la cocina está María Victoria de Oliveira Santos. La chef cuenta con el antecedente de haber pasado por las huestes del gran Martín Berasategui. En tanto que aquí, en Buenos Aires, trabajó en Las Pizarras con Rodrigo Castilla y con Julián del Pino en la primera etapa de Vico (Villa Crespo).
Si de bebidas se trata, la responsabilidad le corresponde a Marcela Rienzo, recientemente designada como presidente de la Asociación Argentina de Sommeliers. Y a quien muchos conocen por su participación en el programa Cocineros Argentinos, de la Televisión Pública.
Y, para completar la eficacia del servicio del restaurante en general, en Mago han contratado el asesoramiento de Valeria Mesones, que durante muchos años formó parte del notable crecimiento de Don Julio. Hoy maneja su consultoría y, dada su experiencia, hace que todo funcione a la perfección.
Para comenzar la cena, cómo no elegir los buñuelos de acelga, que vienen con su pesto de tomates y morrones asados. Una manera impecable de comenzar la comida. Y luego siguió la provoleta a las brasas, "regada" con orégano fresco.
Quedó para otro momento la tentación de probar otras entradas, como las empanadas de tira de asado ahumada con yasgua picante, o el chorizo de puro cerdo y la morcilla cremosa, además de las mollejas a la parrilla con limón ahumado.
Para seguir, en nuestro caso, se probó la entraña a su punto jugoso que se acompañó con una ensalada de remolachas y zanahorias al rescoldo, con ricota, ralladura de limón y perejil.
Una opción que no puede omitirse es la pamplona de ojo de bife, rellena de hongos a la parrilla y provolone. Para compartir, claro. Y que se acompañó con una exuberante porción de boniatos fritos.
En la carta sobresalen otros cortes como el asado americano (también compartible); el chuletón de bife ancho; vacío del fino; arañita (el corte del carnicero); churrasquito de cerdo.
Y de la cocina, hay risotto de remolachas, cabutia asada y pistachos tostados; fagotini de bondiola de cerdo con salsa de ragú de hongos silvestres y aceite de trufa; pappardelle con vegetales al rescoldo, y centro de ojo de bife a la chapa con puré.
Y, por el lado del pescado, trucha arco iris marinada en eneldo, limón y lima, o pesca de mercado a la plancha. Las papas andinas a la plancha, resultan un muy buen "compañero" para este plato.
Hay postres clásicos, aunque se optó por una selección de quesos y dulces, con miel en panal, cascaritas cítricas y frutas en almíbar. Sirven un chupito de limoncello. También hay flan casero (con crema y dulce de leche); panqueque de dulce de leche con crocante de coco; tarta húmeda de chocolate, y charlotte (tan común hace algunas décadas y que hoy casi es inhallable).
La cava que se encuentra en el medio del salón, nos ofrece un abanico interesante de etiquetas elegidas por Marcela Rienzo.
Lo dicho, Mago ofrece una conjunción virtuosa entre parrilla - cocina, servicio, carta de bebidas, ambientación y relación precio calidad.
En los confines de Villa Urquiza, Bonario es un nuevo pequeño restaurante ubicado en una estratégica esquina del barrio, sobre la Avenida Congreso. Su propuesta -creada por el chef Sebastián Iraola-, se basa primordialmente en la cocina mediterránea, con platos simples, ricos y abundantes. Está abierto todo el día y funciona además como cafetería.
Emplazada en un local con más de un siglo de historia, esta cantina porteña es uno de esos lugares a los que uno iría a comer todas las semanas (aunque nos quede algo alejado). Los vecinos tienen esa ventaja, por cierto. Mondongo & Coliflor es un bodegón donde todo se produce in situ, que además ofrece precios imbatibles.
Siete Mares es un proyecto fusiona gastronomía, arte y mar. En su local de Martínez, la propuesta se vive como una experiencia entre luces azules y murales submarinos, como si el Capitán Nemo fuera nuestro anfitrión.