Las apariencias engañan. Si uno se dejara llevar por lo que se ve desde afuera, cuando menos dudaría un poco de lo que se ofrece en el lugar. Sin embargo, La Fina sorprende por su propuesta, austera en las formas y destacable por el estilo de sus pizzas (napolitana, pero algo más cargada en ingredientes al gusto argentino). Detrás de este local instalado en un viejo garaje adyacente a la cancha de Excursionistas, hay una historia que contar.
La Fina Pizza & Love - José Hernández 1395 Bajo Belgrano - Teléfono: 15 3246 1502. Abierto todos los días de 12.00 a 00.00 - Instagram: @lafina_pizza
La Fina, el nombre elegido por los jóvenes Tobías Jovenich y Francesco Larocca, hace referencia a la dimensión de las pizzas que ofrecen, napolitanas con su infaltable y exuberante cornicione (borde) e ingredientes más generosos que los que encontramos en otras pizzerías especializadas de la ciudad.
Seguramente, todo aquel que haya viajado a Italia y ha pedido un café, se sorprenderá con el mínimo, pero contundente ristretto, que se bebe de un sorbo. Con las pizzas sucede lo mismo. La pequeña cantidad de ingredientes que se colocan arriba de la masa, hace pensar a muchos que eso es para ahorrar costos. Pero no, así es la pizza napolitana. En La Fina, le han encontrado la vuelta para que nadie se queje, por las dudas.
Vamos ahora al juego de palabras del título. Grosso, en italiano, se traduce como "grande", pero si le sacamos una "s" nos queda groso, que en nuestro lunfardo alude a que algo es muy grande, muy bueno. Y, por ende, estas pizzas son finas, pero también muy "grosas".
Detrás de La Fina (Pizza & Love), hay toda una historia que nos cuenta Santiago Jovenich, ideólogo del negocio y que fue el que les dio a Tobías (su hijo) y al hijo de quien en aquel momento era su socio en el local de al lado (Côte), las herramientas necesarias para emprender esta aventura.
Todo nació por inspiración en Roberta's, la tradicional pizzeria neoyorquina. Corría el mes de abril del año 2020, cuando al deseo de Tobías de comprar un auto, su padre le dijo que él le iba a regalar un horno pizzero, con el cual podría luego comprarse varios automóviles.
Tobías, que hoy tiene 21 años, se asoció entonces con Francesco Larocca, aún hoy menor de edad (17), con quien emprendió esta aventura gastronómica.
A esta altura, dos años y medio después, realmente no sabemos cuántos autos se pueden haber comprado los chicos, pero algo es cierto: los hornos se multiplicaron (a este local sumaron otros tres, La Épica en Saavedra, La Santa enVilla Devoto y otro en Chapadmalal, este último solo en la temporada de verano).
Y hay otro factor digno de destacar. Se trata de que, a contramano de lo que suele ocurrir con otras pizzerías locales, ellos utilizan únicamente harina de producción nacional. Es una incongruencia que, siendo nuestro país uno de los principales productores de trigo, traigamos este producto de Italia.
Santiago nos dice que han formado una especie de pool de pizzeros, por cuanto en el mercado se encuentra la Harina de Fuerza Chacabuco, dentro de la categoría de harinas especiales que esta empresa ha desarrollado. Es ideal para pizzas, pero también para elaborar focaccia, ciabatta, grisines, etcétera.
En la carta, como entradas, ofrecen "bombuchis" (bocconccini fritti con alioli); fainá simple y fainá completa (sale con escabeche de berenjenas, stracciatella y tomates secos).
Entre las pizzas, la clásica Margherita es una de las más pedidas, aunque también hay preferencia por la de mortadela y pesto; la burrata (mozzarella, tomate, burrata, rúcula y jamón crudo); y la "puerca" (fior di latte, porchetta, camembert y ciruelas deshidratadas).
La "Capra e Miele" es una originalidad de la casa. Lleva mozzarella, ricota de cabra, tomates secos, miel de jalapeños y almendras. Entre las más creativas, está la "Morocha" (fior di latte, morcilla y emulsión de manzana). Pero tampoco faltan la fugazzetta, la napolitana y la "longaniza".
Los precios varían entre $ 970 (Margherita) a $ 1.480 (la Burrata), a valores de comienzos del actual mes de septiembre, momento de nuestra visita.
La Fina, como ya se dijo, funciona dentro de un garaje, pero da la posibilidad de degustar sus pizzas en un deck en la vereda y parte de la calle José Hernández. Tienen servicio de delivery en un radio de 2 kilómetros, y también se pueden retirar en el local.
Lo dicho: a veces las apariencias engañan. No hace falta ningún lujo ni extravagancia para ofrecer un excelente producto. Y las pizzas de La Fina lo son, con el agregado de su excelente relación precio calidad.
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